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Las 40

Lo dijo el Toto

Jorge Da Silveira canta las 40

"Mi relación con Tabárez fue más que buena, excelente. Yo era llamado por él y su gente cercana para cambiar ideas sobre decisiones importantes"

05.11.2012

Lectura: 29'

2012-11-05T17:34:00-03:00
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Por GERARDO TAGLIAFERRO

Desde que tengo memoria, el doctor Jorge Da Silveira está por lo menos en el podio de los comentaristas de fútbol. Para muchos es desde hace casi medio siglo el número uno, en ese oficio para el cual ser abogado en algún momento parecía casi un requisito excluyente. En la década del 70 volvíamos con mi padre del Estadio, de ver a Peñarol, escuchando su análisis desde la radio del auto y ya en casa nunca nos perdíamos la charla con Fernando Morena, la última nota de la trasmisión. Era un placer inexorable. Sobre todo, claro, cuando Peñarol ganaba.

Da Silveira tenía en aquel momento poco más de 30 años, pero el respeto y la distancia profesional con la que trataba a los protagonistas -nunca lo escuché en aquella época tutear a un futbolista- eran más propios de un veterano y hacían que uno tuviera la impresión de que siempre había estado allí, que sus comentarios habían nacido con el fútbol mismo. Será por la razón que él mismo expone sin que se le pregunte: la enfermedad de su madre cuando tenía 13 años y su muerte dos años después lo obligaron a comerse etapas. A los 13 manejaba un auto y cuando comenzó a comentar fútbol con Carlos Solé, a los 21, "tenía la cabeza de un tipo de 35".

Pero en algún momento, desoír aquel consejo de Solé -"no te hagas amigo de los futbolistas"- empedró su camino. Sigue siendo, para buena parte de la audiencia futbolera, el número uno, pero poner en juego las emociones personales en el análisis puede hacer que el mejor amigo termine convertido, por obra de una opinión, en el peor enemigo. Y así como suele hablar de sus relaciones por aquí y por allá, también tiene sus contras. Planteles enteros le han cortado el diálogo y han sido unos cuantos los dirigentes, técnicos, árbitros o futbolistas que, en distintas épocas, le han negado hasta el saludo.

Cíclicos enfrentamientos con quienes generalmente corren con la ventaja de tener hinchada, propia o prestada, le han valido un halo de polémica que le era ajeno en aquellas primeras etapas. Paco Casal, el argentino Menotti, Francéscoli, Carrasco, De León, Tabárez, son algunos de los protagonistas con los que ha tenido públicos y notorios cruces. Con algunos, como Casal, Carrasco -con quien hoy tiene una relación muy cordial- o Menotti, ha habido idas y venidas. Con otros, simplemente idas.

A esta altura, nadie lo va a cambiar ni a él le interesa hacerlo. Estos son, proclama, sus códigos. Dice que perdió mucho dinero por no trabajar para Casal cuando se le ofreció. Y debe ser así nomás. De cualquier manera, trabajo nunca le faltó porque, polémico o no, desde hace casi medio siglo nunca le faltó tampoco quien lo quiera oír.

1) Alguna vez contaste que Carlos Solé, cuando recién arrancabas, te dio un consejo: "No seas amigo de los futbolistas". No siempre lo seguiste.
No. A Solé lo admiré y lo respeté mucho, pero ese no es un tema que admita una regla tajante, aunque reconozco que en la mayoría de los casos él tenía razón.

2) Has tenido muchos encuentros y desencuentros con futbolistas.
Sí. Diría que además hubo un tiempo en el cual incidió muchísimo el enfrentamiento que tuve con el grupo Casal, que llevó a que los que en aquel momento eran los jugadores más importantes tomaran represalias conmigo. Épocas de selección en las que el capitán era Francéscoli. Te diría que hubo momentos en los que yo subía a un avión y había prácticamente una prohibición de saludarme. Y había algunos que saludaban por lo bajo, porque no tenían ningún problema conmigo pero la orden era pesada, y el que no la cumplía de repente era marginado.

