Alemania salió al moderno Estadio de Durban a mostrar por qué siempre que se trata de Mundiales, guste o no, está en la definición.
Sin un juego vistoso pero sí efectivo, los germanos dominaron el trámite de principio a fin. A los 6' abrieron el score con un golazo de Lukas Podolski, quien ajustició a Schwarzer con un zurdazo potente, culminando una buena jugada de Müller por el carril derecho.
Australia mostró serios inconvenientes en su retaguardia, que nunca hizo pie a pesar de acumular muchos hombres en el sector defensivo. Además, García estaba demasiado solo en la ofensiva de un equipo partido y sin volumen de juego.
Alemania siguió yendo al araque con insistencia y desperdició ocasiones claras hasta que llegó el cabezazo de Miroslav Klose a los 25'. El delantero que va por el récord de Ronaldo, conectó un centro desde la derecha bien servido por Lahm y aprovechando la mala salida de Schwarzer estableció el 2-0 con el que se fueron al descanso.
Para el complemento, si el panorama ya era complicado para los de Oceanía, lo fue aún más desde la expulsión de Tim Cahil por una dura entrada a los 10'. El equipo se quedó con un hombre menos y para peor, era el único que, de a ratos, le hacía compañía a un solitario García que chocaba constantemente con una férrea línea de cuatro.
Alemania siguió con el pie en el acelerador y llegó al tercer tanto por una buena maniobra de Müller, finalizada con un derechazo bajo y cruzado que dio en el poste antes de besar las redes.
Por último, Cacau sustituyó a Klose y en su primer intervención marcó con toque corto. Fueron cuatro, pero pudieron ser más para un equipo que, si siempre es candidato por el solo peso de su camiseta, con su debut confirmó la chapa, más allá de enfrentar a una selección que nunca estuvo a la altura de la competencia.