Guardianes de las cárceles israelíes prepararán manjares para ofrecerles a los presos que mantiene una huelga de hambre.
El diario Maariv informa que para quebrar la huelga asarán carne delante de las celdas "para que la huelan", y prepararán otros platos típicos de la cocina mesoriental, como el "kebab", el "felafel" y el postre "baklaua".
La aparente indiferencia del Gobierno israelí responde a que Israel no cederá ante "ninguna de las exigencias" de los prisioneros, y que "pueden seguir la huelga hasta morir".
Las autoridades penitenciarias ordenaron confiscarles los receptores de televisión y radio y prohibieron la venta de tabaco en las tres cárceles donde llevan a cabo la huelga, así como la búsqueda y la confiscación de cigarrillos si los tuviesen.
El tabaco suele obrar como un depresivo del hambre y puede ayudar a los fumadores a sobrellevar esa sensación.
Los prisioneros exigen, básicamente, que se les permita hacer uso de teléfonos; el contacto directo con sus visitantes, y no a través de una mampara de vidrio que separa entre ellos, y no ser humillados, como cuando son cacheados desnudos.
De momento, no se informó de incidentes en las cárceles donde residen los huelguistas. Médicos y enfermeros, así como los guardianes, se hallan en estado de alerta permanente.