Contenido creado por Lorena Zeballos
Cultura

Eso ya depende de vos

Alejandro De Barbieri: “No se puede forzar a perdonar, pero sí vivir con inteligencia espiritual”

El autor presenta “La vida en tus manos”, su nuevo libro, una invitación a la autocrítica y a la necesidad de los adultos de hacerse cargo de su vida.

29.10.2018 14:54

Lectura: 8'

2018-10-29T14:54:00-03:00
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Desde que salió Educar sin culpa, Alejandro De Barbieri se dedicó a dar charlas y a recorrer el país, mientras se sucedían nuevas ediciones tanto en Uruguay como en el exterior.

Los cientos de interacciones que Alejandro recibe a diario dan cuenta de una necesidad de recibir el material, como si lo estuviéramos esperando.

Y entre esos mensajes, las charlas y las redes sociales se fue escribiendo este nuevo libro dirigido a todos los que de una manera u otra somos "adultos frágiles" y tenemos que empezar a hacernos más cargo de nuestra vida.

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"La vida en tus manos" es como una especie de "rezongo"...

Esa es la idea, es difícil encontrar un título para un libro. Yo tenía en la cabeza una frase que era "de víctimas a protagonistas" pero víctima es una palabra medio negativa, entonces encontramos esa expresión que creo que muy gráfica. Quiere decid eso: que cada uno tome la vida en sus manos.

Hacés referencia a lo que llamás "adulto frágil"

Sí. Un poco después de Educar sin culpa, nos dimos cuenta de que hablamos de la fragilidad en el rol padre y madre. Tres años después dando charlas y escribiendo, me di cuenta de que la fragilidad era más que en ese rol. Estaba también presente en el trabajo, en la pareja, en la convivencia, es decir, en lo difícil que es convivir en la sociedad actual.

Entonces exploramos que esa fragilidad tenía que ver con ese adulto que se victimiza, que dice que no tiene nada que ver, que le echa la culpa al otro, que no se hace cargo, que no es responsable... y por ahí salió el hilo conductor del libro.

De ahí lo del rezongo, porque ya cuando empieza decís "Hacete cargo de tus problemas"...

El primer capítulo es "se precisan adultos". Un poco como digo en las charlas, la rabieta las hace el niño, la rabieta la hace tu compañero de trabajo, pero uno tiene que ser adulto, respirar y tener la capacidad de no responder.

Hoy en día vemos que está todo mundo frágil, todo el mundo está sensible, todo mundo se ofende, me dijiste, no me dijiste y ahí es que así vivimos con estrés ansiedad con depresión. De alguna manera la invitación es "no, pará", vamos a generar una revolución de adultos.

Estás recorriendo el país dando charlas y también en las redes que son como un campo de batalla aparte...

Cuando terminó "Educar sin culpa" era muy difícil después sentarse a escribir. Y dejé que la vida pasara también, sin presiones, dando charlas hasta que apareciera un contenido nuevo que valiera la pena escribir. Las charlas dan mucho input, las redes también. Por ejemplo, lo del adulto frágil salió de un post que puse en Facebook, donde realmente la gente se prendió. Lo guardé y fui escribiendo otras cositas y así se formó el libro. Los adultos me reclamaban "para cuándo algo para nosotros".

En los asuntos de pareja hay como conversaciones que parecen obvias, pero no lo son y allí también hablás derecho con el lector.

La parte de la pareja fue el primer capítulo que quería escribir, incluso pensé que podía hacer un libro solo de parejas.

A veces son cosas obvias, incluso cuando voy a las charlas me cubro y digo "quizás no escuches nada nuevo o lo nuevo quizás sea recordar cosas que olvidaste por el camino".

En este caso la pareja, el diálogo, el tiempo, la empatía.

La empatía recorre todo el libro

A la empatía la uso mucho. Lo que cura es el vínculo y la base es la empatía. Para un terapeuta con un paciente, más allá de la teoría que tenga, si tiene una personalidad empática y logra captar lo que el otro siente y que se exprese, entonces la terapia va en coche.

Y exploré eso en el trabajo y en la pareja. Puse algunos ejercicios en el libro y además de ponerse en los zapatos del otro quise profundizar un poco más y no juzgar, escuchar, tomar en cuenta las emociones, darle a la empatía un poquito más de cuerpo... en el fondo la inteligencia emocional.

