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Procesamientos por red de prostitución

El lado oscuro

Se conocieron detalles del auto de procesamiento por el caso de la red de prostitución VIP, por el que fueron procesadas tres personas. Las indagatorias revelan la organización de orgías en galpones de Palermo, el reclutamiento a través de anuncios en un diario local y la presencia de menores de edad entre las víctimas de la red.

    

 La jueza de Crimen Organizado Graciela Gatti procesó con prisión a tres personas este fin de semana por su responsabilidad en la red de prostitución VIP desbaratada la semana pasada.

Los procesados son un hombre de 52 años, que decía trabajar como relacionista público, una mujer de 67, madre de uno de los implicados y cçomplice en el reclutamiento, y otro hombre, mayor de edad, propietario de una agencia de acompañantes. La red operaba con clientes VIP de Montevideo y Punta del Este, que pagaban entre 400 y 1000 dólares por los servicios de las prostitutas.

También se pidió la captura de L.S, un agente de modelos argentino, que utilizaba los servicios de algunas de las mujeres de la organización, y, cada tanto, enviaba modelos de renombre a desfiles realizados en Uruguay.

La Justicia dio a conocer este lunes el auto de procesamiento, que permitió descubrir nuevos detalles del funcionamiento de la red.

La conexión capitalina

Uno de los sospechosos (que se hacía llamar Daniel, de inciales R.R.D) tenía montada desde hace cuatro años una fachada que funciona a partir de dos supuestas agencias de modelos que en realidad no existen.

A través de anuncios que publicaba en uno de los principales diarios de el país, lograba captar jóvenes mujeres dispuestas a ejercer la prostitución en forma discreta, y sin cumplir las reglamentaciones administrativas vigentes, publicitando al mismo tiempo su "cartera" de prostitutas para atraer clientes (empresarios de mediana edad).

Luego de entrevistar a las modelos, les indicaba la forma de trabajo. De aceptar la propuesta, acordaban que las jóvenes ejercerían la prostitución, atendiendo a los clientes que él mismo les contactara.

Las oportunidades y lugares para prestar los servicios eran generalmente acordadas entre "Daniel" y el cliente, quedando la mitad para la chica. Los precios a pagarse eran variables pero rondaban los $ 1500 por "servicio", que duraba entre una hora y media o dos y se llevaba a cabo en un motel céntrico.

Luego de cumplido el servicio, la joven debía enviar un giro, vía "Abitab" o "Red Pagos, a su proxeneta.

En algunos casos, los giros eran enviados a nombre de su madre, la co-indagada de iniciales O.D.

Minoridad

Surge de la investigación que al menos en dos oportunidades, R.R.D. ("Daniel") captó a menores de edad para ejercer la prostitución en la forma antes indicada, a pesar de conocer su edad (en este caso jóvenes de 17 años a las que les pidió que afirmaran ser mayores de edad en caso de ser preguntadas)

En cuanto a la madre del sospechoso, O.D., tenía pleno conocimiento de las actividades de su hijo (esto es, que actuaba como proxeneta). Pese a ello, y tal como lo reconoció, en algunas oportunidades admitió que los giros de las prostitutas por las sumas que percibía su hijo por tal actividad le fueran giradas a su nombre.

También permitió que los anuncios en el diario para captar a las prostitutas y a los clientes se efectuaran a su nombre.

La conexión Punta del Este-Argentina

Su cómplice en esta red era J.M.A, un hombre que declaró tener una agencia de modelos y organizar eventos y desfiles. Sin embargo, según concluyó la Justicia, la empresa como tal no existe.

Lo que hacía era captar jóvenes de muy buena presencia, con ansias de ser modelos, a las que les prometía promocionarlas como tales y hacerlas participar en desfiles, eventos y hasta en televisión, haciendo valer siempre sus contactos con L. S., titular de una agencia de modelos argentina situada en Buenos Aires que cuenta con modelos de renombre o que al menos aparecen en programas de televisión.

L.S., también, en verano, se instala en la zona de Punta del Este, alquilando dos casas en Manantiales, donde acomoda a unas veinte modelos.

Algunas de las modelos que se vinculan con J.M.A sólo hacen actividades propias del modelaje o a lo sumo aceptan concurrir a algunos eventos cobrando por su presencia. Otras, sin embargo, son conectadas por personas conocidas suyas para mantener relaciones sexuales a cambio de un precio.