3) ¿Orden de quién?
Del jefe... y de sus socios.

4) ¿De Casal? Porque muchos que han tenido problemas con el grupo Casal dicen que se cumple aquello de que hay otros que son más realistas que el rey.
Había de eso, y hubo un tiempo en el que había una frase muy empleada, que uno no sabía hasta qué punto era así: "Dice Paco..." Estos grupos que adquieren mucho poder se deforman. Yo lo anuncié. Cuando la AUF empezó a negociar los derechos de televisión con Casal yo advertí lo que iba a pasar. Tenía claro que en ese momento Casal era el dueño absoluto del fútbol uruguayo: representaba a los principales futbolistas y los clubes que no le debían dinero le debían favores. Yo advertí que estaban creando un monstruo.

"Mi enfrentamiento con Francéscoli, a esta altura, es de por vida. Yo ya puse las dos mejillas"

5) Hoy tenés una relación respetuosa con Casal.
Diría que nunca sabés cuál es la relación con Casal. Todo depende de lo que le cuenten a él de lo que vos dijiste y el estado de ánimo de él, que es muy voluble. Te diría que desde el 92, cuando me vino a buscar a la puerta de mi casa con un par de pesados, hasta hoy, fueron muchos más los tiempos en los que no tuvimos relación que los que hubo una relación mínima y civilizada.

6) El año pasado le hiciste una muy promocionada entrevista en Canal 10, que muchos calificaron como "complaciente".
Mirá, éste es un tema lindo para hablar. El tema eran los derechos de televisión. Yo había estado en una campaña durísima durante siete meses en la radio contra la renovación del contrato con Casal. Incluso en ese momento tuve un enfrentamiento directo con el presidente de la República, muy respetuoso pero muy duro, porque él asumió un papel que yo estimaba no era un papel acorde con su investidura, tomando parte en una negociación privada. Para mí el tema clave era el clima en el que se iba a llevar a cabo la entrevista. Casal es un tipo calentón y verborrágico, y yo soy calentón. Si yo creaba un clima de confrontación inicial íbamos a decirnos un montón de cosas muy fuertes y no íbamos a hablar del tema: los derechos de televisión. Y mi compromiso como hombre que le debo mucho al fútbol uruguayo, era que en ese programa quedaran probados todos los dichos míos durante siete meses.

7) ¿Qué habías dicho en ese período?
Entre otras cosas, que Casal, en virtud de una cláusula oportunamente incluida por sus abogados, dejó de pagarle al fútbol 30 millones de dólares desde el año 2002, y él eso no lo pudo refutar. Yo tenía que crear un clima en el cual Casal no se calentara. Quien conoce a Casal -y yo lo conozco como muy pocas personas acá- sabe que cuando se calienta asume una verborragia insoportable, enchufa el casete y es imposible pararlo. Mi objetivo era probar que lo que había dicho durante siete meses en la radio era así, y para eso tenía que haber un clima de diálogo en el cual Casal no pudiera rebatir mis argumentos.

8) ¿Ese clima se negoció previamente?
No, para nada. Yo me propuse que se impusiera. Ojo, de entrada yo le dije: "Usted me vino a buscar a mi casa con un par de pesados". Pienso que eso no es nada complaciente. Y le dije que a raíz de eso, durante un año y medio le pegué muy duro, y es verdad. Y el que arregla esa situación es Bilardo.

9) ¿Qué hizo Bilardo?
Paco Casal sabía de mi amistad con él. Vivía en Argentina y tenía algunas relaciones con Torneos y Competencias, cuyo asesor deportivo era Bilardo. Él todos los días le decía: "Ay Carlos, el que me está matando todos los días es tu amigo". Entonces un día viene Bilardo a Montevideo y me dice: "Jorge, ¿sabés quién viene todos los días a mi despacho y me dice tal y tal cosa? Paco Casal". Y yo le conté lo de su visita a mi casa con dos pesados.

