Contenido creado por Gerardo Carrasco
Cultura

Control remoto

Dirigir desde casa: el nuevo gran reto para los artistas escénicos uruguayos

"El oficio de creación es como un músculo que si dejas de usarlo empieza a atrofiarse”, enfatiza la artista Tamara Cubas.

10.02.2021 11:02

Lectura: 5'

2021-02-10T11:02:00-03:00
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Con una súbita suspensión de giras, ensayos y estrenos, la pandemia significó para los directores teatrales y artistas escénicos uruguayos un "shock" de obligada reflexión que, por inercia, los lanzó al gran reto de aliarse con las tecnologías, adaptar sus obras y dirigir desde casa.

 

Un año después de que la paralización de la ciudad china de Wuhan por un brote de covid-19 activara alarmas en todo el mundo, los artistas no desisten de motivar con sus creaciones un necesario respiro.

 

Aun así, la paralización de actividades y cierre de fronteras que desencadenó la pandemia implicó para los artistas un choque tanto emocional como económico que, como relata a Efe la coreógrafa y artista visual Tamara Cubas, puso en riesgo un ritmo de trabajo bastante especial.

 

NO PERDER MÚSCULO

 

Para la artista, que tenía en su agenda para mediados del 2020 una gira por Europa, Australia y Medio Oriente, el proceso de los artistas y gestores culturales es "complejo", ya que, más allá de la retribución económica, es la "producción de pensamiento" la que mueve el trabajo.

 

"Si vos sos una persona que viene trabajando y creando, que eso se pare un año y medio implica que la persona se va a dispersar hacia otros lugares y va a generar un alto en su proceso de producción de pensamiento y entrenamiento de oficio", sostiene.

 

Si bien admite que, a raíz de la emergencia sanitaria iniciada el 13 de marzo decidió suspender su trabajo porque no puede "traducirlo" al medio digital, Cubas señala que pronto se dio cuenta de que debía retomarlo para no perder ese "músculo".

 

"El oficio de creación es como un músculo que si dejas de usarlo empieza a perder grosor, a atrofiarse, y si lo tenés que poner otra vez a tiro implica mucho, de eso se trata, cómo poder seguir ejercitando esa musculatura", destaca, y añade que el mayor desafío estaba en "reconvertir" sus proyectos.

 

Es así que, para el festival "Santiago a mil", que se celebra de forma presencial y virtual desde enero en Santiago de Chile, la artista preparó una instalación que es parte de un proyecto de largo alcance sobre mujeres migrantes denominado "Sea of Silence / Mar de silencio".

 

Cubas, que diseñó la pieza desde Uruguay y de una forma que se adaptara a los protocolos sanitarios y un aforo limitado, pudo viajar al festival para ultimar los detalles, algo que, dice, fue "buenísimo" para su metodología de trabajo, ya que para ella ver cómo se comporta lo material en el espacio es clave.

 

DIRIGIR A DISTANCIA

 

Si bien contó con el "privilegio" de poder viajar a España por un mes el pasado noviembre exclusivamente para ensayar su obra "Historia de un jabalí o algo de Ricardo", el dramaturgo y director de teatro Gabriel Calderón también vio sus planes alterados por la pandemia.

 

Aunque la versión catalana de su obra, un monólogo protagonizado por el actor Joan Carreras, se iba a estrenar en el festival Grec de Barcelona, la pandemia lo impidió y el estreno se dio en el marco del festival Temporada Alta de Girona en diciembre.

 

A lo que apunta que la pandemia afectó principalmente sus tiempos y plazos, ya que "desplazó todo".

 

Mientras coordina desde Montevideo una versión de "Ana contra la muerte" que estrenará en abril en la sala de Emilia Romagna Teatro en Módena (Italia), el director explica cómo es dirigir desde el otro lado del Atlántico.

 

"En estos momentos estuve haciendo el casting todo virtual, estoy con el diseño de la escenografía y todo ese trabajo de ver bocetos, tomar decisiones, seleccionar las actrices lo estoy haciendo a distancia", detalla, y a esto añade que, si bien otros también ensayan por esa vía, a él le resulta imposible hacerlo así.

 

Por otro lado, si bien tanto Calderón como Cubas coinciden en que hay incertidumbre sobre si con las vacunas y el cese de la crisis se volverá a la normalidad, para el gestor cultural José Miguel Onaindia es una certeza que las nuevas formas de encuentro llegaron para quedarse.

 

"Esto es algo que la pandemia o esta situación de confinamiento trajo pero son formas nuevas de colaborar y de montar espectáculos que van a quedar, que se van a adicionar a las formas tradicionales", estima el argentino, que se desempeñó hasta 2019 como coordinador del Instituto Nacional de Artes Escénicas.

 

UN TEATRO INTERACTIVO

 

Para la directora y dramaturga Florencia Lindner, el parón de la pandemia fue un momento de reflexión ya que no tenía por ese entonces nada que mostrar y aprovechó esos meses para explorar las nuevas formas de hacer teatro con las que había experimentado un tiempo atrás.

 

Lindner, que, asegura, trabaja siempre en colectivo y no cree en el esquema "piramidal", comenzó a elaborar su última obra a partir de una idea; como algunos amigos suyos viven en países con confinamiento obligatorio, los acompañaba virtualmente durante sus salidas a hacer compras.

 

Junto con su colectivo Lado B, la dramaturga ideó así "Ciudad invisible", una pieza que explora la premisa de que "las ciudades son lo que hacemos de ellas" y lo que pasa cuando la aglomeración deja de ser parte de ellas.

 

La obra, que estrenó en "Santiago a mil", consiste así en que un "performer" uruguayo acompañe al espectador mediante audios, videos y fotos en un recorrido por su ciudad mientras comparten actividades y charlan.

 

Según la directora, la experiencia que dirigió para Chile desde Montevideo desveló que "hay hambre de encuentro", ya que si hay algo que probó la pandemia es que el ser humano necesita la interacción con el otro, así sea virtual, y eso no implica solo una pasiva observación desde la butaca de una sala.

EFE