Fue el principal artífice de la apertura económica de la década
del setenta. Ministro en dos oportunidades durante la dictadura, liberal ortodoxo,
ingeniero de profesión, Alejandro Végh Villegas confiesa que sigue
pensando que Uruguay puede ser ''una pequeña Suiza dentro de este
continente subdesarrollado''. Sostiene que las asimetrías consagradas
en el MERCOSUR no harán, en definitiva, otra cosa que perjudicar a los
países pequeños, dice que la libre circulación de bienes
en la región está cada vez más lejos, analiza los logros
de la economía chilena, sugiere un camino similar para nuestro país
y asegura que eso de la asociación de Chile al MERCOSUR es pura declaración.
Se declara moderadamente optimista en cuanto a lo que puede hacer un gobierno
de izquierda en Uruguay, habla de Lula y del ''señor K'' y
considera que el escaso éxito que han tenido los últimos gobiernos
''liberales'' se debe sobre todo al peso de la tradición cultural
española.
Lo que sigue es el resultado de esta ''Charla para armar'' entre dosmil30
y el ex ministro de Economía.
Posadas - ¿Por dónde hay que buscar la salida a la crisis?
Végh - Yo creo que en estas circunstancias la producción agropecuaria
está haciendo punta para sacar al país del pozo. Pero tengo mucho
miedo de que en un país tan proclive a la nostalgia y a buscar que el
futuro que quiere realizar se parezca al pasado mágico, caiga otra vez
en aquella consigna de que ''el país se salva con el agro o con
él perece''.
El campo va a sacar al país del pozo en estas circunstancias, pero no
puede ser más la base del Producto Bruto uruguayo. El peligro es que
por esa afición a proyectar al futuro las cosas del pasado, volvamos
a hacer que el país abandone ideas de desarrollo, como el comercio, al
que se ve como una cosa de turcos. El campo naturalmente no es un gran proveedor
de empleo. El desarrollo tecnológico expulsa empleo.
De cualquier manera, también es cierto, y no lo digo como ex asesor de
la Sociedad Rural argentina, que desde hace pocos meses, con este boom agrícola
argentino, si se suma el empleo directo de los agricultores, más el indirecto
-los puertos, más alguna cadena de valor posterior, como las aceiteras,
más todo el transporte- hay algunos cálculos confiables que llegaban
a 25 o 27% del empleo total de la Argentina.
Con esta salvedad, yo me inclino a pensar que el agro puede ayudar a salir del
pozo, pero el empleo tiene que venir del comercio y los servicios.
Doyenart Viendo como se desarrolla la nueva economía
que comienza a instalarse en las últimas décadas del siglo pasado,
un país como el Uruguay, que es tomador de precios, de condiciones, ¿tiene
futuro en este escenario si concentra todos sus esfuerzos en la producción
agropecuaria? Porque uno ve que la clase dirigente uruguaya, y más en
esta coyuntura en que el agro nos empieza a sacar del pozo y que la aventura
del Uruguay plaza financiera fracasó, parece sugerir que nuestro destino
como nación es el viejo Uruguay.
Végh Hay mucho de novelería y superficialidad.
Se pasa de un extremo al otro por un episodio penoso que hemos pasado. Yo sigo
pensando que el Uruguay podría volver a ser una pequeña Suiza
en este continente subdesarrollado. El caso de Chile lo está mostrando.
U otros ejemplos que se mencionan a veces. Nuestro parecido con Bélgica
y Holanda es muy grande: somos pequeños, estamos en una ubicación
geográfica
privilegiada, tenemos vecinos grandes, tenemos acceso a ríos. Es similar
a lo que acontece con Bélgica, entre Francia y Alemania. No es casualidad
que el fundador del Uruguay y el fundador de Bélgica sea el mismo: Lord
Ponsomby.
Doyenart Es un vecindario distinto, ¿verdad? Una cosa es estar
allá metido en el corazón de la Comunidad Europea, y otra cosa
es estar entre Argentina y Brasil.
Végh Sí, en cuanto a la tradición histórica
es mejor estar allá, pero fíjese que a ellos también les
ha costado mucho. Baste citar los desastres del siglo veinte, las dos guerras,
sin hablar de las luchas religiosas del pasado. Así que no es cuestión
de decir que nosotros no tenemos esperanza.
CADA VEZ MÁS LEJOS
Pelúas Los últimos cambios de gobierno en la
región han producido un cambio en la política del MERCOSUR. Para
algunos hay un desvío de lo que fue el objetivo original del Tratado
de Asunción. ¿Qué puede pasar con Uruguay en ese ámbito?
