Padre de la niña abusada en Artigas "tenía dos opciones: matarlo o denunciarlo"

Un caso de abuso infantil en Artigas impactó a la sociedad uruguaya esta semana, no sólo por los terribles hechos en sí, sino por la forma en que fueron expuestos.

Durante al menos un año, un hombre de 62 años abusó de la mejor amiga de su hija. Cuando la niña de diez años llegaba a su casa, enviaba a su hija a hacer compras al almacén y manoseaba a la pequeña.

Estos hechos se prolongaron hasta que su propia hija presenció el abuso. Le dijo a su amiga que sabía lo que estaba pasando y que como nadie les iba a creer debían filmar la situación. La niña aceptó someterse nuevamente a los abusos para poder contar con una prueba, lo que lograron después de algunos intentos con su Ceibalita.

Los videos fueron mostrados a la tía de la víctima, que puso en conocimiento al padre, que a su vez realizó la denuncia penal.

La tía de la niña dijo a Artigas Noticias que su sobrina, al contarle, le dijo que se quedara tranquila porque tenían "todo grabad"o. "Tenía ganas de reventar el celular", señaló, en alusión al primer video que le mandó su sobrina. En total son cuatro los videos grabados, contó la mujer.

Tras comprobar lo que pasaba, habló con el papá de la niña (su cuñado) y le dijo que debía contarle algo muy grave. Le mostró el video y el hombre dijo: "Tengo dos opciones: o salgo de acá y lo mato, o hago la denuncia". Lo intentaron tranquilizar y finalmente el hombre hizo la denuncia. Luego de ello, se hizo el allanamiento, se incautó la computadora de la niña y el sujeto fue detenido.

La tía contó que la niña no supo explicar por qué no denunció este caso antes o por qué no le contaron la situación a la madre de la otra niña. Además, narró que los abusos comenzaron cuando la madre de la pequeña tuvo un ACV, por lo que sospecha que el procesado aprovechó esa situación de vulnerabilidad familiar.

Esta mañana, la fiscal del caso, Mariela Núñez, habló sobre este caso con el programa En Perspectiva.

"No puedo sacar mi mente las filmaciones del caso, la impotencia que me invade porque uno no se puede despojar de su condición de madre, abuela", dijo Núñez.

"Es muy triste que nuestros niños tengan el concepto de que los adultos no les creen si no tienen pruebas, que no creen en la palabra", señaló.

"Que no confíen en sus adultos referentes es muy triste, habla de una sociedad que está muy mal. No hay causa que justifique que uno descuide a sus hijos porque pueden pasar estas cosas. Cuando suceden ya no hay remedio, los niños quedan marcados", prosiguió.

Para la fiscal, "los niños de regla dicen la verdad, confían en sus adultos". "Cuando un niño expresa lo que pasa y su adulto niega la situación, el niño se encierra en sí mismo y comienza a soportar el abuso. ‘Si mamá no me cree, si mis familiares no me creen, ¿cómo me va a creer un extraño?' Pido que la gente tome conciencia. Siempre que un niño diga algo así, denuncien. La Justicia verá cómo consigue la prueba", dijo Núñez.

"Los niños no mienten, y en las contadas ocasiones en que los niños están manipulados por su madre o padre, son fácilmente detectables en una pericia. Siempre se descubre, pero son las excepciones; por regla hay que creerles a las criaturas", concluyó.