Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

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Experimentan terapia que usa virus modificado para combatir letal tumor cerebral infantil

El virus es editado genéticamente para que destruya desde dentro las células tumorales, sin afectar las sanas.

06.07.2022 11:39

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2022-07-06T11:39:00-03:00
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Una terapia que usa un virus para matar a las células tumorales se puede administrar de forma segura a los niños que tienen una forma rara e incurable de cáncer del cerebro, encontró un estudio temprano.

En el estudio, que se publicó en la edición del 30 de junio de la revista New England Journal of Medicine, participaron apenas 12 niños con la enfermedad, el glioma pontino intrínseco difuso (GPID).

Pero los expertos señalan que demuestra la factibilidad de administrar de forma directa la terapia vírica al cáncer, que se forma en el tallo cerebral.

Pero está por verse si el método al final alargará las vidas de los niños.

El GPID es raro, y afecta a entre 200 y 400 niños cada año en EE. UU. No hay cura, en gran parte debido a la naturaleza del cáncer: surge en una parte del tallo cerebral llamado puente (o pons), que controla funciones corporales tan esenciales como la respiración y la frecuencia cardiaca. Los tumores parecen hilos y se entrelazan con el tejido cerebral normal, lo que complica el asunto, y hace que extirpar el cáncer mediante cirugía resulte imposible.

Ahora mismo, la radioterapia es la terapia principal para el GPID.

"En la mayoría de los pacientes, aunque no en todos, el cáncer responde inicialmente a la radiación", comentó la Dra. Susan Chi, subdirectora de neurooncología del Instituto Oncológico Dana-Farber y el Hospital Pediátrico de Boston.

Lamentablemente, explicó, esto solo gana tiempo, ya que es casi seguro que el cáncer avance de nuevo. Muchos niños diagnosticados con un GPID mueren en un plazo de un año, y menos de un 10 por ciento sobreviven dos años, muestran los estudios.

"Es probable que este sea el peor diagnóstico de un tumor que se puede dar a las familias", apuntó Chi, que no participó en el nuevo estudio.

En el ensayo, investigadores de España, Países Bajos y Estados Unidos recurrieron a la terapia vírica oncolítica, un método que se ha estado estudiando para ciertos tipos de cáncer, entre ellos otros tumores del cerebro. La premisa se basa en el hecho de que algunos virus pueden infectar y matar a las células tumorales.

La terapia vírica implica a virus que se han modificado en el laboratorio para que infecten y se reproduzcan con eficiencia dentro de las células tumorales, al mismo tiempo que dejan intactas a las células sanas. Una terapia de este tipo, un virus de herpes genéticamente modificado, está aprobado en EE. UU. para el tratamiento del melanoma.

En esta ocasión, los investigadores usaron un virus del resfriado modificado, llamado DNX-2401, que se ha mostrado que mata a las células del GPID en animales de laboratorio. Los investigadores utilizaron una cánula (un tubo fino) de diseño especial para infundir poco a poco la terapia vírica en los tumores de 12 niños y adolescentes con un GPID recién diagnosticado. Entonces, los pacientes recibieron la radiación estándar.

El objetivo principal era evaluar la seguridad del procedimiento, según los investigadores, dirigidos por el Dr. Jaime Gallego Pérez Larraya, del Instituto de Investigación de Navarra, en España.

Y, en general, los efectos secundarios más comunes fueron dolor de cabeza, náuseas, vómitos y fatiga. Dos niños desarrollaron una debilidad significativa en las extremidades, temporal en un caso, que es uno de los problemas de "entrar en el puente", apuntó Chi.

Lamentablemente, la mayoría de los niños al final fallecieron de su enfermedad, pero la mediana de supervivencia (18 meses) fue más alta que la que en general se observa en el GPID. Mediana significa que la mitad vivieron más tiempo, y la mitad menos tiempo.

Pero Chi advirtió que "es demasiado pronto para sacar conclusiones".

Algunos niños con GPID sí viven durante esa cantidad de tiempo, anotó, y no está claro que la terapia vírica en sí (en lugar de la radioterapia) alargara las vidas de algunos niños.

Por otro lado, Chi apuntó que dos niños seguían con vida más de 30 meses después. Esto incluyó a un niño que seguía libre de progresión tras 38 meses.

La Dra. Evanthia Galanis, oncóloga de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, que estudia la terapia vírica oncolítica, afirmó que los hallazgos tempranos eran "promisorios".

"El método se toleró bien, y el virus fue al lugar indicado", comentó Galanis, autora de un editorial que se publicó junto al estudio.

Como Chi, dijo que los hallazgos sobre la supervivencia se deben interpretar con precaución, dado que el ensayo se diseñó primariamente para evaluar la seguridad.

Según Galanis, al principio los investigadores creían que los virus oncolíticos podrían funcionar al matar a las células tumorales de forma directa, replicándose dentro de las células hasta que reventaran. Pero, a lo largo de los años, los estudios han mostrado que el proceso también desencadena una respuesta inmunitaria contra el cáncer.

"Pienso que es parte eliminación directa, y parte inmunoterapia", planteó Galanis, según recoge un artículo de la reportera especializada Amy Norton, publicado en HealthDay News.

Explicó que, en general, la respuesta inmunitaria al GPID, y otros tipos de gliomas, es suprimida, tanto por el cáncer como por los tratamientos estándar en su contra. Pero cuando las células tumorales se infectan con virus oncolíticos, envían señales que pueden atraer una respuesta inmunitaria.

Ambos médicos apuntaron a algunas preguntas clave para el futuro: ¿Puede la terapia vírica combinarse con otros tipos de tratamiento para mejorar la supervivencia al GPID? ¿Hay ciertos pacientes que son más propensos que otros a beneficiarse de un virus oncolítico?

De los dos niños del ensayo con la supervivencia más larga, uno tenía un tumor con una mutación genética que se ha vinculado con una supervivencia relativamente mejor, apuntaron los investigadores.

Chi apuntó que "es obvio que [la terapia vírica] no es una panacea" en este ensayo inicial. Pero, añadió, esta es la forma en que la investigación sobre el cáncer progresa en general, con adelantos incrementales.