Végh Y bueno, estos ámbitos regionales son básicamente
discriminación contra terceros. Uruguay discrimina a favor de Brasil
contra Europa y los países asiáticos con aranceles diferenciales,
y Brasil a favor de Uruguay. Lo que se ha visto en estos días tiende
a profundizar esa discriminación, porque se hace una discriminación
dentro de otra. Uruguay y Paraguay tendrán un tratamiento más
favorable por ser pequeños, cosa que comenzó a hacer ALADI y por
eso terminó mal. Como observó bien Celso Amorim, el canciller
brasileño, en relación a esta discriminación a favor de
los países pequeños del bloque: ''se lo vamos a dar, porque insisten
tanto, pero yo creo que no les conviene, porque rompe la uniformidad del arancel
externo común, y en esa medida ya no se puede tener una pared aduanera
común, y hacer dentro de ese recinto una libre circulación absoluta''.
Este es uno de los grandes defectos del MERCOSUR. Se dice, con cierta razón,
que si la Unión Europea demoró tanto, no hay que ponerse nerviosos.
Pero hay un éxito de la UE, que lo alcanzó bastante rápido,
que es la libre circulación dentro de la unión aduanera. Y creo
que nosotros estamos lejos, y yo diría que cada vez más lejos
de eso. A los quince o veinte años del Tratado de Roma, se podía
hacer prácticamente lo mismo que se hace hoy: que un empresario holandés
reciba un container de ropa de China, lo carga en un camión en Rótterdam,
se pone al volante y llega hasta El Pireo, en Grecia, sin una inspección
aduanera. Comparémoslo con lo que sucede en nuestra frontera, con las
tribulaciones de Lissidini incluidas. Ahí sí, yo creo que a doce
años del Tratado de Asunción, esta libre circulación es
un gran fracaso. Y estoy de acuerdo con Celso Amorim en que esta discriminación
la aleja cada vez más. Y los más perjudicados son los países
pequeños.
|
''NO DISCRIMINARÁS''
Grompone - ¿Qué sectores de la economía
hay que impulsar?
Végh A mi no me gusta la idea de impulsar un
sector elegido a dedo. Mi idea fundamental es no elegir ganadores, y menos
por parte del gobierno, sino simplemente cuidarse de no discriminar, ni
a favor ni en contra, como hemos hecho aquí por muchos años
con los reintegros a la exportación. El argumento fundamental que
es el mismo que me hace escéptico con respecto a estos mecanismos
regionales como el MERCOSUR y todos los otros- es que el primer mandamiento
es ''no discriminarás''. No es fácil, pero es posible. Nosotros
mismos, en algún momento, nos acercamos a eso. El caso de la plaza
financiera es un caso que merece una reflexión especial. El desastre
de las corridas bancarias y la crisis financiera que sufrimos el año
pasado, se explica en buena medida porque justamente al sector bancario
y no es una enfermedad uruguaya, si no que lo diga Estados Unidos
o Francia o Rusia- se le quiso dar una protección especial, que
implicaba una discriminación a favor, porque su supervivencia estaba
garantizada por el Estado. Al sector agropecuario se le podía ayudar
un poquito, pero a ninguno se le decía ''tú no quebrarás''.
Pero al sector bancario sí. Si sos grande hay que darte plata del
contribuyente. Por eso hay que tratar de eliminar estas discriminaciones
a favor, en las que al final los costos son muy altos. |
Grompone Hace pocos días escuché a Ernesto Talvi
decir que Uruguay debiera tomar una posición similar a la de Chile en
el MERCOSUR: asociado y no miembro pleno.
Végh Ah, yo creo que sí. Lo he conversado más de
una vez con Talvi. Yo creo que el camino uruguayo es el camino chileno. Esto
de Chile asociado al MERCOSUR es pura declaración, asociado minga. Tiene
un arancel externo del seis por ciento uniforme para todos los productos, de
dispersión cero, el arancel ideal. Lo que recomiendan los médicos.
Y no tiene nada que ver con el Tratado de Asunción. Hay una hipocresía
vigente: como el MERCOSUR es una cosa vistosa, o prestigiosa, o simpática,
no se puede reconocer en el discurso que a estos señores, los chilenos,
que son anti MERCOSUR, les va bien. Entonces los tenés que hacer
socios de alguna manera.
