Hace ya muchos años que mi viejo emigró a la Argentina, hace ya muchos años que cada vez que venía de paseo nos decía a mis hermanos y a mí que de las cosas que más extrañaba del viejo Carrasco, la que más recuerdos le traía a la memoria eran las fogatas de eucaliptus que ardían en casi todas las manzanas, caminata mediante para disfrutar de esos pocos días de visita.

Hace ya un tiempo que por imperio de la necesidad, yo también he tenido que emigrar, a tierras más lejanas, y resuenan en mi memoria las palabras del viejo cuando esa "pavada" de las fogatas, nos resultaba un detalle insignificante.

Cuanto daría en estos momentos por sentir ese olorcito tan particular, que agolpa en mi memoria gran parte de mi vida. Es que Carrasco, aquel Carrasco, será mi barrio eterno a pesar de vivir en Bilbao.


Por  Lobocarbonero