Fotógrafa harta de los “celulares entrometidos” hace catarsis y se viraliza

Hannah Mbalenhle Stanley reside en Fort Worth, Texas, y se desempeña como fotógrafa. Su especialización son los eventos sociales como bautismos, cumpleaños y bodas.

Días atrás, la profesional cargó en las redes sociales contra una "plaga" que está afectando su trabajo y los resultados deseados por los clientes: los entrometidos que -teléfono en mano- quieren captar su propia imagen a toda costa. Para colmo, la mayoría de ellos parecería llevar antiojeras como los caballos de tiro, y no se percatan de que están estorbando al resto de la gente que contempla la escena y -obviamente- al fotógrafo.

"No solo arruinaste mi foto, sino que le quitaste ese momento al novio, al padre de la novia y a la novia. ¿Qué planeas hacer exactamente con esa foto? Honestamente. ¿Vas a imprimirla? ¿Guardarla? ¿Mirarla todos los días? No, no lo harás", escribió la profesional, dirigiéndose a una joven que interfirió con su trabajo en el peor momento.

Asimismo, exhortó a las personas invitadas a casamientos a apagar sus dispositivos móviles y disfrutar de la ceremonia. "Ustedes son importantes para los novios, de lo contrario, no asistirían a la boda. Así que, por favor, déjenme hacer mi trabajo, y solo siéntense, relájense y disfruten de ese momento único en la vida", agregó, según recoge la agencia noticiosa RT.

La publicación de Stanley tuvo cientos de miles de interacciones, la mayoría de ellos comentarios coincidentes con el parecer de la fotógrafa, provenientes de gentes que confesaban estar hartas de la omnipresencia de los celulares, y de toparse siempre son estos aparatos en medio de todo lo que miraban.

Sin embargo, no faltaron quienes criticaron a la autora del texto, entre ellos otros fotógrafos, colegas que entendieron que sin duda debió tener tiempo de sobra para tomar una nueva foto similar u otras aún mejores, y que opinaron que el fotógrafo debe moverse en el entorno en que trabaja y buscar la forma de hacer sus fotos, y no pretender que el mundo se pliegue a sus necesidades o exigencias.