EL FRACASO LIBERAL
Grompone - Los últimos gobiernos han sido liberales. ¿Por
qué fracasan los liberales? ¿Por qué son poco liberales
los liberales en Uruguay?
Végh Es una buena pregunta. Yo he trabajado tanto con el doctor
Lacalle como con el doctor Batlle, y nos conocemos bastante. Creo que, dentro
del necesario realismo político que hay que tener para sobrevivir -porque
una cosa es predicar en una academia y otra trabajar en política- son
auténticos liberales. Yo los pongo en la misma categoría. ¿Por
qué no han tenido más éxito en plasmar esos principios
liberales? Creo que, tanto en un caso como en el otro, han tenido la dificultad
insuperable del sistema político y la tradición cultural del país,
muy influido por la herencia española, tremendamente mercantilista, que
es un obstáculo muy grande.
Y después, sobre todo a Batlle, le han tocado tiempos muy difíciles,
la catástrofe argentina fue de gran magnitud. En el caso de Lacalle,
creo que el contraste del plebiscito sobre las telecomunicaciones en el 92 fue
una derrota muy grande, pero pese a eso lo absorbió y casi volvió
a ganar el Partido Nacional en 1994. Pero creo que la respuesta a su excelente
pregunta está básicamente en la tradición cultural de herencia
española, que hace muy difícil el liberalismo. Los liberales del
siglo diecinueve y el veinte, en todos los países de la región,
no sólo Uruguay, han chocado contra esto. Y luego, en otro aspecto, creo
que sobre todo a Batlle le afectó el desastre argentino.
Grompone Hay otro ingrediente: la tradición del Uruguay
de José Batlle Y Ordóñez.
Végh Exacto. Lo de don Pepe es sin duda un ingrediente autóctono
que tuerce el rumbo de la historia económica uruguaya. En realidad, la
ruptura de la ortodoxia económica liberal en el Uruguay se produce básicamente
en 1875, veinte años antes de don Pepe. Ya ahí hay una sombra
proteccionista, ya no es el liberalismo cuyo apogeo Ramón Díaz
dice en su último libro que se da entre la Guerra Grande y 1875. Veinticinco
años después viene lo de don Pepe, que robustece la tendencia
proteccionista, se aleja del liberalismo puro, aunque es un ortodoxo fiscal
y cambiario, y deja profundas huellas en su partido y en el Partido Nacional
para todo el siglo veinte.
En una exposición que hice para un trabajo que estaba haciendo Gerardo
Caetano, aventuré la conjetura de que en la formación del pensamiento
de Batlle -ortodoxa en lo presupuestal y cambiario, pero intervencionista del
Estado a favor de los menos favorecidos- por el tiempo que estuvo en Europa
de 1907 a 1911, tiene que haber influido la obra formidable que había
hecho Bismark en Alemania. No sólo la construcción del Primer
Reich alemán, sino la política que los alemanes liberales más
puros veían con inquietud, de meterse a favorecer a los obreros, con
leyes especiales de protección, contra la teoría de laissez
faire, que era la vigente en el siglo diecinueve. En la antesala de la
segunda guerra, Bismark había muerto hacía poco tiempo, pero la
sombra de su obra estaba.
Yo no recordaba ninguna mención a esta posible influencia sobre don Pepe,
y Julio María Sanguinetti, que habló en la misma reunión,
me apoyó en esto diciendo que tenía referencia documental de que
don Pepe conocía bien el pensamiento de Bismark.
Posadas Yo creo que lo que dice Ramón Díaz es
cierto en cuanto a que comienza a descubrir decisiones de gobierno en 1875 que
rompen la tradición liberal. Pero esas decisiones llegan hasta lo que
se decide. Los mitos son mucho más poderosos que eso. Y el mito de don
Pepe Batlle se produce después de las decisiones de Batlle, y lo que
perdura y tiene mucho más fuerza que cualquier decisión de gobierno
es el mito estatista, que influye en el imaginario colectivo de que el Edén
era ese. Por eso en el Uruguay, todos los esfuerzos son por volver al jardín
del Edén. El mito tiene mucho más fuerza que el personaje.
Végh Estoy de acuerdo. Creo que la construcción
del mito posterior a la acción concreta y la muerte de don Pepe, tiene
dos responsable: Luis Batlle y el Partido Nacional. Porque Luis Batlle contribuyó
a esa construcción del mito, incluso más allá del pensamiento
de don Pepe. Y el Partido Nacional se impregnó de ese mito, de esa tentación
socialista, para decirlo de alguna manera.
