Contenido creado por Maximiliano Latorre
Una vuelta por el pasado
Escribe Juan Pablo Taborda

Una vuelta por el pasado: Simplemente “Maracanazo”

Hace 69 años, el domingo 16 de Julio y sobre las 17 horas, nacía una de las leyendas más grandes en la historia del deporte.

16.07.2019 13:59

Lectura: 5'

2019-07-16T13:59:00-03:00
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Juan Pablo Taborda@jptaborda74

La historia del "Maracanazo" comenzó cuando uruguayos y brasileños se enfrentaron en el partido de la ronda final -aquel mundial no se definió con un único partido, sino que fue un cuadrangular entre Brasil, Uruguay, Suecia y España (ganadores cada uno de sus respectivos grupos).

Los locales no solo tenían un gran equipo en cuanto a nombres sino que además plasmaban un juego formidable en el campo de juego. En la primera fecha de la ronda final, Brasil goleó a Suecia 7-1 mientras que los "celestes" le empataron de atrás a España con goles de Alcides Ghiggia y Obdulio Varela.

En la segunda fecha, Brasil destrozó a España 6-1 y Uruguay venció 3-2 a Suecia con mucho esfuerzo, otra vez desde atrás, con un gol de Ghiggia y dos de Oscar Omar Míguez.

El torneo se definiría en la última jornada entre Uruguay y Brasil. El favoritismo hacia los locales era notorio, no solo por lo que habían demostrado en los dos encuentros anteriores sino porque también les servía el empate para levantar la "Jules Rimet".

En la previa de la ceremonia final, con liberación de palomas incluidas, los jugadores brasileños escucharon las palabras del Prefecto de Rio de Janeiro (Ángelo Mendes) quien en lugar de darles aliento les tiró la presión encima. Mendes les dijo que él se había comprometido a levantar el estadio y que ellos debían cumplir coronándose como campeones del mundo.

El primer tiempo finalizó 0-0 y, si Brasil lograba mantener el empate sería campeón por primera vez en la historia. Dicha posibilidad de levantar el trofeo se agigantó cuando Friaca puso a los locales en ventaja al comienzo de la segunda mitad.

Acto seguido, Obdulio Varela tomó el balón y se dirigió al línea inglés para reclamarle una supuesta posición adelantada. Años después, el "Negro Jefe" alegó que dicho reclamo fue para "enfriar" el encuentro ya que, según explicó, los brasileños los pasarían por arriba si movían inmediatamente después de haber recibido el tanto.

Los minutos pasaron y no sólo el local no aumentó la diferencia sino que los celestes encontraron el partido por el sector derecho. Julio Pérez y Ghiggia le hicieron la vida imposible el resto de la tarde al marcador lateral Bigode, que no pudo contra el "veloz puntero uruguayo".

Fue así que el "Maracanazo" comenzó a gestarse en el minuto 67'. Ghiggia corrió por la banda, hasta el final del terreno y puso el centro atrás para la llegada de Juan Alberto Schiaffino quien, con un fuerte derechazo, colocó el balón en el ángulo defendido por Barbosa. El 1-1 generó un silencio casi sepulcral en un estadio colmado por 200.000 almas que fue interrumpido solamente por el grito de unos pocos orientales.

El empate seguía favoreciendo a los locales pero un segundo gol uruguayo los dejaría con las manos vacías. El hecho se produjo doce minutos después, a los 79', cuando nuevamente el dúo Pérez-Ghiggia superó a Bigode. Ghiggia se fue por la punta y el arquero Barbosa, que esperó otro centro similar al que se produjo en el gol del empate, "regaló" el primer palo y el uruguayo envió la pelota al fondo de la red entre el arquero y el parante.

Si el empate produjo un silencio casi palpable, se dice que el 2-1 fue humanamente imposible de describir. En aquella tarde en el Maracaná, pese a que aún restaban varios minutos para que Brasil tuviera la posibilidad de igualar, todo el público presente sumado a quienes seguían el encuentro por las diferentes emisoras presagiaron que la mayor tragedia deportiva de aquel país estaba a punto de concretarse.

El pitazo final del árbitro George Ready llegó y el "Maracanazo" tuvo su nacimiento. Lo que nadie se esperaba, se dio. Once uruguayos lograron algo que, hasta el día de hoy, no tiene comparación en lo que respecta a las grandes gestas futbolísticas que se lograron a lo largo de la historia.

Para los once futbolistas brasileños que tuvieron la "desgracia" de estar aquella tarde en el Maracaná tampoco sería lo mismo. El golero Barbosa llegó a decir un día en el 2000 que "en Brasil la máxima pena para un criminal es de 30 años pero que hace 50 años que estoy pagando por un crimen que no cometí".

Así fue y así será. Por más que pasen los años, por más que lleguen nuevos campeones y se generen otro tipo de enfrentamientos, cuando se midan una vez más las selecciones de Uruguay y Brasil, el "Fantasma del Maracaná" siempre estará presente. Porque las generaciones pasarán, pero nadie, jamás, se va podrá olvidar de aquel domingo 16 de Julio de 1950.

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