Héctor Gros Espiell
Poderes supranacionales, terrorismo, Europa, China, India: El mundo en busca del equilibrio
Las relaciones entre estados, instituciones supranacionales y centros económicos de poder, los desafíos de Europa y el papel de naciones que se perfilan como nuevos centros de gravedad en el equilibrio mundial, el terrorismo, la integración regional, el ALCA y el Mercosur, sus proyectos como embajador en Francia, son algunos de los temas abordados en esta ''Charla para armar'' con Héctor Gros Espiell.

El ex canciller sostiene que el equilibrio al actual poderío de los Estados Unidos ''no puede venir de Europa'', que enfrentar al terrorismo ''sólo en el plano militar y policial es un tremendo error'' y que el ALCA ''puede ser conveniente siempre que sea realmente bilateral, que Estados Unidos se abra a nosotros''.

Entrevista de Isabel Viana, Juan Grompone y Fernando Rosenblatt

- Parece haber en el mundo un aumento de la influencia de los ''poderes no visibles'', en detrimento de los estados nacionales y las instituciones establecidas. ¿Cómo observa usted este fenómeno y cómo ve la posición de las Naciones Unidas en este contexto?
- Creo que hay un gran cambio, una coexistencia inestable de diferentes fuerzas. Coexistencia porque en primer lugar no ha desaparecido el poder del Estado, que sigue siendo el centro de emanación de un poder que tradicionalmente había recibido de la doctrina de la Ciencia Política y del Derecho, la denominación de Poder Soberano. Esto significaba que no había nada por encima de él, era la última institución irreductible del poder. El estado ha cambiado, pero no ha desaparecido. Su poder se mantiene, pero la multiplicación de estados hace que, dada la absoluta diferencia de fuerza, de peso político, institucional y militar entre los diferentes estados que forman la comunidad internacional, el poder de cada uno, que teóricamente debería ser el mismo, en la realidad sea completamente distinto. ¿Qué tiene que ver el poder de Estados Unidos con el de Burkina Faso? El estado entonces sigue existiendo, sigue siendo fundamental la emanación de poder que surge de él, aunque la realidad es que el poder de una gran potencia no sólo cuantitativa, sino cualitativamente- no es el mismo de un pequeño estado.
El poder estatal coexiste hoy con otras formas de poder. Algunas de una potencia tan grande como el poder estatal. Desde el punto de vista político coexiste con el poder de la comunidad internacional, expresado básicamente por la concretización jurídica de esa comunidad. Este es un poder, no hay duda, pero no es propio, emana de la conjunción de poderes de los estados. No es más fuerte que ellos, pero ha cambiado su carácter. En términos teóricos, el concepto de soberanía aplicado al poder del estado no puede ser definido como último e irreversible, sino que es el poder último dentro del marco del estado, pero sin perjuicio de su adecuación a normas supranacionales. Es una relación dialéctica que se va a desarrollar cada vez más.


- ¿Positivamente?
- No puedo afirmarlo. Hay una impotencia del multilateralismo, y de la comunidad internacional, frente al poderío de una superpotencia. El elemento de corrección de esto a mediano y largo plazo puede ser la gradual sustitución de un sistema unipolar de poder por un sistema multipolar, que puede ser a través de China o del surgimiento de otra potencia emergente como la India, porque por ahora Europa, en cierto aspecto, es una proyección del poder de Estados Unidos. Hablo de la India, porque en el 2050 va a tener más habitantes que China. La corrección de ese desequilibrio puede estar en un pasaje gradual de un carácter unipolar del poder internacional, resultado del poder de una superpotencia, a uno de equilibrio de poderes.
Todos estos poderes institucionales el estatal, el comunitario, el internacional- coexisten hoy día con poderes no políticos, pero de fuerte presencia. El poder de las grandes empresas transnacionales no es un poder vinculado con el estado, pero muchísimas veces es más poderoso que él y a veces lo condiciona. El poder de una gran corporación como la General Motors, la Ford o la General Electric o las grandes corporaciones japonesas, es enorme. Muchas veces su presupuesto es mayor que el del tercio por lo menos de los estados que conforman la comunidad internacional. Estas corporaciones actúan como factores de poder aun dentro de los estados más fuertes. Ese poder económico, científico y tecnológico, condiciona y mediatiza el poder institucional, incluso de las superpotencias.

