Sinopsis
Inexorable, el dolor se presenta en algún momento de la vida y nos arrasa con la contundencia de un huracán. La muerte de un ser querido, una separación, las enfermedades, los problemas económicos son todas circunstancias que generan sufrimiento. ¿De qué manera atravesamos esos momentos difíciles? ¿Negamos los sentimientos y seguimos adelante sin detenernos a pensar? ¿O nos hundimos en el padecimiento tan profundamente que pareciera que no existe nada más?
En este libro, Bernardo Stamateas propone pautas para aprender a gestionar el dolor y convertirlo en una oportunidad de crecimiento y transformación personal. Con el tono íntimo y cercano que ya es su sello, el autor nos invita a mirar el dolor a la cara, reconocerlo, descubrir sus distintas formas e intensidades, así como los contextos en los que aparece, para asumir una actitud consciente y activa frente a él. A través de consejos, frases motivadoras y ejemplos que propician la reflexión, la propuesta es poner en juego lo mejor de nosotros mismos para convertir las dificultades en una instancia de libertad y autoafirmaciónLos dolores de la vida
Empezar a leer
Distintos tipos de pérdidas
Al hablar de pérdidas, nos referimos a varios tipos: las materiales, la pérdida de los seres queridos, de un amor, de la imagen, de la salud, del trabajo, del rol social, de un amigo... Pero a pesar de su diversidad, todas estas pérdidas tienen algo en común: el dolor que ocasionan.
No conozco ninguna persona a la que le agrade hablar sobre el dolor. Por lo general, preferimos evitar el tema o disfrazarlo de algún modo. Lo cierto es que, nos guste o no, todos tenemos que enfrentar el dolor en algún momento de nuestras vidas. El dolor es universal y nos hace iguales a todos los seres humanos sobre la faz de la tierra.
Uno no puede ir por la vida sin dolor. Lo que podemos hacer es elegir el dolor que la vida nos presenta.
Bernie S. Siegel
Pero ¿por qué sentimos dolor?
Por las pérdidas que experimentamos a lo largo de los años.
Existen distintos tipos de pérdidas:
a) Las pérdidas materiales. Podemos perder cosas, objetos. Quizás tu abuela te regaló una lapicera y la perdiste. Una lapicera tal vez para otro no es nada, pero ese objeto material para vos posee una carga afectiva, porque no es cualquier lapicera: es "la lapicera de la abuela". Todos hemos perdido cosas materiales.
Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.
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