Doyenart Las ideas liberales fueron predominantes en la última
década del siglo pasado en América latina. La idea era: terminemos
de desmontar el estado de bienestar social porque ya no existe, y vayamos a
una economía ultraliberal. En la implementación de esas ideas
el fracaso fue notable.
Végh Salvo en Chile.
Doyenart Salvo en Chile, perfecto.
Végh Y si uno va a América del Norte, México
es otra excepción. Pero convengamos que del Canal de Panamá para
aquí, hubo un fracaso del liberalismo, salvo en Chile.
|
EL HÁBITO DE PEDIR
''Cuando fui ministro no tuve una relación cordial ni afectuosa
con muchos empresarios. A mí no me gustaba hablar con empresarios
en forma individual ni mucho menos con las cámaras. Creo que se
pierde bastante tiempo con eso. Pero recuerdo que una vez me invitó
a una casa en Carrasco un grupo de empresarios de la industria aceitera.
Un asado agradable, con tragos y todas esas cosas, y uno de ellos me dice:
''ingeniero, le voy a decir una cosa que le va a gustar, a usted que está
al término de su gestión. Para que vea que ha sentado una
disciplina y ha tenido éxito por lo menos en algunas cosas. Fíjese
que el otro día estábamos en nuestra cámara y se
decidió a las nueve de la mañana, al comienzo de la reunión,
pedirle una entrevista para solicitar un tratamiento especial, bajar los
aranceles para la importación de girasol durante tres meses''.
Pedían una excepción a una regla que yo había dictado.
''Se aprobó siguió contando el empresario- y pasamos
a otro tema. Cuando llegaron las once de la mañana, uno de los
que había votado, pidió reconsideración del tema
y dijo: ¿para qué vamos a ir a quitarle el tiempo
al ministro con esto, cuando sabemos que nos va a decir que no? .
Y se votó casi por unanimidad no pedir la audiencia''. Le digo:
''mire, efectivamente, me pone muy contento''. Y creo que es un ejemplo
muy menor de que esas conductas se pueden cambiar''.
|
Doyenart Incluso teje un manto muy negativo sobre muchas de
las ideas que yo, por lo menos, considero que son las que tenemos que impulsar.
Pero deja un saldo negativo a tal punto que hoy está predominando el
antiliberalismo. Pero ¿qué ocurre? No hay estrategias alternativas.
Entonces hemos caído un poco en el vacío. Todo aquello que se
intentó en la década del noventa y fracasó, no va más.
Y voy a aquello que usted decía: estar en contra de las discriminaciones,
ley pareja para todos y dejar hacer. Esas ideas sonarían muy razonables
y apostaría a ellas si uno tuviera una sociedad con una impronta competitiva
y productiva importante, y una clase empresarial como es la chilena, o como
tiene San Pablo...
Végh Sí, pero Chile no la tenía hace veinte
años.
Doyenart La construyó durante la dictadura de Pinochet.
Se construyó una clase empresarial capitalista. Uruguay no la tiene.
Entonces ¿es viable que nos planteemos no incentivar ningún área,
es viable decir ''leyes parejas para todos''?
Végh Hay dos puntos que me interesa marcar dentro de
su razonamiento. Uno sobre el discurso y la práctica, y otro sobre la
mentalidad de la clase empresarial. Sobre el primer punto, diría que
de aquí en más, mirando al futuro, mi conjetura es que en América
del Sur, en este momento, lo que está predominando es una especie de
hipocresía o divorcio aparente entre el discurso y la acción,
por razones políticas. Me refiero sobre todo a Brasil y Argentina.
A mí, que sé más por viejo que por diablo aunque soy ambas
cosas y recordando mi propia historia, cuando leo los discursos de Lula y del
''señor K'' como le dicen en Buenos Aires, aunque otros le dicen
''el marido de la Cristina''- me recuerda mucho a Janio Quadros y Arturo Frondizi.
¿Qué hicieron? Bueno, una ortodoxia fiscal y monetaria total,
y un discurso tercermundista, populista, un poco pour la galerie. Y
no les fue muy bien, porque los dos duraron poco. La política de hacer
ruido tercermundista en el exterior y hacer ortodoxia económica en lo
interno, me parece que es lo que están haciendo estos dos presidentes.
Entonces, hay un rechazo al liberalismo en el discurso, pero habrá que
ver en los hechos cómo actúan los gobiernos, mismo suponiendo
que no les va a ir tan mal a Lula y al señor K como a Quadros y Frondizi.