10) Contame detalles de ese encuentro en tu casa.
Fue un 1º de octubre, era domingo y había habido un referéndum, en el que yo como funcionario del Banco Central había trabajado como presidente de mesa. Y la noche antes había llegado a casa como a la una de la mañana, después de un clásico nocturno. Me puse a escribir dos notas para El Observador y me acosté muy tarde. Dormí dos horas esa noche. Después del referéndum, llego a mi casa, de noche y me dice mi señora: "El que llamó varias veces muy nervioso fue Paco Casal". Al rato llama de nuevo y me dice que quiere hablar conmigo, y yo le contesto que estoy muy cansado y le explico cómo fue mi día. Y me dice que tiene un amigo que quiere hablar conmigo en ese momento porque al día siguiente se va de viaje. Acepto que vengan y caen a las diez menos diez de la noche. Cuando bajo, lo veo rodeado de dos torres de 1,90 por 1,20.

11) ¿Quiénes eran esas personas?
Uno era el "Oreja" González, que fue presidente de Basañez. Se dio una conversación muy dura, muy desagradable.

12) ¿Cuál era el tema?
Que yo estaba en contra de una huelga de futbolistas que se había desatado a raíz de un problema entre Basañez y Villa Teresa, un ajuste de cuentas entre González y el presidente de Villa Teresa. En los incidentes murió un ex jugador de fútbol, Wilson Castro, lo pisó un caballo. A raíz de eso le quitaron un montón de puntos a los dos equipos, lo que impidió el ascenso de Basañez (a Primera División) y se declaró una huelga. Y yo no estaba de acuerdo con ella. Había sido un episodio gravísimo, con tiros. Habían quedado en pegarse después del partido ambas hinchadas, y la gente de Villa Teresa, por las dudas, había llevado en un Volkswagen un arsenal. Cuando vieron que la gente de Basañez era mucha más, fueron al Fusca y agarraron las armas. Entonces, que el fútbol uruguayo fuera a una huelga por eso a mí me parecía totalmente ilógico.

13) ¿Te amenazaron esa noche en tu casa?
Y, por supuesto. ¿A qué venían los dos pesados? A traer un ramo de flores para mi señora no venían. Fue durísimo, hasta que él mandó a los pesados al auto y mis últimas palabras esa noche fueron: "Mire, yo creía que usted era vivo y bien informado. Ahora me doy cuenta que no es ninguna de las dos cosas. Si usted creyó que la forma de hacerme cambiar de opinión es venir con un par de pesados a buscarme a la puerta de mi casa se equivocó de ventanilla. Si no le gustó el menú, a partir de mañana, dos platos". Y así fue.

14) ¿No hubo, después de esa vez, más amenazas ni pechereadas?
No, por una razón muy sencilla, Al año y medio viene Bilardo con él y tuvimos una reunión de dos horas y media en un estudio de la Ciudad Vieja. Ahí Casal estuvo muy bien, pidió disculpas... es un tipo muy emotivo, se le caían las lágrimas. Y yo le dije: "Mire Casal, si usted pide disculpas ya está. Yo no soy tipo de pasar facturas ni de hacer eternos los problemas. Haga de cuenta que no pasó nada". Y ahí tuvimos un tiempo de relación correcta.

15) Ahí ya habías tenido problemas con Francéscoli, que era unos de los preferidos de Casal.
Sí, en la Copa América del 87 en Argentina. El problema venía del mundial del 86, cuando Francéscoli había liderado un grupo que había contravenido todas las normas establecidas para la convivencia.

