Contenido creado por Gerardo Carrasco
Cultura

La magia que no cesa

La historia sin fin: 40 años cautivando la imaginación de los lectores

Hace cuatro décadas llegaba a las librerías alemanas una obra que estaba llamada a transformarse en un clásico moderno.

12.03.2019 12:01

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2019-03-12T12:01:00-03:00
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Montevideo Portal

Dirigida a un público juvenil pero disfrutada por lectores de todas las edades, la novela fue traducida a 40 lenguas y también dio lugar a una exitosa versión cinematográfica, estrenada en 1984.

En marzo de 1979, la historia de Bastian Balthazar Bux y su viaje por un mundo de fantasía comenzaban su andadura editorial. El libro La historia sin fin (Die unendliche Geschichte), de Michael Ende, fue un éxito mundial: un chico roba un libro, se apasiona por la historia, y entra en la propia narrativa, en un mundo de seres diferentes, bosques densos y mucha imaginación. En este universo paralelo, Bastian y su amigo Atreju luchan para salvar un reino y su emperatriz. Se cuenta que el libro tuvo tanto éxito que en algunos momentos la editorial no tenía papel para imprimir nuevas ediciones.

El autor alemán fue conocido en la escena literaria por sus libros fantasiosos sobre mundos fascinantes, escritos para niños, adolescentes y adultos. Fallecido en 1995, este año cumpliría 90 años.

Pasados 40 años de la publicación del libro de mayor éxito del autor, sus historias continúan cosechando éxitos. La historia sin fin pasó a formato sonoro que fue premiado como mejor audiolibro infantil por la emisora pública alemana WDR, y fue homenajeada por Google con un Doodle en 2016, cuando se cumplieron 37 años de su primera edición.

Los libros del escritor ya se han traducido en más de 40 idiomas. Sin embargo, Michael Ende no quería ser visto como un escritor de libros infantiles y no era un secreto que no le gustó que su libro más famoso se convirtiera en película, según publica la agencia noticiosa alemana DW.

La obra fue llevada a la pantalla por el director Wolfgang Petersen y el productor Bernd Eichinger en 1984, cinco años después de su lanzamiento. A pesar de que la cinta rompió récords de taquilla, Ende se distanció de ella, calificándola públicamente como "un gigantesco melodrama kitsch, comercial, de peluche y plástico".

Ulli Pfau, uno de los productores del film, contó a la revista Der Spiegel que durante el rodaje el autor sufrió por temor de que la película fuera reducida a una "versión Disney" de la historia, algo que era precisamente lo que Pfau pretendía, admitió.

El temor del autor tenía que ver con que no se respetara el telón de fondo de la obra que, a pesar de fantasiosa, no es chata en absoluto e incluye conceptos profundos. Detrás de las aventuras, se esconden metáforas sobre la vida, y la peripecia de un niño solitario en busca de sí mismo.

La versión cinematográfica está inmersa hasta hoy en una disputa judicial surgida por contratos suscritos luego de la filmación, en la década de 1980, acerca de los derechos de comercialización de la obra.

A pesar de todo, Fuchur, el dragón blanco del protagonista es, aún hoy, uno de los más famosos y amados ingredientes de la Bavaria Filmstadt, el centro de producciones cinematográficas donde la aventura fue filmada, y que pertenece a la centenaria Bavaria Film.

Michael Ende era hijo del pintor surrealista Edgar Ende. Nació en 1929 en la pequeña ciudad de Garmisch-Partenkirchen, en el estado de Baviera, en el sur de Alemania. Llegó a estudiar para ser autor, pero finalmente hizo su carreras como escritor freelance.

En 1960 publicó su primer libro, Jim Knopf y Lucas, el maquinista. Después de ser rechazado por más de diez editoriales, logró publicarlo y obtuvo éxito de inmediato, siendo traducido a más de 20 idiomas.

Su segundo triunfo, Momo, fue publicado en 1973. Seis años más tarde, surgía la obra maestra del autor, La historia sin fin. Michael Ende escribió libros, novelas, óperas y poesías para todos los públicos hasta su muerte, en 1995, víctima de un cáncer de estómago.

El músico Wilfried Hiller, amigo de Ende, recuerda bien de aquellos tiempos en que el escritor estaba sumergido en la redacción de La historia sin fin. Juntos, escribieron algunas canciones y óperas, pero el libro consumía todo el tiempo de Ende. "Me dijo que por el momento no podía escribir ningún texto para mí, por estar atrapado en un libro del que no podía salir", cuenta.

Según Hiller, los sueños eran el mundo del escritor: el mensaje que atraviesa toda su obra es "que el ser humano necesita sueños y no puede vivir sin ellos".

Michael Ende se decía heredero de la escuela romántica alemana, especialmente de Novalis. Algunos críticos literarios, sin embargo, atacaron justamente ese carácter soñador, y tacharon sus historias como evidentemente didácticas y llenas de pretensiones de mejorar el mundo.

Birgit Dankert, autor de una biografía sobre del escritor, en una entrevista al periódico Die Welt definió a Ende como un autor que impulsó el reconocimiento internacional de la literatura infanto-juvenil alemana.

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