A su servicio![]() Llega a las salas de cine "Kingsman: el Servicio Secreto" y su director, Matthew Vaughn, explicó por qué es una película con "energía positiva". Productor y socio de Guy Ritchie en la época de "Snatch", marido y padre de los tres hijos de Claudia Schiffer y, desde hace una década, también director de cine de acción, el londinense Matthew Vaughn vuelve a mezclar su pasado aristócrata con su tendencia "hooligan" en el filme "Kingsman: el Servicio Secreto". El director de "Kick-Ass" y la cuarta entrega de "X-Men" reclama sus raíces británicas en este filme de espionaje de corte juvenil que funciona como un relevo generacional para James Bond y a la vez establece un juego de tutelaje al estilo "My Fair Lady" entre todo un caballero, Colin Firth, y un chico de barrio, Taron Egerton. Vaughan define "Kingsman", en la que también aparecen Mark Hamill, Michael Caine y Samuel L. Jackson, como "acción con buenos modales", pues aseguró en una entrevista con Efe que "los buenos modales pueden cambiar el mundo". "Si todo el mundo se comportara y fuera educado, el mundo sería distinto", sostuvo. "Kingsman: el Servicio Secreto", que se estrena este jueves en Uruguay, cuenta la historia de un cuerpo de élite que busca un nuevo miembro y somete a varios jóvenes a unas durísimas pruebas de fuerza, estrategia y compañerismo a la vez que intenta resolver la peligrosa amenaza de un multimillonario psicópata que quiere diezmar la población del mundo. Vaughn, quizás porque sus hijos empiezan a crecer o quizás porque el mundo está "bastante oscuro", reconoce que su nueva película fue realizada desde su punto de su "yo" más paternal. Es por eso que lanzó un mensaje de esperanza con esa historia del niño de los suburbios que acaba convertido en agente secreto y que supera a todos sus compañeros de alta calificación en las mejores universidades con humanidad, sabiduría callejera y sentido común. "En Reino Unido, como en España, los jóvenes no tienen trabajo y ese es uno de los temas de la película. Dar una oportunidad a los niños y que puedan conseguir lo que quieren en la vida. Es un filme divertido y entretenido, pero tiene un mensaje serio", aseguró. El ritmo de videoclip, las escenas de acción hipercoreografiadas (con influencias de Quentin Tarantino) y, sobre todo, el derroche de pulsión juvenil, acaban convirtiendo a "Kingsman: el Servicio Secreto" en una cinta llena de energía positiva. "El mundo está más oscuro ahora que hace unos años y el público necesita algo más luminoso. Cuando todo iba bien, había un 'boom' económico, todo el mundo era feliz, nos podíamos permitir hacer 'Dark Knight'. Ahora está todo complicado, todo el mundo lucha por sobrevivir, y necesitamos un poco de diversión", aseguró. El director, nacido en Londres en 1971 en una buenísima familia, en 1995 conoció a la horma de su zapato en el director de cine Guy Ritchie. Con sangre igualmente noble, pero con un gusto refinado para la imagen y la violencia, ambos definieron un nuevo lenguaje para la acción inglesa, al darle un barniz "underground" a la famosa flema británica. Triunfaron entonces en el cine, con películas como "Lock, Stock and Two Smoking Barrels" o "Snatch", y con las mujeres, Guy Ritchie se casó con Madonna y Vaughn con Claudia Schiffer. Era el éxito de ese híbrido que tenía la masculinidad primitiva del "hooligan" y la educación de un Oxford o un Cambridge. "Son dos mundos que conozco. Tomo experiencias de ambos y las mezclo, les trato de dar un giro moderno y único, aunque siempre tenga una base de realidad en los personajes", concluyó. (con información de EFE) |
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