La empresa española Ence quiso debatir con vecinos de Conchillas la instalación de la planta de celulosa, anunciando la contratación de mano de obra uruguaya. La reunión, sin embargo, fue "tomada" por un grupo de asambleístas que protestó fuertemente.
La española ENCE convocó a los ciudadanos que habitan en la localidad uruguaya de Conchillas, en el suroeste del país, para debatir con sus futuros vecinos sobre la instalación de una planta de celulosa y la contratación de personal que en un 50 por ciento será extranjero.
La empresa, en un comunicado previo al encuentro con los vecinos, aseguró que serán uruguayos la mitad o más de los que trabajen en la actual etapa de preparación de los suelos para las construcciones.
Pero, al mismo tiempo, confirmó que contrató también para las tareas de construcción a dos empresas argentinas, que aportan parte del personal.
El sindicato uruguayo de la construcción criticó la convocatoria de trabajadores argentinos, cuando la empresa se había comprometido a dar prioridad a la mano de obra local.
Desde el sindicato de la construcción de Uruguay se está asimismo investigando la forma cómo las empresas extrajeras ganan licitaciones de ENCE y se aseguró que las explicaciones oficiales sobre el tema "no han sido satisfactorias".
La reunión de la empresa y vecinos, sin embargo, se vio alterada. Según informa una crónica del diario El país, militantes de organizaciones ambientalista uruguayas coparon ayer la audiencia pública por el proyecto de Ence en Conchillas.
El local del Club Central Labradores quedó atestado de gente, con muchos miliutantes anti celulosa. Según la crónica, pudo verse incluso a un niño de 11 años con carteles que decían "Políticos Corruptos" o "Dinama, una vez decí que No".
Un caso curioso fue el de uno de los locales, Sergio Cabrera, que tiene un campo ubicado estratégicamente a la entrada del predio de Ence. Ante los presentes del lugar, contó que piensa construir dos restoranes, estación de servicio y estacionamiento, entre otras cosas.
Dijo que el intendente de Colonia Walter Zimmer, es "íntimo amigo" y al presentarle la iniciativa, el jefe comunal argumentó: "Tenés que instalar cinco prostíbulos, uno en cada punta y otro en el medio, desde donde dirigís, ese es el mejor negocio". Cabrera desoyó el consejo porque tiene familia, según explicó.