Contenido creado por Martín Otheguy
Metralleta

Alianza francesa

Entrevista metralleta con el francés Greg Cheynet, que se presenta junto a Mario Villagrán el 24

"Hay un vínculo antiguo entre la chanson francesa y la canción rioplatense": con Greg Cheynet, que se presenta junto a Mario Villagrán este 24 de setiembre.

20.09.2016 11:58

Lectura: 4'

2016-09-20T11:58:00-03:00
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El francés Greg Cheynet y el uruguayo Mario Villagrán hacen alianza musical este sábado 24 para presentar sus canciones en Pulpo Rojo (Florida 1215 esquina Canelones) a partir de las 22 horas. En resumen, chanson française y música uruguaya en un bistró del barrio de las artes de Montevideo.

Luego de su presentación en el Auditorio del Sodre y de su gira por Buenos Aires, Córdoba y Rosario, el músico francés radicado en Montevideo Greg Cheynet tocará con su banda canciones de Eponyme, su álbum debut editado en Uruguay por el sello Perro Andaluz. La banda está integrada por Alvaro Umpiérrez en violín, melódica y guitarra eléctrica, Andrés Torrón en mandolina, teclados y guitarra eléctrica, Roberto De Bellis en contrabajo y Nico Parrillo en batería.

Las vueltas de la vida trajeron a Greg Cheynet a Uruguay hace ya unos diez años, completando un largo periplo iniciado en su natal Saint Etienne y que lo llevó también a países como Chile y México. El resultado de su interpretación de la chanson tradicional francesa, a la que agrega elementos de su propio bagaje cultural, es Eponyme, el primer disco de canciones francesas originales integralmente producido y grabado en Uruguay.

Mario VIllagrán, mientras tanto, adelantará canciones de Mapa al extraviado, su nuevo álbum que se editará a principios de octubre, también por el sello Perro Andaluz. La banda de Mario está integrada por Andrés Torrón en guitarra eléctrica, Roberto De Bellis en contrabajo y Manuel Villagrán en batería. Mario presentará su disco en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre el miércoles 19 de octubre.

En la previa de este show de dos artistas tan distintos pero cuya música se complementa también, sometimos a Greg Cheynet a nuestra entrevista Metralleta.

¿Cuál es el primer recuerdo de tu llegada a Uruguay?

Un día ventoso y friolento de setiembre 2005. Dos días antes, un ciclón había tirado un montón de árboles y causado la muerte de 11 personas en todo el país.

¿Cuál es la primera canción uruguaya que recordás haber escuchado?
"Pal que se va", de Zitarrosa.

¿Cómo definirías la música de Greg Cheynet a alguien que nunca la escuchó?
Música pop, con influencias muy variadas... en francés.

¿Qué vínculo hay entre la canción rioplatense y la chanson francesa?
Creo un vínculo antiguo, que remonta al fin del siglo XIX y los cabarets parisinos que influenciaron mucho la estética del tango. Luego, el mismo tango transformó eso para crear algo nuevo que marcó a su vez la cultura musical francesa con mucha fuerza.

¿Cómo conociste a Mario Villagrán y qué pensaste cuando escuchaste su música?
Lo conocí a través de Andrés Torrón, productor de mi disco y del último disco de Mario. Cuando lo escuché, me encantó porque no lograba definir si me hacía pensar en Buenos Aires o Río de Janeiro. Es este lugar tan singular que tiene Uruguay en el mapa y que se siente en la música de Mario.

¿Qué es lo que más extrañás de Francia?
La familia, los amigos... ¡y el queso! (risas)

Un concepto que se repita en Eponyme...
La despedida.

¿Cuáles fueron tus primeras influencias?
Georges Brassens, Leonard Cohen, Jimi Hendrix...

¿Qué canción de otro autor te gustaría haber compuesto?
"Tomo y obligo", de Carlos Gardel y Manuel Romero.

¿Y qué autor te gustaría que versionara un tema tuyo?
Juan Campodónico.

¿Cuál es el primer disco que recordás haber comprado?
Bouge de là, de MC Solar.

¿Y el último?
Voz y violao, de Joao Gilberto.

¿Qué libros hay en tu mesa de luz?
En este momento, un libro llamado Boussole (Brújula). Hace tiempo ya que está ahí porque es muy denso. Tal vez cambie pronto.

¿Qué fue lo último que te emocionó?
Leerles el cuento del "Passe-muraille" (el atraviesa-paredes) a mis niños, cuando en el final queda atrapado en una pared muy ancha y sigue ahí, lamentándose, y en las noches de luna llena el pintor de Montmartre, que es el único en saber que él está ahí, saca su guitarra y le canta una canción, y las notas de música atraviesan el corazón de la piedra como gotas de claro de luna.