Montevideo, ''una ciudad que languidece''

- En un mundo que se caracteriza por la concentración de los dinamismos en grandes ciudades, ¿cómo ve usted el lento desarrollo de Montevideo en una región en que no sólo San pablo y Buenos Aires crecen, sino que también lo hacen Porto Alegre, Rosario, Córdoba?
- Uruguay perdió impulso. Es un hecho, nos guste o no, es así. Yo estuve hace quince días en Córdoba y me asombró su crecimiento. Montevideo, a pesar de cierto crecimiento puramente habitacional y no productivo, es una ciudad que languidece. Uruguay es casi un desierto. Un país que racionalmente debería tener diez millones de habitantes. Las estadísticas que se dieron a conocer hace muy pocos días establecen que desde el 73 hasta el momento actual perdimos 500 mil personas.

- Y el sesenta por ciento menores de treinta años.
- Claro. Quiere decir que si siempre fue un país despoblado, ahora lo es mucho más en función de lo que es América Latina y el mundo. El problema es que la pequeña metrópolis, Montevideo, era una de las grandes metrópolis de América Latina hace cuarenta años. Hoy, por el número de habitantes, debemos estar por lo menos en el puesto número diez. La primera vez que viajé a Santiago, en el año 51, era una ciudad, no diría provinciana, pero daba menos idea de ciudad que Montevideo. Hoy tiene seis millones de habitantes. San Pablo tiene casi veinte millones de habitantes, el Gran Buenos Aires más de nueve, lo que ha crecido Bogotá es asombroso. Frente a ellas Montevideo ha quedado como una pequeña ciudad provinciana. Eso tiene sus ventajas, pero no impulsa el crecimiento.

- ¿El terrorismo es un poder?
- Sí, como la enfermedad lo es. Y también es global. Dos años después del 11 de setiembre publiqué un libro sobre el terrorismo actual y la legítima defensa, y decía que este terrorismo de hoy tiene características que lo distinguen del que siempre ha existido en la historia de la humanidad. El terrorismo no es un fenómeno de hoy, pero éste es un terrorismo globalizado, masivo y con la posibilidad de usar elementos tecnológicos del mundo de hoy. Es globalizado porque las causas que lo generan son universales. Es masivo porque no está dirigido contra un jefe de estado, un primer ministro o un emperador. No está dirigido a Bush, Blair o Chirac; está dirigido a sembrar terror por una acción masiva y contra gente anónima e indeterminada. Y además cuenta con la posibilidad de empleo de elementos tecnológicos; ya no es el puñal, la bomba o el revólver. Ahora son nuevas bombas cada vez más perfectas o, aunque no ha sido usado todavía, la perspectiva de la utilización de armas de destrucción masiva, bacteriológicas o biológicas.


- Parece haber una contradicción entre países centrales -Europa que se cierran hoy a la inmigración, en un mundo que el discurso define como global. Se percibe como islas de riqueza queriendo aislarse en mares carenciados.

- Es así. Europa se cierra a la inmigración por el temor de la extinción de su cultura por la afluencia masiva de grupos religiosos o con tradiciones absolutamente incompatibles. Pero por otro lado no puede cerrarse del todo, porque el desarrollo de su economía requiere necesariamente millones de trabajadores por año que sean mano de obra interna. Hay una contradicción entre un cierre, a juicio de Europa absolutamente necesario para evitar el ingreso de terroristas o elementos disolventes de cierta forma de vida, y por otra parte la necesidad de contingentes humanos que vengan de afuera, so pena de perder su nivel demográfico. Es una contradicción tremenda.


EL DILEMA DE EUROPA
- En este momento Europa es una potencia tecnológica. Es el fabricante número uno de aviones, de comunicaciones, ha creado una moneda nueva que es la única que puede hacerle sombra internacionalmente al dólar. ¿Qué pasa con Europa? ¿No se da cuenta de su potencialidad?
- ¿Puede decirse que es la futura potencia? Tiene elementos para serlo, pero al mismo tiempo tiene una población demográficamente infinitamente más débil que China o que India. Hace unos meses el embajador de India en Francia me decía: ''¿usted ha pensado que de los 1.050 millones que tiene la India, hay más de 450 millones, es decir más que toda la población de Europa, que tienen un ingreso superior al ingreso medio europeo?''. Es menos de la mitad de la población del país, pero le ha impuesto un dinamismo al crecimiento indio enorme, y es una población equivalente a la de Europa. Esa clase media alta, imbuida de un sentido de mercantilismo y de progreso material, puede utilizar a una población pagándole ingresos mínimos. Son elementos que cambian los conceptos tradicionales de cuál es la potencia actual y la futura.
Europa, tecnológicamente, está casi al nivel de Estados Unidos, pero parecería que no tiene conciencia de su fuerza autónoma. Por ejemplo: Gran Bretaña está más unida a Estados Unidos que a Europa.


