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Bergara explicó por qué quiso ser precandidato a la Presidencia de la República y habló de lo que necesita un cuarto gobierno del Frente Amplio. "Ir atrás de un solo candidato no es real", agregó. Además, llamó a ser "implacable" con las fallas éticas y los actos de corrupción dentro del Frente Amplio: "Más con nosotros que con los demás".

El ex presidente del Banco Central del Uruguay, Mario Bergara habló con Dirigentes de su precandidatura a la Presidencia de la República, la necesidad de que el partido de gobierno tenga una interna competitiva y una agenda renovada.

Además, habló de la necesidad de renovar la agenda de gobierno, de actuar con firmeza en materia de seguridad y ser "implacable" con las fallas éticas: "No sería seregnista sino considerara que la actitud que hay que tener con las fallas éticas o los actos de corrupción tiene que ser implacable. Más con nosotros que con los demás”. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

¿Cómo tomaste la decisión de ser precandidato?

Llevo 13 años casi sin interrupción en el equipo económico de gobierno y ya había manifestado mi decisión de pasar más a una arena política. Los tiempos condicionaron por los plazos del Frente Amplio y también la Constitución por la que un presidente de un ente tiene que renunciar un año antes de la elección. También había expresado como condición el hecho de que Danilo Astori no compitiera porque me parecía que no tenía mucho sentido competir si él decidía participar. Entendimos que valía la pena competir, porque estamos convencidos de que es necesario que la interna frenteamplista sea una interna competitiva. Tuvimos un trípode de liderazgo que nos ha dejado la vara altísima, porque ha sido un liderazgo exitoso. Hoy la renovación programática es fundamental porque el mundo está cambiando drásticamente y eso obliga a entender el nuevo mundo y generar líneas de acción consistentes con ese nuevo mundo. Para renovar la agenda de políticas, nuestra opción va a hacer contribuciones importantes, por eso tenemos toda la fuerza del mundo. Hay una masa enorme de compañeros frenteamplistas que pueden ver como una cosa esperanzadora nuestra candidatura, así como la franja de desencantados que tiene el Frente Amplio que hoy es insoslayable y que sería absurdo negar. Hay que escuchar las razones de ese desencanto, hay que entenderlas y podemos dar algunas respuestas. Por todo eso creemos que nuestra decisión de competir puede contribuir al Frente Amplio.

¿Qué desafíos representa este proceso de renovación del Frente Amplio?

Creemos que la interna del Frente Amplio tiene que ser competitiva porque ir todos atrás de un candidato no es real y no sería saludable desde el punto de vista político electoral. Es un desafío renovar una estructura de liderazgo que fue exitosa pero que ahora tiene que cambiar.

¿Falta consistencia en el modelo productivo de país? ¿Se aceptan todas las inversiones que se ofrecen?

Creo que no. La normativa de promoción de inversiones premia de forma diferente en función de sus características, las exoneraciones tributarias que el régimen de inversiones ofrece son mucho más altas si genera empleo, introduce tecnología, genera valor agregado o cuida el medio ambiente. Todos esos parámetros se utilizan para ver cada proyecto de inversión. No es que toda inversión que viene se le abre la puerta de la misma manera. A alguna se les abre una rendijita y a otra la puerta de par en par.

¿Qué cosas se hicieron mal? ¿Qué va a cambiar Bergara si es presidente?

He sido parte del gobierno durante todos estos años, sería falaz plantearlo como una cuestión en oposición. Reivindico lo hecho por el Frente Amplio, desde la política social hasta la política económica. Hace tres años estuve acá hablando de un libro que yo saqué sobre la cantidad de reformas estructurales que hizo el Frente Amplio. El balance general es positivo lo que no implica reconocer que hay cosas que no se hicieron bien. En materia de seguridad tenemos un desafío enrome, en materia de educación lo mismo.

Hay cosas en las que no se avanzaron, a veces porque las problemáticas fueron avanzando. En materia de seguridad ha habido una reforma importante del Ministerio del Interior que incorporó tecnología y capital humano. La eficiencia policial mejoró, hay el doble de presos, pero sin embargo los resultados siguen siendo insatisfactorios. La violencia ciudadana está cada vez más presentes. Uno proviene de la sensibilidad de izquierda en la que siempre poníamos más el énfasis en las causas sociales del delito y la palabra represión siempre nos rechinaba, ahora hemos ido madurando ese balance necesario entre atacar las causas sociales del delito pero también actuar reprimiendo el delito.

¿No estamos ante una batalla perdida, desde el punto de vista ideológico en este tema? Hay el doble de presos, pero son analfabetos, jóvenes pobres. La mitad de las personas asesinadas tenían vínculos con el narcotráfico o el delito.

Si uno, en cualquier área asume que tenemos una batalla perdida empezamos mal. Tenemos que seguir combatiendo eso, ir mejorando las formas y entendiendo mejor la naturaleza de los problemas. El Ministerio del Interior ha ido probando cosas, algunas mejor otras no tanto, pero está claro que este delito asociado a los incentivos que tiene la gente en contextos críticos, que es un problema global y más que interpretarlo como una batalla perdida hay que interpretarlo como un desafío nuevo. Hay que experimentar cuestiones que hacen a la educación pero también a la represión de delitos que no podemos dejar aflorar. El Estado tiene que dar mensajes claros.

¿Son un problema los fallos pendientes en el Tribunal de Conducta del Frente Amplio?

Sí. Nuestra opción quiere tener la impronta profundamente seregnista. Nosotros tuvimos el privilegio de tener un vínculo muy especial con el general Seregni que es algo que vamos a llevar eternamente en nuestra vida y para mí eso significa ética, coraje y visión estratégica, pensar la mañana siguiente con responsabilidad y siempre en búsqueda de diálogo y acuerdos. No sería seregnista sino considerara que la actitud que hay que tener con las fallas éticas o los actos de corrupción tiene que ser implacable. Más con nosotros que con los demás.

El Tribunal de Conducta ha actuado de manera impecable. Hay once casos ya informados y cuatro en proceso. Si el FA le pide al Tribunal que lo asesore en casos donde podría haber faltas éticas el FA no tiene alternativa de pronunciarse. Para eso le pide los informes. Tendría que estar fuera de discusión que el Frente Amplio tiene que tomar posición sobre cada uno de estos casos y los que vengan.

¿Qué sentís cuando ves compañeros que hablan del Plan Atlánta o de que la responsabilidad es de los medios de comunicación?

Cada uno pone las excusas que en cada caso se den, eso no implica desconocer que haya tendencias u operaciones a nivel global pero que eso exista no puede ser la excusa para que nosotros no hagamos las cosas de acuerdo con los principios éticos. El PT debió haber actuado con mucha más firmeza en los temas de corrupción y eso no significa que no exista que Bolsonaro y gente de Bolsonaro invirtió en noticias falsas con falta de ética absoluta. Que existan esas cosas no quiere decir que nosotros no hagamos las cosas como las hay que hacer.

Montevideo Portal | Pablo Méndez
@pablomendezmvd

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