Sobre la clase empresarial, creo que un gobierno con ideas claras y firmes no
autoritario pero sí firme- cambia las conductas de las personas. No hay
necesidad de cambiar filosóficamente una cultura. Y eso es lo que hicieron
los chilenos.
Conozco a los empresarios chilenos desde los tiempos de Jorge Alessandri. Yo
viajé mucho con mi padre, que tenía negocios petroleros mucho
antes de los tiempos de Pinochet, en los tiempos de Gabriel González
Videla. En tiempos de esa gente, bajo un dirigismo bastante acentuado el
petróleo era todo del Estado- en el empresariado nadie protestaba, todos
pedían un favorcito, su nicho en el cementerio donde fueran, defendiendo
su quintita. Y todo eso cambió, y el empresariado chileno es el más
dinámico que hay, va y viene, nadie piensa en ir a pedir nada a un ministro,
un arancel... por favor.
Grompone Ese es el punto central. ¿Por qué Chile?
Porque hay tres o cuatro versiones. La más fácil: que Pinochet
lo cambió. Otra es que hubo una reacción muy importante al gobierno
de Allende, una preparación de los industriales y los empresarios que
prepararon todo un plan de reconstrucción de Chile y se lo entregaron
a Pinochet. Y la tercera podría ser por condiciones naturales del país.
¿Cuál es su visión? ¿Por qué triunfaron los
liberales en Chile?
Végh Bueno, estas cosas son demasiado complejas, y el
éxito es demasiado contrastante para ser fruto de una cosa simplista.
Pero en estos años, en mi etapa final, uno se pone a pensar sobre las
cosas y confirma muchas conjeturas que tenía ya de niño. Y de
la misma manera que la geografía ilumina el futuro uruguayo cuando uno
ve el mapa, también el mapa explica una de las razones del éxito
importante de la economía chilena. Mi padre decía: ''si jugás
al fútbol en Chile la pelota siempre termina o en la cordillera o en
el agua''. Cuando uno mira el mapa de Chile, ve que la Cordillera de los Andes
establece una separación tremenda con la Argentina, y que del otro lado
está el Océano Pacífico. Y encima, el polo y el desierto.
Eso es decisivo, es muy importante. Antes del Canal de Panamá, había
un contacto muy estrecho entre Chile y California.
Y otra cosa que también creo que influye: es bueno recordar que mientras
nosotros estábamos en plena guerra civil, Chile ya era un país
relativamente estable. Y Diego Portales estaba dirigiendo el país un
poco como Pinochet. Creo que esa historia chilena tan contrastante con la anarquía
del Río de la Plata, y también la colombiana, la venezolana o
la peruana, es importante.
Y después, también hay una cuestión intelectual, académica,
que no viene del empresariado, sino del contacto de las universidades chilenas
con universidades norteamericanas de primer nivel. Sobre todo Chicago. El otro
día, en una reunión en Buenos Aires, alguien me dijo que un norteamericano
que estaba estudiando el ambiente académico chileno, antes de Pinochet
y de Allende, le dijo allá por 1960: ''Chile va a tener una pequeña
revolución, porque está formando una generación académica
muy importante y con ideas muy claras''. Yo creo que ese grupo de los Chicago
boys fue muy importante. Yo seguí con atención los primeros
años de Pinochet, y fueron años de bastante dirigismo y bastante
confusión. El hombre de confianza de Pinochet al momento de asumir el
poder era un empresario exitoso, pero que había trabajado siempre con
el Estado. Era un ingeniero que era un hombre dirigista. Cuando él fracasó,
recién ahí Pinochet llamó a los Chicago boys.
LA IZQUIERDA Y EL GOBIERNO: ''SOY OPTIMISTA''
Pelúas - ¿Cómo se imagina un gobierno de izquierda
en Uruguay?
Végh (se ríe) Esa es una adivinanza. Es muy complejo.
Yo soy optimista, algunos de mis amigos dicen que estoy en una etapa de optimismo
senil y probablemente tengan razón, por aquello de que se pierde todo
menos la esperanza. Pero a mí me parece que por las razones que mencionaba
anteriormente, aunque el lenguaje sea distinto, los principios básicos
no se van a alterar sustancialmente. Es una esperanza más que una convicción.
Creo que el comportamiento de Lula en Brasil, que ha sido en este primer año
bastante ortodoxo por cierto y le ha costado una tasa de crecimiento cero, y
mismo observando al ''marido de Cristina'' (se ríe), aún con sus
declaraciones un poco imprudentes que tienen un propósito mediático,
todo es congruente con lo que la conjetura que hacía en el sentido de
que el lenguaje va a ser más heterodoxo, con otros componentes -que yo
desde mi liberalismo puro no dejo de compartir en muchos aspectos, como los
juicios del Señor K sobre el Fondo Monetario- pero no muy diferente en
lo sustancial. Soy optimista en ese sentido.
