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Censo en Uruguay
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El Instituto Nacional de Estadística reveló datos preliminares del censo realizado a mediados de 2023 y acá te los explicamos.
UNO MÁS, UNO MENOS
Tres millones y medio:
estamos ante “el final del crecimiento”, según expertos
El Instituto Nacional de Estadística reveló datos preliminares del censo realizado a mediados de 2023 y acá te los explicamos.

Un censo saca una foto. Una foto que muestra cómo es un país y las personas que habitan en él. Una foto, entonces, que describe y deja ver una forma. Que puede agrandarse y mostrar de qué pixeles (o personas) están hechas esas partes que, de lejos, no se ven.

Así funciona. Click, sale la foto. Click, así es Uruguay en 2023.

Aunque, claro, el proceso de cómo sacarla es bastante más complejo que apretar un botón.

“Los sistemas estadísticos pensaron en los censos como una inversión, más que como un gasto”, dice Wanda Cabella, antropóloga y doctora en Demografía. Es cierto que para este censo de 2023 se estimó un presupuesto de 20 millones de dólares y eso se traduce en un gasto público. Pero, argumenta Cabella, pocas políticas públicas pueden implementarse si no se conoce a la población de un país.

Aunque se cuenta cada vez más con herramientas recolectoras de datos públicos, hay información que “en Uruguay no se puede saber si no es con un censo”, dice Cabella. Incluso, con sistemas de información de la población mucho más sofisticados que el uruguayo, el censo todavía tiene un sentido importante.

“Los estados necesitan saber cómo es que su poblacion está compuesta y dónde está ubicada para tomar decisiones de política pública en relación a eso y, por tanto, es importante mantener cierta periodicidad de estos relevamientos”, dice a su vez Ignacio Pardo, docente e investigador del Programa de Población de la Universidad de la República.

Los censos captan fenómenos sociales pequeños. Hacen preguntas básicas, pero permiten vincular los resultados. Vincular la información. Es una fuente de datos universal, porque su objetivo es llegar a todas las personas residentes en el territorio.

Muestran, como nada más lo hace, las tendencias demográficas subnacionales: las migraciones internas. Y las externas: los que vienen y los que se van del país. Sirven para actualizar marcos muestrales porque, todas las encuestas que se hacen en el país (para las elecciones, para los estudios de mercado, etc.) están utilizando un universo de personas de 2011.

Pero, a pesar de las virtudes, hay algunos problemas con el censo. Por ser una fotografía de un momento, queda rápidamente desactualizado. Y, a efectos prácticos, nunca llega a censarse a toda la población. Hay, de forma inevitable, un margen de error.

Las organizaciones detrás de los censos toman medidas para acortar esa brecha. Para que las cifras se parezcan lo más posible a la realidad. Este año, por ejemplo, el INE tuvo una fuerte presencia de lo digital para lograrlo.

Por primera vez en Uruguay, se aplicó un cuestionario de autollenado web. Según dijo Diego Aboal, director del INE, en una presentación en el Festival de Datos en Maldonado, se logró por esa vía una tasa de respuesta cercana al 60%.

Es decir: seis de cada 10 hogares que fueron censados utilizaron el cuestionario web.

De esas respuestas, alrededor de un 70% fueron realizadas con aparatos celulares y no con una computadora. Un cuestionario que llevaba, en promedio, 30 minutos en responder y que estaba disponible las 24 horas del día, los siete días a la semana, durante el mes que estuvo activo.

La parte presencial, comentó Aboal, también tuvo “una inversión muy importante en elementos que son novedosos de tecnología”. Desde el proceso de selección de personal, que fue automatizado a través de un chatbot, hasta la transmisión de instrucciones, recolección de información y supervisión.

“El INE solo no tiene capacidad de hacer esto; requiere alianzas muy fuertes. La alianza de Antel, sus empresas subsidiarias y empresas privadas que hemos contratado fue clave”, agregó el director del Instituto.

Después de los meses de censo digital (mayo) y presencial (junio y julio), y luego de una segunda etapa digital, el INE reveló datos preliminares del Censo 2023.

Crecimiento de la población

Según los primeros datos, la cantidad de población censada es de 3.444.263 (3.4 millones) personas. En realidad, somos más. Lo que sucede es que, a partir de la cantidad de personas que se logró censar, se estima cuántos más habitantes podría tener Uruguay.

