Contenido creado por Gerardo Carrasco
Policiales

Descarado y bandolero

Tras la estafa, llegó la burla: "Estoy disfrutando de tu platita"

Ocurrió en Argentina: un falso cliente se las ingenió para birlarle un buen dinero, y para más inri le tomó el pelo.

09.06.2021 14:37

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2021-06-09T14:37:00-03:00
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Cuando Juan Pablo publicó en redes un aviso para vender un sillón, nunca pensó que el anuncio se convertiría en un agujero negro por el que se le escaparía una fuerte suma.

Según contó el joven al noticiero de Eltrece, en su aviso ofrecía el mueble por 12.000 pesos argentinos (unos 5.500 uruguayos). Pronto una persona manifestó su interés en adquirirlo, y tras un diálogo vía WhatsApp, vendedor y cliente se pusieron de acuerdo.

"Juan, ahí mi esposa te hizo la transferencia. Yo estoy trabajando. En un ratito hablamos, así coordinamos bien", escribió el comprador.

Sin embargo, poco después llegó un nuevo mensaje del cliente: "Juan escuchame, me podés atender por favor que mi esposa... hubo un error. Te mandó dinero de más. Por favor atendeme", decía en tono angustiado.

El hombre aseguraba que su pareja había digitado mal en el teléfono y colocado un cero de más, por lo que la transferencia no había sido de 12.000 pesos, sino de 120.000. Para ilustrar sus dichos, adjuntaba una presunta captura de pantalla en la que se veía la transferencia. Una imagen al parecer bien lograda, que mostraba el logotipo y los colores de una conocida institución bancaria.

Juan Pablo no desconfió y de inmediato "devolvió" a su atribulado cliente la diferencia de 108.000 pesos (unos 49.500 uruguayos).

Poco después, supo que había sido víctima de una estafa.

"En un momento me llama la atención porque no me estaba apareciendo la transferencia y pensé... es sábado y tarda en visualizarse", contó Juan Pablo.

"Me agarró en un momento desprevenido. Jamás vas a pensar que de la nada te va a aparecer este tipo de situación. Uno trata de actuar de buena fe para solucionar un problema y en realidad me estaba estafando", lamentó.

A notar el engaño, el hombre intento comunicarse con el falso comprador, pero este lo había bloqueado. Y a modo de burla final, le había dejado un mensaje donde agregaba el insulto a la herida.

"Ya se te va a pasar Juancito, escuchame. Bueno, estoy disfrutando de tu platita, así que muchísimas gracias. Nos vemos", se despedía el embaucador.

Juan Pablo se dispuso de inmediato a denunciar el hecho, y allí se vio atrapado en una telaraña burocrática: la policía no le tomaba la denuncia si no hacía primero el reporte al banco, y desde este le decían que no moverían un dedo hasta que no radicara la denuncia policial. Finalmente, logró que ambas entidades acogieran su reclamo, aunque de momento sin resultados.

De acuerdo con el citado medio, todo apunta a que se trata de un "trabajo" de una gavilla de delincuentes cordobeses, que hasta hace poco se dedicaban a secuestros virtuales y líneas de celulares imposibles de rastrear".

Estos delincuentes además abren cuentas bancarias con identidades robadas o con documentos de indigentes a los que piden el documento a cambio de pequeñas sumas. Por ello es muy difícil llegar a ellos y desbaratar la estafa.

La hipótesis se ve afirmada por el hecho de que el estafador que interactuó con Juan Pablo tenía un marcado acento cordobés, y porque la cuenta a la que hizo la transferencia habías sido abierta en un banco en la localidad de Río Cuarto, situada en esa provincia argentina.