- Francia acaba de rechazar la Constitución Europea. Es un signo.
- Para mí no es el rechazo de Europa, sino el rechazo a este documento. En un país dividido políticamente jugaron en esa determinación, muchos factores nacionales. Pero Europa no tiene conciencia de su posibilidad de fuerza autónoma, y encara su futuro en relación con Estados Unidos. Creo que Europa está condicionada por una concepción política e ideológica que la une con Estados Unidos. Como la vieja OTAN.


- ¿Los territorios de la ex Unión Soviética forman parte de esa Europa?
- Tomemos por ejemplo los Balcanes. En realidad son marginales, no inciden. Y la ex Europa Oriental se ha transformado en la parte más estadounidense de Europa. Son una punta de lanza estadounidense tan intensa como puede ser Inglaterra. Pasaron de la sumisión al comunismo, a la sumisión absoluta al capitalismo norteamericano, pero además con la presencia de las mismas elites que fueron comunistas. Es difícil pensar en una autonomía de desarrollo internacional de Europa que equilibre a Estados Unidos. Ese equilibrio no puede venir de Europa.


- Hay un punto que puede ser muy interesante que es el papel de Turquía, porque es el único país islámico laico.
Sí, y el único en que el ejército es la garantía de la laicidad y la modernidad. Creo que es el modelo a imitar.


- El ingreso de Turquía a la Comunidad Europea podría ser un cambio cualitativo enorme.
- Podría, pero por ejemplo en Francia fue uno de los factores para el No. En Alemania, es tan grande el peso demográfico de los turcos que determina su posición política. Es decir que el reequilibrio no lo veo unido al desarrollo científico, tecnológico e incluso político de Europa. Sino que el equilibrio tiene que ser de un círculo externo a esa unión europea-americana.


- ¿Qué papel juega la Federación Rusa, que fue del año 45 al 90 la segunda superpotencia?
- Hace poco leía un artículo de un politólogo ruso que decía que la historia de ese país muestra una constante oposición de los europeístas y los orientalistas. Y decía que este dilema de la política rusa es insalvable y negativo para Rusia y para Europa. Que la única forma que Europa pueda constituirse en un contrapeso y un elemento de equilibrio internacional, es Rusia integrada con Europa. Esta es una cosa teórica, pero es evidente que la oscilación de Rusia de un lado a otro, no trae nada de positivo ni para su propia fuerza ni para la de Europa. Y tiene que optar entre incluirse en el equilibrio que puede venir de China o el que puede venir de Europa. Cortar con esa ambigüedad.


''La integración física no puede ser posterior a la económica''

- ¿Qué papel atribuye a las grandes obras de infraestructura en el proceso de integración de los países de la cuenca del Plata?
- Muy grande. La Hidrovía en primer lugar. Es un elemento fundamental que todavía no ha sido explotado porque evidentemente no se han hecho aun todas las obras necesarias para que sea realmente un aporte eficaz, rápido y barato. La integración física no puede ser posterior a la integración económica y comercial. Por lo menos debe ser concomitante. La gran vía, siempre hablada pero nunca concretada, de una autopista San Pablo, Porto Alegre, Montevideo, Buenos Aires, Santiago, es fundamental para que Brasil, Argentina y nosotros tengamos acceso directo al Pacífico, y el Pacífico al Atlántico. Esta obra tiene que hacerse. En este plano estaba el proyecto del puente Colonia Buenos Aires, que ha sido abandonado. Uruguay aprobó el tratado, Argentina no. No ha sido ratificado y ha entrado en el silencio más completo.

- Una de las cosas más conflictivas, desde el punto de la política territorial argentina, era el ir concentrando de algún modo todo en Buenos Aires.
- Bueno, ahora parece que la comunicación se haría de Brasil a Argentina por Uruguayana, atravesaría Argentina por el norte, dejando de lado a Uruguay. Pero es un tema del cual de golpe se dejó de hablar. Yo sigo pensando que el puente Colonia-Buenos Aires, unido a la autopista, es uno de los grandes elementos de integración física de la subregión. Unido a los gasoductos y una cantidad de cosas.

- Ha habido muchísimo lobby en torno al puente, parece que ha sido frenado más bien por intereses menores. Poca visión a largo plazo, y una extraordinaria preocupación por lo que va a pasar pasado mañana.
- Exactamente. No ha habido una planificación más allá de la cuestión inmobiliaria...