Algo que hay que saber es que se calcula el crecimiento de la población a través de una ecuación. Se llama “ecuación compensadora”.

Ahí dentro hay dos factores, que pueden subdividirse, pero que a grandes rasgos son dos: el crecimiento natural (diferencia entre nacimientos y fallecimientos) y el saldo migratorio (diferencia entre inmigración y emigración).

Si todo lo anterior es igual a cero, la población no registra crecimiento. Es decir, es igual a la que era en el censo anterior.

Según Cabella, en Uruguay “la poblacion siempre fue pequeña, y cuando hubo crecimiento grande fue por crecimiento migratorio”. En algunos países, sobre todo en América Latina, el crecimiento demográfico supo ser explosivo. Ese proceso, que se llama transición demográfica, sucede cuando se pasa de niveles altos de nacimientos y fallecimientos a niveles bajos de estos. En el medio, se produce un crecimiento porque las muertes bajan antes que la natalidad.

Uruguay, en cambio, “tuvo un tipo de transicion demográfica más al estilo europeo”, agrega Cabella. ¿Por qué? Por características del país como su tipo de producción económica o el hecho de que nunca se haya necesitado demasiada mano de obra.

Ese crecimiento “ha sido siempre preocupacion de todos los políticos, de la población, de los medios. Es como un especie de fantasma. Esa anemia demográfica genera una preocupación”, opina.

Históricamente, Uruguay ha sido un país con bajo ritmo de crecimiento, pero positivo. Sigue subiendo, según Martín Koolhaas, doctor en Ciencias Sociales, magíster en Demografía y licenciado en Ciencia Política, porque en general hay más nacimientos que defunciones.

Sin embargo, con los años “han subido las defunciones porque la población cada vez se vuelve más vieja. No es que la población viva cada vez menos, sino que la estructura de la población, la composición por edades, es cada vez de mayor edad. A mayor edad, mayor exposición a la muerte”, dice Koolhaas.

Por lo general, los saldos migratorios no mueven la aguja del crecimiento poblacional.

“Dadas sus características, es difícil que Uruguay se convierta en un gran atractor de población migrante”, explica Koolhaas. Lo que sucede a nivel de ecuación, dice Pardo, es que “el saldo migratorio no está considerablemente lejos de cero”.

Para este 2023, lo que se ve es que “hay más radicación de argentinos, pero no son una cantidad tan importante. Lo que puede haber hecho es que compense un poco la falta de crecimiento porque la mortalidad fue muy alta durante 2021 y 2022 por el covid-19. Hubo exceso de mortalidad y cayeron muchos nacimientos”, explica Cabella.

El margen de error

Aunque el objetivo del censo sea contar a todas las personas que viven en Uruguay, siempre hay una parte de la población que no llega a censarse. Cabella explica que “en principio, está exento del error estadístico. Es un ‘en principio’ bien importante porque los censos tienen errores de conteo”.

La razón es simple: sucede por cuestiones prácticas. “Es imposible que, efectivamente, se cense al 100% de la población. Por lo tanto, lo que hay que hacer es estimar cuántos fueron omitidos”, dice Pardo.

Entonces, el margen de error surge de comparar la población censada con la población estimada.

Las formas de estimar esa diferencia pueden ser directas o indirectas. El INE, para este Censo 2023, está realizando la Encuesta Nacional de Evaluación Censal. Allí se toma una muestra de la población para saber si fue censada o no y, a partir de ahí, estimar ese margen de error.




Por eso, los datos preliminares del censo muestran la población censada, pero no la estimada. Esa encuesta lleva tiempo en realizarse. En conferencia de prensa, Aboal declaró que, según los cálculos realizados por el INE, la cifra no va a variar demasiado. "Puede variar en algunos miles, o decenas de miles, pero no va a cambiar sustancialmente la conclusión de que el país, básicamente, está estancado. No ha crecido en los últimos dos censos", dijo.

“No está exento de problemas porque es difícil saber si está bien hecho el censo o mal hecha la encuesta, o mal hecho el censo y bien hecha la encuesta”, aclara Cabella. Por eso, lo ideal es también contar con métodos indirectos, que ya se han usado en censos pasados, como comparar con las proyecciones de población que había indicado el censo anterior.

