Contenido creado por Martín Otheguy
Policiales

La otra mejilla

Robaron una vez más la parroquia La Barra: "Por gracia de Dios esta vez no fue a mano armada"

"Se me hace difícil recordar todos los robos", dijo el párroco, que reflexionó sobre las heridas a la comunidad que provocan estos hechos.

23.08.2018 10:44

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2018-08-23T10:44:00-03:00
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La parroquia La Barra, que queda en Santiago Vázquez, sufrió más de 20 robos en los últimos tiempos, según su párroco Luis Fariello.

Anoche le volvió a suceder. En esta ocasión desaparecieron las luces que alumbran la fachada de la Iglesia Parroquial.

"Quise hacer memoria de cuantos robos tenemos encima en el tiempo en el cual soy párroco y se me hace difícil recordarlos todos, tal vez superen las 20 ocasiones, desde luces, dinero, plantas, rejas, herramientas, ropa, alimentos", señaló en una carta pública Fariello.

"Por gracia de Dios esta vez no fue a mano armada ni nos lastimaron como la última. Aunque pensándolo bien, sí nos lastimaron con heridas que cuestan mucho más sanar. Las heridas del alma, aquellas que te hacen preguntarte por ejemplo por qué nos roban. Pues no es a nosotros -aunque también - sino más bien a la comunidad parroquial, a los pobres como por ejemplo a una abuela de 96 años que de su escasa pensión colabora todos los meses para el fondo común parroquial que sostiene y quiere tener bien arreglada su Iglesia, que no es sólo suya sino que es acervo y patrimonio de todo el pueblo", continuó el párroco.

"O de un grupo de niños que ponen su moneda con el mismo propósito; o de una madre que penosamente trabaja para mantener su hogar, pero se hace un huequito en su monedero para colaborar igualmente. O de un anciano que vive en un rancho que se está cayendo pero algún pesito siempre tiene para el mantenimiento de su comunidad", agregó.

"Seguro que hay muchas explicaciones para cada pregunta, seguro que muchos se indignarán preguntándose: ¿cómo puede pasar esto?, pero seguro también que serán muy pocos o ninguno que se pregunten sinceramente ¿qué nos está pasando?, ¿cuál es mi responsabilidad ante esta situación? Más fácil y menos comprometedor será decir, la culpa es de... o ¿qué puedo hacer yo?", reflexionó el religioso.

Para el párroco, es claro que "la violencia no puede ser la respuesta". "Pretendemos seguir a Aquel que dio su propia vida por nosotros para que vivamos el amor de verdad. El amor comprometido el que se juega por el otro, el que pone la otra mejilla. Está claro también que esa apuesta no es sencilla ni de un solo día, sino que compromete la vida entera", dijo.

"Con la comunidad volveremos a rezar por los que nos dañan, porque en gran medida nos ayudan a volvernos a preguntar ¿por qué? Y nos vuelven a invitar a amar sin miedo a que nos hieran", señaló.

 



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