En otros casos, cuando organizaba desfiles en algún boliche, el precio del desfile que percibía J.M.A. incluía que una de las modelos, elegida por el dueño del local, mantuviera relaciones sexuales con éste.

Otras veces los clientes eran aportados por L.S., que conocía a empresarios de muy buen nivel adquisitivo dispuestos a pagar entre U$s 1500 y U$S 3000 por mantener relaciones sexuales con modelos.

De acuerdo a J.M.A., cuando las modelos de éste mantenían relaciones sexuales con clientes de L.S, el beneficio para aquel era que el empresario argentino le enviaba a alguna figura para algún desfile o evento organizado por J.M.A a mitad de precio, o sea que el lucro de J.M.A se derivaba de la ganancia que obtenía luego en el desfile al contar con una figura de "renombre" a mitad de precio.

Quedó probado que en una oportunidad, J.M.A. acordó llevar a Buenos Aires para asistir a eventos como modelo a un de las indagadas por la causa, pero una vez allí, junto con el empresario argentino, le manifestaron que para acceder a mejores propuestas laborales tenía que mantener relaciones sexuales con algunas personas, "amigos muy poderosos del ambiente".

El precio por mantener tales relaciones era de U$S 1000 para la joven, pero el empresario le cobraba a sus clientes sumas muy superiores. En reiteradas oportunidades de la audiencia, la joven se quebró, llorando, contando que la meta seguida era ascender como modelo, todo lo cual le era prometido por los dos hombres siempre que accediera en definitiva a prostituirse.

A causa de ello toleraba además los continuos acosos de J.M.A (quien pretendía mantener relaciones sexuales con ella), quien nunca le pagara en tiempo y forma lo que le debía por los desfiles y eventos a los que la hacía concurrir.

Fiestas sexuales

Situación simular relatan otras tres jóvenes que llegaron a trabajar con él (y que venían de trabajar para "Daniel", el procesado que tenía una agencia de acompañantes en Montevideo). Si bien las tres querían trabajar como modelos, J.M.A las hizo viajar a la ciudad de Buenos Aires
para que se presentaran como modelos en la discoteca I. de Buenos Aires y para participar en un desfile en Las Leñas.

Sin embargo, al llegar a dicha ciudad J.M.A no las dejaba salir solas y hasta dormía en la habitación con ellas. Les dijo además que no irían al desfile sino a una fiesta donde deberían mantener relaciones sexuales con hombres.

La fiesta era en realidad una orgía, organizada en una especie de galpón en las zona de Palermo, donde había muchas más mujeres que hombres y camas en todos lados. Se practicaba sexo a la vista de todos, ya fuera grupal o shows eróticos.

Antes de entrar, un empleado del argentino L.S (buscado actualmente) les dio U$S 300 a cada una. Las tres intentaron no mantener relaciones con nadie, lo que lograron dos de ellas gracias a que uno de los sujetos presentes en la "fiesta" se apiadó de ellas y dijo que él diría que habían estado con él. Las tres jóvenes relatan que se sentían mal en el lugar y lloraron mucho, según la resolución judicial.

Una de ellas fue encerrada en un escritorio adonde le llevaron un hombre con el que se vio forzada a mantener relaciones sexuales.

J.M. A les exigió que le dieran parte del dinero que habían recibido y al día siguiente las abandonó, debiendo las jóvenes pagarse sus pasajes de retorno y la habitación del hotel.

Al día siguiente, de acuerdo al relato de las testigos, L. S. les prometió llevarlas a un evento en la discoteca I., lo que podía acercarlas a lo que ellas buscaban (una carrera de modelaje) Para ello, previamente, debían ir a un apartamento a mantener relaciones sexuales con dos amigos suyos, lo que las jóvenes aceptaron, percibiendo U$s 300.

De acuerdo a las indagaciones, J.M.A las acosaba, las amenazaba e insultaba cuando no actuaban como él quería, "les decía que no trabajarían más con él y que entonces deberían olvidarse de ser modelos, ejerciendo un claro poder psicológico sobre aquellas".

Procesamientos

1- R. R. D, imputado de un delito continuado de proxenetismo en reiteración real con un delito de contribución a la explotación sexual de menores.
2- J. M. A. F. bajo la imputación de un delito de trata de personas con fines de explotación sexual, en reiteración real con un delito de proxenetismo y otro de contribución a la explotación sexual de menores.
3- O. D. M., bajo la imputación de un delito de asistencia a las actividades del delito de proxenetimo.

 

 

 

Utilidades

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