Agrega que “Uruguay tiene, en general, niveles de omisión que son bajos porque es lograble. Es un país que no tiene barreras geográficas y es un territorio chico. Las dificultades propias de cada censo se visualizan como grandes, importantes, pero en comparación con otros países no lo son”.

Aunque no es lo mismo ser, por ejemplo, tres millones que tres millones y medio. El margen de error importa.

El uso del censo digital no mitiga la cantidad de población no censada pero sí, según Aboal, mejora la calidad de la información. “El censo web permitía pausar el cuestionario y llenar un dato mucho más preciso que el dato que uno tiene que entregar cuando el censista golpea la puerta”, afirma.

Según Aboal, “hay preguntas a las que la gente es más sensible al responder a una persona que si uno responde a una máquina, o vía web. Uno está más tranquilo en las respuestas que da y ese es otro ejemplo de por qué la información puede ser de más calidad que la información que uno recoge de forma presencial con un censista”.

El final del crecimiento

“Uruguay no deja de ser un país que está prácticamente estancado. Tiene un ritmo de crecimiento más o menos estable”, dice Koolhaas. Tanto Cabella como Pardo coinciden en que Uruguay está asistiendo al final de su crecimiento poblacional.

“Ya en el año 2021, un poco modificado por las muertes por covid, tuvimos crecimiento natural negativo. Sacando esa circunstancia especial, de todas maneras estamos llegando a un punto en el que la población uruguaya no va a crecer mucho más. Creo que es un momento relevante, significativo, en la historia demográfica del Uruguay porque es el fin del crecimiento”, opina Pardo.

Sin embargo, aclara que no es extraordinario, ni muy extraño, en relación a cómo sucede el crecimiento demográfico en otros países. Es lo habitual en la etapa de la historia demográfica en la que está Uruguay.

El sexo de la población: casi 50/50

Otro de los datos más típicos de los censos es el de las edades y el sexo de la población. Se forma, con ambos, la llamada “pirámide poblacional”. Aunque ese gráfico parezca complejo es simple si se divide, por un lado, en edad de población y, por otro, en sexo de la misma.

El sexo de la población: casi 50/50

Si se toma la población solamente por sexo, se ve que tiene prácticamente la misma cantidad de personas de sexo masculino y de sexo femenino.

Que las poblaciones de los países sean prácticamente iguales en términos de sexo femenino y masculino es una regla de la naturaleza.

“Nacen más varones que mujeres pero se compensan muy rápido. La mortalidad infantil es más alta en los varones que en las mujeres y eso empareja. Está emparejado en la juventud y hasta los 30. Después, se empiezan a morir con bastante más intensidad los varones”, explica Cabella.

Eso hace que, en general, en las poblaciones que están más envejecidas haya más mujeres que varones. Se cumple tanto la regla que es fácil saber si algo está pasando que no permite que la naturaleza se exprese.

Un ejemplo claro de ello fue el estudio conocido por el nombre “Missing Girls”, donde se demostró un vínculo entre el exceso de población masculina en China y la ley de un solo hijo. Si solo se podía tener un hijo, entonces, sus padres preferían que fuera varón. Por eso, hubo cantidades de abortos selectivos, niñas no anotadas en los registros o, incluso, infanticidios.

“Lo otro que obviamente afecta son las migraciones, que también suelen ser selectivas por sexo”, dice Koolhaas, y eso podría terminar incidiendo en esa composición.

Comenta que “si uno mira la composición de los flujos por nacionalidad, o por país de origen, es muy distinto. La inmigracion cubana es más masculina, la dominicana es mucho más femenina, y la argentina está bastante equilibrada por sexo. Esta última es de un perfil bastante parecido a la emigración uruguaya”.

La cantidad de población por departamento

El dato más relevante para Koolhaas es cómo se distribuye la poblacion en el territorio. Esa información solo puede darla un censo. “Cuál es la poblacion por departamento, pero no solo eso: cuál es la poblacion por cada localidad, cada pueblo”, ahonda.

Según los datos preliminares del Censo 2023, los departamentos que cuentan con mayor cantidad de población son los del sur del país, cercanos al área de Montevideo. Hasta la costa de Maldonado también se encuentra una intensidad de población, pero los datos indicaron que, luego, la costa este comienza a vaciarse.