- Falta una mirada a largo plazo.
- Claro. No hay una estrategia de lo que el país es, lo que la subregión es.

- Brasil la tiene. Uruguay no y Argentina parece que tampoco.
- Brasil heredó una concepción de la política exterior de los portugueses: la integración de América Latina para Brasil. No digo esto con carácter peyorativo, está concebida así. En Uruguay ha habido destellos de una concepción geopolítica.

- Con Artigas por ejemplo, pero después, no más.
- En el momento de la gestación del Mercosur, porque el Mercosur existe por Uruguay. Si no hubiera sido por Uruguay jamás hubiera existido.

EL FENÓMENO TERRORISTA
- En ese reequilibrio, con Europa volcándose hacia Estados Unidos o hacia otros planos de desarrollo, ¿cómo juegan las afinidades civilizatorias de las que habla Huntington?
- En Huntington y en su teoría hay mucho de rescatable, pero como toda concepción unilateral, basa su tesis exclusivamente en la confrontación de los elementos ideológicos, religiosos o tradicionales de las civilizaciones, sin tener en cuenta los aspectos materiales de los intereses. Es parcial su explicación. ¿Puede plantearse un futuro de la humanidad sobre la base de un conflicto de la civilización cristiana con la musulmana? Puede ser que sí, o puede ser que no. Hay otro tipo de factores que inciden. Además el desprecio de Huntington por América Latina, a la que excluye de su visión del mundo, nos degrada de forma total. El terrorismo actual que azota a Europa está unido, quiérase o no, a algo que es un conflicto de civilizaciones. Blair, por ejemplo, trata de separar el terrorismo extremista islamista de la concepción islámica de la vida. Me parece bien, políticamente hay que hacerlo. Pero no se puede negar la influencia que el islamismo tiene en las formas actuales de terrorismo, que además es ocultado de forma lamentable. Se presenta al terrorismo como si fuera algo que no tiene causas. Sí hay causas, lo cual no significa decir que se justifiquen.
Enfrentar el terrorismo actual sólo en el plano militar y policial es un error tremendo. Se requiere la sanción, la represión policial, el uso de la violencia. Pero no se puede olvidar que hay causas. La pobreza es un elemento motor del terrorismo. La discriminación es un elemento motor del terrorismo. La negación del derecho a la libre determinación de los pueblos. ¿Por qué negarlo? No alcanza con reducir las libertades y actuar policialmente. Hay una obcecación en negar ese enfoque de analizar las causas. La propuesta de España en Naciones Unidas es la de impulsar una política de confluencia de civilizaciones.


- Una armonía que existía, por ejemplo, en el siglo X en Egipto.
- Y en España en la Edad Media, un ejemplo de armonización de cristianos, árabes y judíos. De modo que posible es.


AMÉRICA LATINA
- En este panorama, ¿dónde queda América Latina?
- La triste realidad es que América Latina pesa cada vez menos. En la macro política internacional, hoy en día no tiene peso. Brasil algo aporta, Venezuela con su petróleo, México un poco, no hay que olvidar que México exporta más que Brasil y Argentina juntos. Pero no pesa en las decisiones políticas internacionales. Esto se revierte solamente mediante un desarrollo económico pujante de América Latina, que deje de suministrar materias primas para el desarrollo de los otros y que deje de ser, según dicen los economistas, el continente con la más injusta distribución del ingreso.


- El Mercosur, el ALCA o las diferentes opciones de integración regional, ¿son respuestas eficaces?
- Yo creo que el Mercosur puede llegar a ser una relativa respuesta. Como núcleo en torno del cual se haga la integración de toda América Latina. El ALCA es algo completamente distinto que no tiene que ver con el futuro de América Latina. Es un puzzle que pretende unir la apertura de nuestros mercados con Estados Unidos. Puede ser conveniente siempre que sea realmente bilateral, que Estados Unidos se abra a nosotros. Si no, ¿para qué? No tiene nada que ver con el crecimiento y la incidencia de América Latina. Si no hay reciprocidad y una eliminación de los subsidios de los Estados Unidos, no sirve para nada, es nada más que abrirnos a los negocios de las grandes corporaciones norteamericanas. Pero además no tiene nada que ver con la incidencia política de América Latina en el mundo, dado que Estados Unidos no integra nuestro mundo.


