Editorial

Los muros que nos separan

¿Qué muros hay que derribar? Nuestros periodistas se sumaron al compromiso y opinaron

Diferentes periodistas que forman parte de Montevideo Portal reflexionaron sobre los tiempos que corren y contaron qué muros derribarían.

16.10.2019 12:10

Lectura: 6'

2019-10-16T12:10:00-03:00
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Desde Montevideo Portal lanzamos el compromiso de derribar los muros que nos separan. En estos tiempos de enfrentamientos y diferencias, donde muchas veces la descalificación es moneda corriente, queremos buscar la forma de que todos podamos ponernos en el lugar del otro, escucharlo y ver lo que tiene para decir.

En la editorial publicada el lunes, hacíamos un llamado a nuestros lectores, pero también a todos los actores de la sociedad y a nosotros mismos. "Leé, opiná, sugerí, compartí, criticá, disfrutá, aprendé, pensá, enojate, pero no pierdas la capacidad de ponerte en el lugar del otro, de respetar al que no piensa como vos, de estar abierto a poder cambiar tu pensamiento si es necesario", decíamos.

"Con ese espíritu de construcción, de aprendizaje, de mirar para adelante, te invitamos a pensar en tus propios muros y, si querés, a intentar derribarlos", agregábamos.

Nuestros periodistas también se sumaron al compromiso, hablaron de los muros con los que vivimos y explicaron por qué es necesario derribarlos. Estas son algunas de las reflexiones, en estos días iremos compartiendo más.

***

Muchas veces siento que vivimos en una sociedad que está esperando que el otro se equivoque para señalarlo con el dedo. Ese es un muro que pienso que deberíamos derribar: el que no nos deja ver al otro, entenderlo.

Podemos discrepar, discutir, estar en las antípodas, pero no debemos olvidarnos que del otro lado siempre hay una persona, un ser humano. Como tu padre, madre, vecino, amigo, pareja o compañero de trabajo. Como vos.

Ser libre no es hacer lo que se quiere sin contemplar a nadie, es también convivir con la existencia de los demás. Si el otro no es libre, uno tampoco puede serlo. Como decía Bakunin: «La libertad ajena amplía mi libertad al infinito». Para pensar en uno hay que, indisociablemente, pensar en el otro. No hay vuelta.


Manuel Serra | @serra_sur

Cuenta David Hasselhoff que después de cantar "Looking for Freedom" en el Muro de Berlín en la Nochevieja del 89, la gente le agradecía por haber tirado abajo el muro. Algo que aún recuerda como absurdo porque solo era una estrella pop cantando una canción sobre la libertad. Ahora pienso en la letra de esa canción y en una parte dice: "Lamentaras hijo, irte de casa de esta manera, pero cuando te des cuenta de la libertad que el dinero compra entonces volverás corriendo algún día".

No sé si me acerco a Hasselhoff intentando "cantar" de libertad en un mundo lleno de muros; no sé si el mundo quiere que todos los muros sean derribados. Pero quiero creer que, al entender el valor de las cosas, no hay dinero que pueda comprar la libertad de pensar, decir y compartir lo que quiero con otros.

Lorena Zeballos

Derribar muros es un desafío que tenemos a diario y significa ganar pequeñas batallas dentro de una extensa guerra contra los prejuicios y la desinformación, que suelen ser causales directas de la intolerancia que hoy predomina y afecta la convivencia de la sociedad toda.

Decir verdades que a veces molestan y ponen en jaque ciertos fanatismos dañinos es una necesidad. Poner los elementos sobre la mesa para que nuestros usuarios juzguen y nos ayuden a seguir derribando muros juntos, resulta una obligación.

José Luis Calvete | @joselocalvete

Desde la Muralla China hasta la ridícula empalizada de Trump, y pasando por la Línea Maginot y el verrou de Karl "Cerrojo" Rappan, la Historia repite una misma enseñanza: el destino de todo muro es ser franqueado o lisa y llanamente derribado.

La Muralla China tuvo un costo humano y económico desorbitado, y no resolvió el problema para el que fue construida. A la Línea Maginot le pasaron por el costado. A la Suiza de Rappan le resultó inútil su cerco de piernas rudas y perdió todos sus partidos en el Mundial de 1962, y a la tapia de Trump le roban los alambres.

Los muros pueden ser vulnerados desde fuera, como en los casos ya nombrados. Pero también se los puede burlar desde dentro. Alcatraz y Punta Carretas son buena prueba de ello.

Yo era un adolescente cuando me tocó ver caer el Muro de Berlín y descorrerse la ya enmohecida Cortina de Hierro. Tiempos que auguraban un mundo de tranqueras abiertas que hoy -intolerancia mediante- vuelve a prodigarse en vallas, concertinas y controles fronterizos.

En la actualidad, el mundo digital parece no haber aprendido la lección de la Historia, y también alza sus muros aquí y allá. Mi rol en la poliorcética de las redes es muy pequeño, pero aun así me alegro de estar entre los que acampan extramuros.

Gerardo Carrasco 

Una forma particular de entender los muros de la sociedad podría verse dentro del área de audiovisual, entre los que tienen un público y los que no. Durante décadas, la única posibilidad de ser realizador audiovisual y llegar a una audiencia, era a través de los canales de televisión o de las salas de cine. Sólo se podía llegar a los demás teniendo la suerte de unos pocos que trabajaban en la pantalla chica o peleando la batalla imposible que se da en las salas de cine entre los cineastas independientes y los gigantes de Hollywood. Por suerte, el mundo cambió y los muros se derribaron. El acceso a crear audiovisual y tener un público se democratizó con el surgimiento de Youtube. Crear contenidos se transformó en algo totalmente accesible. Todos nos transformamos en medios de comunicación y tenemos la posibilidad de ver o crear el contenido que queremos. Ese es un muro que festejo que se haya derribado.


Martín De Benedetti | @SoyMartinDB

Los muros, por definición, tienen uno, dos o tres ladrillos base en qué sostenerse. El entendimiento y la comunicación entre los ladrillos construye a los muros, pero su ausencia hace muros duros e insensibles. El entendimiento -y el muro blando, dispuesto al cambio- dado como síntesis de diálogo y de consenso, sin imposiciones ni voces fuertes que callen a las más débiles; las poco amplificadas.

Y para que exista el dialogo y el consenso, tienen que participar todos los ladrillos. Porque de eso se trata: construir, derribar y volver a construir. Porque los muros no son naturalmente excluyentes, y sí pueden ser construcciones colectivas, de diálogo entre bloques.

Porque tal vez el problema no sean los muros, sino lo que hacemos con ellos.

Agustín Zabala | @aguzabala_

¡Mirá el video del compromiso y leé el editorial completo!



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