Lasagna de ricotta y espinacas

    

Con masa comprada, este plato clásico es mucho más fácil de hacer.

Elaboración

Precaliente el horno a 200 °C.
Limpie las espinacas, y blanquee por 2 minutos en agua hirviendo (no más tiempo, ya que cuanto más se cocinan, van perdiendo sus propiedades).

Picar la cebolla en pluma; en una sartén, dorar la cebolla en la cucharada de manteca, a fuego medio.
Cuando la cebolla comience a dorar, agregar la harina y el agua, revolviendo rápidamente con un batidor.

Cuando comience a hervir, que será casi de inmediato, agregue la leche poco a poco, sin dejar de revolver.
Condimente con sal, pimienta y nuez moscada a gusto.

En una fuente para horno, agregue primero ½ taza de salsa blanca para evitar que se pegue la lasagna al fondo del molde.
Cubrir con la masa de lasagna.
Colocar encima 1/3 de la ricotta, esparciéndola con la parte de atrás de una cuchara.

Agregar 1/3 de las espinacas cocidas y cubra de nuevo con salsa blanca.
Repita este procedimiento hasta que se acaben los ingredientes, asegurándose que la última capa sea únicamente la pasta cubierta con salsa blanca.

Cubrir la lasagna con papel de aluminio; es importante prevenir que el aluminio no toque la última capa para que no se pegue.
Llevar al horno por 35-40 minutos aproximadamente.

 

HISTORIA | La ricotta: invención divina

Es un queso fresco, escurrido, pues no se lo cura ni fermenta. Tiene poca sustancia grasa y calcio, pero buena cantidad de proteínas. Se consume fresca, en panes o desmenuzada. El sabor es delicado, y es utilizada como ingrediente base de preparaciones tanto dulces como saladas.

Virgilio narra que el hijo de Apolo y la ninfa Cirene, el mitológico Aristeo, aprendió del centauro Chitone el talento de criar bovinos y elaborar quesos. Para congraciarse con los humanos, decidió divulgar a los mortales los conocimientos del arte de la fabricación de quesos.
Apreciada desde los tiempos de los etruscos, la ricotta ha sido centro de numerosas historias. Una de ellas cuenta que Elena, una joven campesina, iba rumbo al mercado con una cesta llena de ricota sobre su cabeza. Mientras mantenía equilibrada su carga, pensaba: 'venderé la ricotta y compraré una gallina, la gallina me dará huevos y nacerán pollitos, los pollitos crecerán y podré cambiarlos por un cerdo, que engordaré y luego también venderé, para comprar una vaca que parirá muchos terneros que me darán leche, manteca y carne. Luego compraré una fábrica y 
Tan absorta iba en sus pensamientos, que tropezó en el camino y cayó; toda la ricotta terminó esparcida por la tierra, y junto con ella sus deseos y sueños.



Ingredientes

  • 8 a 12 láminas de lasagna precocida
  • Ricotta, 500 g
  • Espinaca, 4 atados
  • Manteca, 1 cucharada
  • Cebolla mediana, 1
  • Agua, 1 taza
  • Harina, 1 cda
  • Leche, 3 tazas
  • Nuez moscada, ¼ cdita
  • Sal, 1 cdita
  • Pimienta a gusto

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