Nuestra sección Qué es de la Vida se dedicó durante dos años a realizar un repaso exhaustivo por el paradero de las estrellas de ayer. Repasamos ahora los personajes a los que dimos captura durante ese tiempo, gracias a la colaboración de los lectores



 
 
¡Toma Moreno!



Para los niños de los años '80 el programa "Entre amigos" del español José Luis Moreno era algo así como "La revista estelar pero con onda". Es que tenía el largo insufrible de esos magazines de fin de semana y cierto tufillo a grasa -mil disculpas, Humberto- pero al menos uno podía toparse con Macario, Monchito y Rockefeller, tres muñecos que eran llevados a la vida por el ventrílocuo menos ventrílocuo del mundo.

José Luis Moreno era el Bill Gates de los ventrílocuos. No era el mejor de su rubro, pero era un empresario tan hábil y tan capacitado para la auto promoción que quedó en la memoria de todos como un auténtico genio de las dos voces. En realidad, cuando hacía hablar a sus muñecos, movía la boca más que ellos, pero se encargaba de disimularlo con un micrófono extra large y su habilidad para cambiar el tono de voz. Su virtud era la creación de personajes y el timing, no la proeza física de hablar con el estómago. Moreno era Gepetto invertido, y con ello no nos referimos a sus ganas de salir del ropero sino a su capacidad para crear muñecos que lo hicieran millonarios en vez de convertirlos en elogios a la pobreza y la moderación.

Moreno fue cantante de ópera y sobrino del famoso ventrílocuo "Señor Wences". Como nuestro Humberto, hizo de todo: teatro, neurocirugía, literatura, música y televisión. Con la pasión de su tío (seis de sus hermanos también se dedicaron al mismo arte), comenzó desde joven a crear a sus tres personajes más famosos: Macario, una suerte de inmigrante alemán bastante ingenuo; Monchito, galleguísimo y desbocado y Rockefeller, un cuervo millonario, afrancesado y descarado.

Además de realizar presentaciones personales, el éxito de José Luis Moreno llegó con el programa "Entre amigos" en 1985, donde utilizaba a sus muñecos como números cómicos entre la presentación de sus números cutres y espectáculos de varietés no exentos de cierto patetismo.

Durante diez años Rockefeller, Monchito y Macario entretuvieron a la audiencia latinoamericana, consiguiendo bastante éxito hasta que la fórmula empezó a desgastarse. Durante ese lapso, sin embargo, su personaje Rockefeller llegó a interactuar en vivo con el Papa Juan Pablo II, Golda Meir o Indira Gandhi. Quizá ello le valió ser elegido como el mejor ventrílocuo del mundo hace veinte años en un festival celebrado en Canadá.

El pope de los muñecos siguió realizando algunas galas para eventos privados, pero con el signo de $ entre ojo y ojo, decidió inclinarse por otros proyectos televisivos. Cabe acotar que -teniendo en cuenta los conceptos de los críticos españoles- Moreno es una suerte de Tinelli español, un Rey Midas de la grasada. Los programas que dirigió o produjo son tratados de "horteras", "rancios" o "casposos", pero acumulan cada vez más puntos de rating.



Siguió con los magazines de dudosa reputación, como "Tu gran noche" (donde presentó a la Cicciolina con un desnudo integral, una proeza que sólo había logrado hasta el momento cualquier persona que se lo propusiera o le diera dinero por ello, y un privilegio solamente alcanzado por cualquiera con voluntad de acercarse a un videoclub) y luego "Noche de fiesta", un programa de variedades que se emitía los sábados de noche hasta el año 2004, de gran éxito en pensionistas y jubilados.

Su gran éxito como productor fue la comedia "Aquí no hay quien viva" (cuya franquicia en Argentina es protagonizada por el uruguayo Daniel Hendler), iniciada en el año 2003.

José Luis Moreno está vivo, bien y tiene mucha plata. En el 2005 y 2006 revivió brevemente a "Entre Amigos" y actualmente produce varias series como "La que se avecina" y "Escenas de matrimonio". Tuvo también su paso por el cine. Su momento más glorioso fue en la película de Santiago Segura "Torrente 2: Misión en Marbella", en la que interpreta al villano Spinelli, un terrorista que se propone destruir la ciudad de Marbella.

Vive en una mansión de más de 5.000 metros cuadrados, con dos piscinas, gimnasio, sauna, pista de tenis, sala de reuniones, vestidores y tres despachos. Entre tanto billetín, su vocación como ventrílocuo desapareció para siempre. ¿Qué es de la vida de Rockefeller, Macario y Monchito?

José Luis Moreno se resiste a hablar de ellos y, a diferencia de otros ventrílocuos, no generó ningún tipo de comportamiento esquizoide con ellos. No los baña, ni los viste ni charla con ellos cuando nadie lo ve. No tienen cuartos propios ni están expuestos en vitrinas. Rockefeller, Macario y Monchito duermen en unas grandes maletas de viaje que se confunden con muchas otras apiladas en el vestidor contiguo al dormitorio de Moreno. En las valijas todavía cuelgan las etiquetas de la compañía aérea que les llevó en su último viaje por Europa, lo que significa que no van a salir por un tiempo. El propio ventrílocuo confesó que ya no tiene tiempo, porque "ellos necesitan una atención especializada. Hay que prepararles los sketchs, informarles de la actualidad, sacarles su humor brillante... Probablemente mi etapa de ventrílocuo se ha terminado para siempre", le dijo a El Mundo. Le faltó agregar "ay, qué contentón toy".

Los tres duermen plácidos, aunque Moreno, por las noches, sueña que una voz lejana y amortiguada por dos capas de cuero le grita: "¡Toma, Moreno!". El ventrílocuo se despierta sudando y Rockefeller, mientras tanto, grazna como un pajarraco desagradecido.

A continuación, un video de Macario junto a José Luis Moreno.