Con respecto al norte del país, se cuenta con aglomeraciones de población en las capitales departamentales, pero fuera de eso hay poca presencia de personas viviendo. Los datos indicaron que el 4% de la población es rural y el 96% es vive en áreas urbanas.

Para lograr estos datos, “nosotros tenemos que geolocalizar las respuestas”, dijo Aboal un tiempo atrás. Para ello, en este censo se utilizaron dos estrategias. Una fue pedir el número del medidor de UTE de cada hogar y, la otra, enviar un código tras responder el cuestionario web que el censista pudiera recoger de forma presencial.

“En Uruguay tenemos alrededor de un 98% de cobertura de electricidad” y “alrededor de nueve de cada 10 hogares en Uruguay tienen acceso a internet, ya sea móvil o fijo”, aclaró Aboal y mencionó que la geolocalización del censo solo es posible porque Uruguay tiene estas características.

Los datos del censo muestran que Montevideo pierde población. Recibe de otros departamentos aún, es cierto, pero el saldo neto es negativo.

“Canelones recibe mucha más gente, sobre todo gente más joven, y Maldonado porque es un polo económico atractivo y porque, en realidad, las poblaciones en el mundo tienden a asentarse en las costas”, dice Cabella. Además, está la cuota del desarrollo del turismo en la costa este del país.

Lo que sucede, en realidad, no es que Montevideo necesariamente expulse gente, sino que el área metropolitana se expandió hacia los territorios de Canelones y San José. Es decir, supera los límites físicos. “Es como una extensión del área metropolitana de Montevideo en cierta forma”, aclara Koolhaas.

Pardo lo define como una expansión de la mancha urbana. “No es que se vayan de Montevideo área metropolitana, sino de Montevideo límite departamental”, comenta.

Aporta Cabella el hecho de que “Uruguay nunca tuvo población rural enorme, ni siquiera en 1908. Era grande, pero esta idea de que se puebla el campo es un poco ya pasada de moda y dramática. Hace mucho tiempo que la estructura productiva no genera atracción o necesidades para que la gente viva en el campo. La gente quiere vivir en la ciudad y trabajar en el campo. La idea de ruralidad cambió: podés disociar el lugar de trabajo del lugar de residencia”.

“Las distancias se acortan. Capaz, hace 30 años era más difícil encontrar gente que viviera en Parque del Plata y que viniera todos los días a Montevideo, pero hoy en día es más fácil”, acota Koolhaas.

Un determinante importante para el interior del país, además, es la oferta de servicios educativos. Una de las migraciones más típicas es de las edades de entre 17 y 19 años desde el interior hacia Montevideo.

“Pero ya en el censo 2011 alguna cosa se podía notar. Por ejemplo, con Salto. En Maldonado termina siendo otro factor. Ha crecido bastante la sede universitaria ahí y hay, también, oferta educativa privada”, señala Koolhaas.

¿Un censo fracasado?

Si bien el de 2011 ha sido un censo criticado, su utilidad no está en discusión. “En principio, son censos que se pueden usar todos, y que están bien. Hasta ahora no hay ningún censo para tirar”, aclara Cabella.

“Lo principal en aquel momento fue un error de comunicación. El eslogan fue ‘setiembre mes del censo’ y duró mucho más. Fue un gran error estratégico comunicacional”, opina Koolhaas.

De hecho, según Cabella, “este censo duró más de lo que duró el anterior, pero se manejó de tal manera que nadie está tan atento a cuánto dura el censo”.

Según Aboal, se invirtió alrededor de un 5% del presupuesto censal en comunicación. Además, se hizo uso de la campaña de bien público y, si se suman ambas, el presupuesto en comunicación llega prácticamente al 10% del total. A través de las bases de datos del Estado, además, se enviaron mensajes de texto, mails y “teníamos conferencias de prensa cada tanto para mostrar la evolución del censo. Cada vez que lo hacíamos, teníamos un pico en las respuestas web”, agregó el director del INE.

Pero, además, los censos tienen un componente político importante. Este, sobre todo, cercano a las elecciones de 2024. Por eso, “los líderes de todos los partidos políticos en Uruguay filmaron un video apoyando el censo. Esto sabemos que es una de las fragilidades de los censos: el ataque político. Eso no estuvo y fue parte de las metas de comunicación”, comentó Aboal.

Textos y visualización de datos: Federica Bordaberry
Edición de texto: Paula Barquet