Hay un cambio también en el ámbito laboral, como el tratar de ser felices allí

Totalmente. A veces se confunde empacho con felicidad. En la pareja también, nos venden que todo tiene que estar fantástico. Entonces cuando hay un problema nos venimos abajo. En el trabajo también. La gente posterga la felicidad para cuando salga el trabajo, como que es el "deber ser", una obligación... con esto pago las cuenta y con eso pasamos bien, porque es la vida no es este trabajo. A veces uno se quiere quedar en el trabajo gracias a que tiene un buen jefe o gerente, alguien que lo desarrolla a crecer y a veces no se puede ir por una problemática. Yo le digo si tú no te podés ir, bueno no claudiques tu total libertad, o sea prepárate. Todavía puedes llegar a tu casa contento. Siempre trato de meter la logoterapia el sentido de la libertad que tiene que tener la persona para cambiar la actitud.

La realidad cambió también. Estamos muchas horas dedicados al trabajo y cuando llegamos a casa estamos complicados.

Siempre digo que uno se encuentra en la peor versión del niño con la peor versión del adulto. Porque vos estás cansado, el niño también está cansado y es ahí donde tenemos que nosotros ser adultos, respirar y agradecer. También contarle cuando te va bien en el trabajo, no ser hipócritas. También le estás transmitiendo un valor con eso. De una dificultad del trabajo con compañero que no vino, que ellos vean que vos estás metido en el mundo. No del que trabajo es todo feliz, porque si ahí después los millenials se nos desarman cuando les marcás algo.

En las charlas que estás dando, cuáles son los tópicos, cuáles son las grandes preocupaciones de los uruguayos.

Con cada libro me abro una charla. Hay muchas cosas, lo que plantea "La vida en tus manos" que tu decís que es como un rezongo es que hay mucha gente que no se quiere hacer cargo. Este es el drama. Hay gente que prefiere que la manden. Esa es una dificultad, el hacerse responsable. Es lo bueno que tiene libro: "mirá, tu mujer te condiciona, Uruguay te condiciona, la crisis condiciona, pero lo que tú haces con eso tu actitud, tu parte libre y es lo que va a ser que seos una persona distinta". No quedarme que todo está mal, es un poco lo que tiene mucho en otro país: tema de depresión, baja autoestima, tema de inferioridad. El uruguayo tiene un problema de autoestima que complica. Al uruguayo hay que motivarlo para que se despierte un poco. Muchos de estos líderes de empresas están desmotivados de motivar a desmotivados. O sea, porque motivar a desmotivados, desmotiva.

Las empresas están preocupadas por eso

Yo trabajo mucho con las empresas y en el libro hay un capítulo que está inspirado en el trabajo y creo que hay una apertura a esto de gerenciar la felicidad. No es sólo el tema de trabajar sino no tener muchos recursos. No somos recursos humanos, somos personas con muchos recursos.

Me encanta esa expresión que quiere decir que no soy un humano tratado como un robot. Si quieres un robot entonces pierdo libertad y hago lo que me dicen que tengo que hacer... cumplo. Pero si soy un humano con muchos recursos entonces soy creativo, voy a estar disponible, voy a estar tan feliz en mi trabajo y las empresas han crecido mucho en eso.

Hay un capítulo dedicado al perdón

El capítulo de vivir con inteligencia espiritual. Fijate cómo cuesta porque ya en algunas notas que he hecho me ponen abajo inteligencia emocional en el zócalo. La inteligencia emocional es bárbara, pero hay que dar un paso más. Muchos de estos autores que hablan de la felicidad en realidad hablan del sentido de la vida. Inteligencia espiritual es darle un proyecto a tu vida, darle un sentido que incluye agradecer, perdonar. Salir de la queja, que es ser agradecido, la resiliencia, el sentido del humor y es el último capítulo y el perdón es un capítulo que a mí me gustó mucho escribir.

Con respecto al perdón digo que no se puede forzar a perdonar, pero sí vivir con inteligencia espiritual y tener la adultez de dejar ir eso por el camino para poder seguir. Si no, quedo como un adulto frágil que reclama, el rencoroso.

Y volvemos al inicio, depende de mí también, y el libro se hace como un camino

Tuve que encontrar una estructura del libro que era la fragilidad en todas las áreas. Y al final es un capítulo como más para arriba en el sentido de "bueno ahora proyectate, agradecé, perdoná y seguí".