Lamentable

Mónica Farro estuvo presente en "Desayuno Americano", magazine matutino que se emite por América en Argentina, y allí, después de muchas especulaciones, confirmó que era maltratada físicamente por Jorge Luengo, productor de Ideas del Sur con quien estuvo a punto de casarse, y de quien se separó después que se conocieran fotos de él en la cama con otras chicas.

La uruguaya, quien nunca denunció al Negrito, contó que no lo hizo por "miedo a que soy extranjera, acá no tengo a nadie, mi familia no sabía. Me iba a quedar sin trabajo, sin casa, sin todo", ya que él le decía que si ella iba a la policía, la productora de Marcelo Tinelli la despediría. "Me lo hizo creer en algún momento. Hoy entiendo que no", manifestó.

La violencia psicológica también estuvo presente. "No sos nada, andate a Uruguay, viniste a robar la plata", eran cosas que él le decía. "Entré a Ideas del Sur por mí, porque a él lo conocí ahí adentro. En un momento fue tanto el ‘vos estás acá gracias a mí', que yo me lo creí", dijo Farro, quien añadió que en esas épocas "era un perro maltratado".

En medio de sus confesiones, la uruguaya se peleó con Rocío Marengo, porque ésta le preguntó si nunca le había pegado, y Farro le recordó que en Intrusos, en alguna ocasión, había dicho que a las mujeres las golpeaban porque se lo merecían. "Cuando una persona es una bolsa de boxeo se va a defender, y yo soy una mina muy fuerte. Me defendí hasta cuando pude. Cuando ya no pude, no me defendí más", explicó la uruguaya, quien tildó de "mala compañera" a la otra rubia.

La discusión siguió, y cuando la panelista de "Desayuno Americano" insistió en que conocía detalles de la relación, la vedette retrucó. "¿Qué sabías? ¿Te lo cogías también?", increpó, generando una tensa situación en el estudio de América.

Farro contó que Luengo se golpeaba a sí mismo y se daba la cabeza contra la pared. "Era una relación enferma", se sinceró la bailarina. "Capaz que hoy estaba muerta, o capaz que nos habíamos matado los dos", especuló, recordando que en 17 años de matrimonio con el ex futbolista Enrique Ferraro nunca había habido una agresión física.

"En el último tiempo, en el que había adelgazado siete kilos, que vivía llorando y que era un alma sin vida, yo me quedaba quieta, y que pasara lo que pasara", confesó.

"La policía fue cinco veces a mi casa. Antes de mudarme con él, los vecinos golpeaban la puerta, era una locura de los dos. Yo me quise suicidar dos veces el año pasado cuando surgió esto de las minitas que habían estado con él. Me pasaron cosas muy grosas, comía y vomitaba. No tuve el valor pero sí tuve el cuchillo en la mano. Me rompió un diente y me fisuró un dedo. Me da pena que mi hijo escuche esto, aunque mi hijo me vio con la cabeza sangrando en Mar del Plata. Mi hijo lo odia", concluyó.