Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

De acusar y acosar

Revocación de sentencia por caso de bullying liceal "hizo justicia", según abogada

La abogada del chico acusado dijo a Montevideo Portal que la sentencia de primera instancia se basaba en pruebas subjetivas y que "revivir todo" en la instancia civil "fue muy duro" para su defendido.

03.07.2019 13:05

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2019-07-03T13:05:00-03:00
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En agosto de 2018, se informó que un adolescente y su familia serían indemnizados con US$ 12.500 a raíz de un caso de bullying cuatro años en un colegio.

La información, publicada entonces por el diario El País, daba cuenta del "acoso moral" sufrido por un estudiante liceal de un colegio privado católico por parte de un compañero, que presuntamente había cometido también atentado violento al pudor.

La familia del chico presuntamente abusado inició un juicio penal, pero luego de que el caso se archivara recurrió a la vía civil, que le dio la razón en primera instancia. Sin embargo, la decisión fue revocada en forma unánime por el Tribunal de Apelaciones al considerar que los hechos no estaban probados, según informó ayer El País.

La abogada de la familia del chico demandado, Adriana Castro, dijo a Montevideo Portal que esta revocación hizo justicia y culminó un período de cinco años muy duro para la familia y el joven, que siempre sostuvo que no era culpable de los hechos que se señalaban.

Según los demandantes, el chico demandante había tolerado durante mucho tiempo el bullying del otro joven. Además, según la denuncia, en agosto de 2014 el chico acosado invitó al otro joven a su casa, debido a que este último lo "obligó" a ayudarlo a hacer tareas de inglés. Allí, se produjo también acoso sexual.

Sin embargo, la abogada afirmó a Montevideo Portal que ni el bullying ni el acoso se constataron pese a citarse a la audiencia a otros estudiantes y también a profesores.

Como ejemplo, Castro señaló que el demandante aseguraba que los dos estudiantes se sentaban juntos y que su defendido lo maltrataba en clase, pero se constató que no era cierto que se sentaban lado a lado, y que los testimonios no daban cuenta de maltrato dentro del colegio.

Con respecto al caso de atentado violento al pudor, explicó que es cierto que su defendido fue a la casa del chico, pero "fue el demandante quien incitó al cliente a ir a la casa". "Hay mensajes enviados a Facebook donde reiteradamente le decía que fuera a su casa, y le preguntaba qué le gustaba comer". Según la abogada, estos mensajes no eran los esperables en una persona que venía de sufrir tres meses de bullying del estudiante al que invitaba, según indicaba la demanda. Además, señaló que su cliente no cometió los actos de los que se le acusan.

De pruebas

La abogada agregó que el fallo que revoca la sentencia fue claro al señalar que la primera sentencia, en la que se responsabilizaba a su cliente, se tomó en base a un informe pedido por la parte demandante.

"Indican que se le debió asignar el valor de un informe técnico y no de una pericia", dijo sobre un informe realizado por una psicóloga contratada por los demandantes, que examinó al chico presuntamente acosado.

"El informe es emergente de un contrato privado que vincula a una de las partes. Si bien el informe puede llegar a ser un diagnóstico del estado del reclamante, no hay un nexo causal con la responsabilidad de mi cliente", apuntó.

En una parte la sentencia indica que no se juzga el carácter de la víctima ni del pretendido victimario, así tampoco sus personalidades, sino solamente "si existieron actos concretos de acoso que conlleven la responsabilidad" de su cliente, lo que no se probó.

La abogada explicó que no duda que el chico demandante tenga inconvenientes, pero no hay pruebas de que sea a consecuencia del accionar de su cliente, que siempre negó la conducta abusiva. ¿Por qué, entonces, se lo acusa? "Estamos ante dos personalidades bien diferentes", dijo, agregando que su cliente era "un chico con muy buen relacionamiento con el grupo y que nunca tuvo inconvenientes con nadie". Señaló que los testigos destacaron sus actitudes y que se trata de un deportista federado que ha viajado con frecuencia con otros chicos de su edad sin tener denuncia alguna. Que, por lo tanto, pudo haber alguna clase de encono personal.

Agregó que fueron "años muy complicados para la familia". "Que chicos de segundo de liceo transcurrieran por un proceso penal no es agradable, más cuando se es el acusado", dijo. Agregó que su cliente terminó "obviamente afectado" y que cuando culminó la instancia penal decidió cambiarse de colegio. "Revivir todo eso durante la instancia civil, por tres años, fue muy duro", concluyó.