Recibí las noticias de Montevideo Portal
Seguinos en:
Inicio Portal | Carnaval 2016
Keoroglian sobre las "murgas de derecha e izquierda"

Murgas y antimurgas

Marcel Keoroglian: "Las murgas han tenido un discurso con el que no comulgo y es tratar a los que no son de su opción política como ignorantes o cornudos".

Hace unos días, el humorista Diego Delgrossi desencadenó una polémica sobre las críticas de las murgas en Carnaval, que derivó en si hay murgas de "derecha" e "izquierda" y en el rol que debe tener el humor del carnaval con respecto al poder.

"Curtidores hablan de Sanguinetti, Lacalle y Battle. De educación, jodas en salud, Ancap, vivienda sindical, Antel Arena, tarifazo: nada", dijo Delgross en Twitter sobre Curtidores de Hongos.

Comenzó allí la polémica sobre si las murgas de ahora se animan a criticar al gobierno de izquierda o si son oficialistas. Delgrossi aclaró que es carnavalero de toda la vida y que solo había opinado del espectáculo de una murga. Marcel Keoroglian, que este año escribe para Momolandia, también dio su punto de vista sobre el tema e intercambió mensajes con su amigo Delgrossi, tras opinar que la murga siempre debe criticar al poder.

Este domingo, Marcel realizó una extensa aclaración a través de Facebook, al entender que se había malinterpretado su postura y la discusión en general.

"El primer tweet que publiqué sobre el tema decía: ‘La murga es crítica a todas las tiendas' y algunos veo que interpretaron que las murgas de hoy critican a todas las tiendas. Cosa que no es real. En lo que quise decir es que esa es la esencia. Para mí la escancia de la murga es criticar. No quiero decir que sea lo que hacen las murgas hoy. Al revés, creo que se flechó la cancha. Yo pienso que las murgas deben criticar por igual y reírse del poder; por eso al que está en gobierno se lo debería criticar más", aclaró.

"En esa línea escribí todo este tiempo. A veces discutí con otros compañeros que no compartían esa visión orejana y en mi caso anárquica de escribir y de ser, pero sería imposible escribir contradiciéndome con lo que pienso y siento. A mí no me gustan las murgas oficialistas, bajo ningún gobierno, es lo peor que puede ser una murga. Que no quiere decir que no me gustan las murgas que son deliberadamente de un partido, es válido y sano también pararse en esa perspectiva, solo que no es lo que yo hago. Sin embargo trabajé en murgas autoproclamadas de izquierda y nadie me vino a imponer lo qué decir", prosiguió.

"Por otro lado nunca vi murgas de derecha, creo que porque en el Uruguay casi nadie se autodefine así. Soy de la idea de que en carnaval cada uno diga libremente lo que piensa y critique lo que quiera. También creo que desde la salida de la dictadura hasta hoy, salvo algunas excepciones, el carnaval y principalmente las murgas han tenido un discurso con el que no comulgo y es tratar a los que no son de su opción política como ignorantes o cornudos. Con esos discursos cerrados, iluminados y discriminatorios no estuve, no estoy ni estaré de acuerdo. Mi murga le quiere cantar con amor a los colorados, blancos, frentistas, independientes y a los que no tienen partido. Eso sí mi murga esta con los de abajo siempre, no con los de arriba", dice Keoroglian.

"Creo que durante mucho tiempo se le pegó solo a la derecha (por decirlo de alguna manera) y con eso se alejó a mucha gente que se cansó de ir al tablado a escuchar que un iluminado lo venga a castigar porque no piensa igual que él. Les digo de verdad que para no ser oficialista (con tanto viento de cola) muchas veces hubo que remar contra la corriente de parte de la prensa y del jurado que también hacen el mandado al gobernante de turno hasta por deporte (no todos) Ojo, que en el concurso siempre hubo política y a veces de la peor, y con todos los gobiernos. Murgas oficialistas hubo hasta en la dictadura", dijo.

"Creo también que la murga acompasa y refleja la sociedad, por eso no hay que ser muy vivo para darse cuenta porque se puso cada vez más zurda y es porque la sociedad ha ido para ese lado, no en vano hace 15 años gobierna la izquierda. Ese proceso de ‘izquierdización' del carnaval es directamente proporcional al crecimiento de la izquierda en el país. No es vano este proceso comienza a consolidarse desde los años 70 con la aparición de La Soberana. Pero haciendo un poco de historia y repasando los libretos hasta el 70, se podría decir que en las murgas nunca predominó la izquierda, sino el tradicionalismo. Las murgas, como la sociedad, tenían un discurso tradicionalista, no de izquierda. Hace poco se nos fue el gran Carlos Soto, para mí el Discépolo de acá. Un monstruo de la poesía murguera y ciudadana y uno -sino el mejor- de los mejores letristas de murgas de todas épocas...batllista y colorado hasta el último minuto".

"Recuerdo a La Milonga Nacional, del gran Dalton Rosas Riolfo, que era blanco como hueso de bagual y sacaba la murga más copetuda y tremenda de toda la historia. No quiero decir que si el dueño de una murga es del Partido Verde, la murga es del Partido Verde, pero los ejemplos sirven de muestra. Para mí todas las murgas son hermosas. Cuando era un niño en la década del ochenta, me enamoraron las de La Teja, bien zurdas del alma y también las de la Unión, menos politizadas y más pícaras. A mí la murga me gusta de alma y yo antes que actor, humorista, guionista y todos los oficios que ustedes me dieron, me siento murguista y me hace sentir orgulloso sentir la misma emoción de cuando era un botija. Me duele cuando se las critica, porque la murga es mi vida, pero hoy mi amigo Germán Tejeira me dijo algo que me hizo caer la ficha y es con lo que voy a terminar esta perorata. ‘Las murgas critican a todo el mundo. ¿No se puede criticar a las murgas?'", concluyó.

Finaliza con una posdata: "ste año, escribo para Cuareim 1080 y Momolandia, sinceramente siento orgullo del trabajo realizado en ambos lugares y les recomiendo ver dichos espectáculos".

Más de Noticias