- ¿Cuál es la situación de América Latina como vacío demográfico, frente la expansión de otras regiones en ese sentido?
- Hay un vacío demográfico en ciertas partes de América Latina, no en toda. Brasil está en plena expansión, dentro de poco va a llegar a doscientos millones de habitantes. El problema puede ser el desborde del crecimiento demográfico brasileño sobre zonas casi vacías vecinas. Uruguay es un espacio vacío, por ejemplo. Pero el crecimiento demográfico de México es tremendo, y se puede desbordar hacia Estados Unidos. En América Latina no hay un vacío demográfico, hay una inequitativa distribución demográfica.




Francia, destino cultural

- Desde una posición privilegiada, como Embajador en Francia, ¿cómo ve el peso que ha tenido la cultura francesa en la conformación de nuestro propio quehacer cultural?
- Es una realidad, pero hay que explotarla, hay que sacar provecho. La venida del Instituto Pasteur a Montevideo, como principal centro de toda América Latina, es algo muy positivo que puede ser seguido por otras expresiones de la cultura, la ciencia y la tecnología francesa en América Latina. Ahora, cuando el presidente Vázquez viaje a Francia en octubre, se va a firmar un acuerdo interesantísimo de cooperación en la lucha contra el cáncer, entre el recién creado Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer y el nuevo Instituto Nacional del Cáncer de Francia, con transferencia de tecnología, becas o vacunación.


- Cada vez tenemos menos acceso a la producción cultural francesa.
- Eso no es culpa sólo nuestra, es también de Francia. Pero por ejemplo, en materia de teatro, hace años que no vienen compañías, pero cuando vino hace poco una no había salas en Montevideo para presentarse, tuvieron que irse. Cuando yo era adolescente, me acuerdo que venían las compañías francesas. Ahora, alguna película, pero muy pocas. Cuando el viaje del presidente Chirac al Uruguay yo era embajador en Francia en ese momento- hice lo posible para combatir el Plan Rama, que significaba prácticamente la eliminación de la enseñanza del francés.


- Es un mundo que adopta el inglés como idioma universal.
- Los niños tienen que estudiar inglés desde la escuela primaria. Pero eso no implica excluir el francés. Deben complementarse, los idiomas nunca se excluyen, se suman.


- En cuanto a la llegada de las manifestaciones de nuestra cultura hay producción en la plástica, en la música, etcétera- a los grandes centros culturales. ¿Qué cosas cambiaría?
- Creo que más que cambiar hay que intensificar. Nosotros tenemos, en materia comercial, un déficit estructural permanente con Francia. Le compramos mucho más de lo que Francia nos compra. Tenemos un promedio de catorce o quince millones de déficit todos los años. Eso puede mejorarse, pero no puede cambiarse, porque la política económica no se dirige desde Francia sino desde Bruselas, y es la política general de la Unión Europea. Pero a través del fomento de las inversiones francesas, por la vía de la balanza de pagos puede compensarse el déficit comercial. Eso es muy importante. Ya hay una corriente de inversiones francesas muy importantes. Compra de tierras, agroindustrias, actividades económicas. En la parte cultural es paralelo: si hay un interés económico hay paralelamente un interés cultural. Por ejemplo: ¿por qué Uruguay no puede ser un país asociado a la Organización Mundial de la Francofonía? Que no requiere que el francés sea la lengua oficial, sino que sea una lengua hablada por una parte de la población. A través de esa integración puede aumentarse la inversión cultural francesa, las becas, la distribución de libros. Hace poco escuché una magnífica conferencia del embajador francés sobre la novela francesa actual. Los diez o quince nombres que citó, son prácticamente desconocidos en Uruguay. No llegan los títulos franceses. Cuando yo era adolescente uno iba a Barreiro y Ramos y había sectores enteros de libros franceses.


- El ex embajador en Estados Unidos, Hugo Fernández Faingold, instrumentó una política que permitió la exposición de obras de artistas uruguayos en ámbitos vinculados a la Embajada. ¿Se está pensando en algo similar en Francia?
- En Francia, lo que se hizo antes fueron grandes exposiciones Figari y Torres García. Pero de la nueva plástica prácticamente nada. Es un campo abierto. Lo mismo para el nuevo teatro, el cine que está despertando. Eso puede hacerse, hay que hacerlo sin ser excesivamente utópico, pensando que eso influye en la cultura francesa. No. Pero influye en nuestra cultura. Es un elemento generador de posibilidades de nuestra cultura de acceder al exterior. Yo pienso hacer todo lo posible, dentro de los limitados medios de que se disponen, porque todo eso supone financiamiento.


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