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¿Quién nos cuida?

La historia detrás del último policía corrupto que cayó en Rosario

En total, siete policías que participaron en la Jefatura de Zona IV fueron imputados en Rosario. Este último planificaba allanamientos truchos.

17.06.2019 19:43

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2019-06-17T19:43:00-03:00
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El pasado viernes se dio a conocer que cayó un séptimo policía en un nuevo caso de corrupción que envuelve a la zona operacional IV. El hombre fue imputado por la Fiscalía de Rosario, que pidió la prisión preventiva por 150 días mientras se continúa con la investigación.

Asimismo, el acta del pedido de formalización del séptimo policía en caer revela una trama de corrupción armada entre el imputado y un compañero con la cual efectuaban allanamientos truchos.

De los celulares incautados cuando se solicitó la detención de varios funcionarios policiales el pasado 27 de mayo, se detectó la comunicación de este último imputado con otro efectivo policial.

El acta de formalización revela que ambos intercambiaban informaciones de lugares donde habría dinero, droga y plata con el fin de coordinar allanamientos a efectos de apropiarse del dinero que se incautara.

Para justificar la solicitud de allanamientos a la Fiscalía aprovechaban otros operativos de esclarecimiento de hechos (por ejemplo, argumentaban que se buscaba a personas requeridas por delitos).

Es decir, ante el conocimiento de que en un lugar determinado habría droga, dinero y/o armas solicitaban la orden de allanamiento al fiscal competente, induciéndolo al error haciéndole creer que en dicho lugar se hallaba algún requerido por hechos delictivos.

De las conversaciones por WhatsApp entre ambos celulares se destaca una del 17 de abril. Un policía le envió la frase "tenemos un laburo" al otro, acompañado de tres emoticones que eran caras con un símbolo de pesos ($).

Además, le dice "explotá al 11 porque está adentro" (en referencia a que le avise a un informante), pero también le pide que invente una justificación para poder realizar un allanamiento.

Una vez realizada la acción, que los llevó a recaudar algo así como $300.000, según surge de las conversaciones, uno de ellos envía el siguiente mensaje: "Invitame una chela, ¿eh?".

De otra comunicación entre ambos, realizada el 29 de abril, surge que un tercero les reveló una posible ubicación de dinero, pero que "había que tirarle algo".

A su vez, de las conversaciones surgen varios datos, como por ejemplo que un tercero les insistió durante varios días que le den lo que le correspondía por haber brindado información sobre un posible lugar de allanamiento.

También de las conversaciones por WhatsApp surge que había un compañero que había sido cambiado de destino y que ya no iba a poder realizar las tareas que hacía con ellos. En este sentido, ambos coincidieron en que su compañero no iba a "tener vida" en su nuevo destino y que iba a "extrañar la plata".

Finalmente, este séptimo policía corrupto en caer fue imputado por un delito de asociación para delinquir especialmente agravado con un delito de utilización indebida de información privilegiada.

También fue imputado por un delito de peculado en grado de tentativa, dado que planificaba allanamientos a fin de incautar dinero para quedárselo. Es decir, funcionarios policiales se encargaban de procedimientos policiales para sacar un provecho personal.

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