Doyenart Voy a manifestar una discrepancia. Lo que usted nos
está diciendo es que posiblemente un gobierno del doctor Vázquez
va a ser más de lo mismo, no va a cambiar mucha cosa. A mi no me genera
optimismo eso. Yo estoy convencido que este país necesita muchos cambios,
que blancos y colorados, más allá de su discurso, hicieron mal
o no se animaron a hacer. La izquierda va a tener más legitimidad que
blancos y colorados. Si hay alguien en este país que podría privatizar
o asociar empresas públicas, por ejemplo, es la izquierda.
Végh Es lo que hizo Miterrand en Francia o Tony Blair
en Inglaterra.
Doyenart Ahora, ¿usted ve a la izquierda uruguaya en
eso?
Végh En Brasil también es la primera vez que
el PT llega al poder, y fíjese las reformas de fondo que ha hecho, como
la de la seguridad social. Así que yo no descarto eso. Pero comparto
lo que usted dice que tal vez mi discurso, por razones de edad tal vez, tiende
a ser un poco permisivo. Un día Bordaberry, en un momento de debilidad,
me autorizó a hablar directamente con los comandantes en Jefe. Y fui
a la sede ,el ESMACO. Eran las siete de la tarde, estaban Vadora, Paladini,
de la Fuerza Aérea, y González Ibargoyen, de la Armada. Ya había
pasado el momento más crítico, la reforma cambiaria, la cuestión
presupuestal, eran tiempos de relativa comodidad, allá por el 75. yo
nunca fui muy comunicativo con ellos, pero ya nos conocíamos un poco
y nos llevábamos bien. La desconfianza que había, que yo era un
representante de la rosca oligárquica, y que favorecía a los empresarios
y todo eso, ya se había disipado. Pero ese día yo estaba más
comunicativo y sonriente que de costumbre, y después de tomarnos algunos
whiskicitos y eso, Paladini, que creo que era el que más simpatizaba
conmigo, me dice: ''ministro, se le nota contento, ¿ha tenido un buen
día?''. ''La verdad que sí le dije-. Son las siete y media
de la tarde, llegué al ministerio a las ocho y media de la mañana
y no he recibido a nadie en mi despacho, ningún empresario me pidió
nada, no firmé ningún decreto, ningún proyecto de ley,
ninguna resolución, nada. Imagínese lo que el sector privado de
la actividad productiva ha aprovechado el día de hoy''.
Por supuesto, se dieron cuenta que no era una broma. Se quedaron pensando unos
segundos y Vadora, que era el más rápido, dice: ''pero ministro,
su respuesta es muy elocuente. Como liberal que es, de su doctrina ha hecho
una indolencia'' (risas). Y el peligro por supuesto está: el nuevo gobierno,
sea del color que sea, tiene que entrar a cortar algunas cosas, y hacer algunas
cosas que no son fáciles.
Doyenart Por otro lado creo que la izquierda es mucho más
permeable a las presiones sectoriales. Y en esto incluyo a los empresarios,
no hablo sólo de los sindicatos.
Végh - ¿Usted dice que es más permeable a los
grupos de presión que los partidos tradicionales?
Doyenart Es más permeable.
Végh No sé... no creo que eso esté demostrado.
Sin duda, en el caso de ANCAP, ha sido permeable a la presión de la Federación
ANCAP, pero no sé... Nuestros partidos tradicionales son muy permeables
también.
Doyenart Estuve siete años en la Mesa Política
del Frente (risas).
Végh Conoce mejor que nosotros entonces...
Doyenart Conozco desde adentro, y sé que tiene una enorme
sensibilidad a las presiones de todo tipo. Por eso soy pesimista.
Posadas Una observación. Hace unos días hubo
en la Universidad, auspiciada por el Instituto de Ciencia Política, un
seminario de dos días sobre la izquierda, sobre cómo sería
un gobierno de izquierda. El primero que habló fue Sosa Días,
y dijo que el título del seminario estaba mal expresado. ''No va a haber
ningún gobierno de izquierda. Quien va a ganar las elecciones no es la
izquierda, es el Frente Amplio. Va a haber un gobierno del Frente Amplio, que
no es lo mismo''.
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