"‘Pecho' Sánchez tuvo siete contratos para firmar y venía una llamada del grupo Casal diciéndole al club que no firmara"

16) Una vez, hace muchos años, te pregunté qué había pasado en ese mundial y me contestaste: "Yo lo sé, pero no lo voy a decir". ¿Seguís en la misma postura?
Sí, por una razón muy sencilla: tengo códigos. Lo que dije es que había habido transgresiones graves, incumplimiento de una cantidad de normas establecidas para el grupo. No se acataban los horarios y otras cosas graves que me parece que es de hombre no ventilarlas. Pero yo no podía dejar de criticar eso. En la Copa América, en Aeroparque, me cruzo con Gutiérrez y Francéscoli y se dio una conversación espantosa.

17) ¿Ellos te vinieron a increpar?
Sí, a meterme el peso, claramente. Yo en aquel momento estaba rengo todavía y pesaba 25 kilos menos de lo que peso ahora, producto del accidente que había sido en marzo del 87. Fue una conversación espantosa, nos dijimos de todo y a raíz de eso la relación terminó muy mal. Después ellos consiguen que el grupo del 87, sin saber lo que había pasado, decida que no van a hablar conmigo en la Copa América, en la que los derechos exclusivos los tenía la radio en la que yo trabajaba, que era Oriental. La cosa sigue hasta el 90, y antes del mundial Gregorio Pérez me pide que tenga una reunión con Gutiérrez y Francéscoli para arreglar ese lío, que era el único que faltaba arreglar de un montón que había entre periodistas y jugadores.

18) Y vos aceptaste esa reunión.
Yo le dije: "Mire, yo no traslado nunca los problemas personales a la parte periodística". Y Gregorio me dice que ellos saben eso y que quieren arreglar el problema. Y tuvimos una charla muy correcta en la que ellos reconocieron eso, dijeron que se habían equivocado y ahí empezamos la Copa del Mundo en paz. Después la relación se cortó de nuevo. Es más, en un momento de esos en los que yo hablaba con Casal, llego a un parador en Punta del Este y estaban Casal, Francéscoli y Rafael Villazán. Entonces saludé a Casal, seguí de largo con Francéscoli, no lo saludé, y saludé a Villazán y me fui a mi mesa.

19) O sea que el enfrentamiento con Francéscoli llega a ese grado: el de saludar a otros en una rueda en la que hay varios e ingnorarlo a él.
Y ya a esta altura es de por vida. Yo ya puse las dos mejillas: la primera fue en el 90, y cuando en el 93 nos volvemos a encontrar en aquella farsa de conferencia de prensa que se hizo en Roma y en la que dijeron que el problema con Cubilla estaba arreglado y no estaba nada. Ahí yo hago una entrevista con dos jugadores, Herrera y Aguilera, y le digo a Francéscoli: "¿Usted quiere hablar?" "Sí, pero personalmente con usted". "Con mucho gusto". Y ahí tuvimos media hora muy dura otra vez, en la que empieza recriminándome que la madre no puede ir a la feria por las cosas que le dicen. Y le digo: "Pero su madre no puede ir a la feria por lo que hizo usted, no por lo que yo digo. Usted hace tres años que no juega por la celeste, que es lo más sagrado para la gente de fútbol en Uruguay. Esa es la razón por la que su madre no puede ir a la feria".

20) Esos jugadores terminaron jugando la eliminatoria para el mundial del 94, en un clima irrespirable. ¿Sabés por qué finalmente aceptaron jugar con la dirección técnica de Cubilla?
Fue un error del técnico. Cubilla no debió admitir eso, porque los jugadores no vinierno en forma y el clima era terrible. "Pecho" Sánchez tuvo siete contratos para firmar con equipos y en el momento en que iba a firmar venía una llamada del grupo Casal diciéndole al club que no firmara y Sánchez se quedaba sin trabajo. Siete veces. ¿Por qué? Porque era de las personas leales a Cubilla.

"Mujica le dijo a los presidentes de los grandes: ‘¿Van a firmar (el contrato con Tenfield)? ¿Cuánto les dan? ¿200.000? ¡Tienen que firmar!'"

21) Antes hablaste de un "enfrentamiento" con el presidente Mujica por su intervención en la negociación de los derechos televisivos. ¿A qué te referís?
En aquel momento nosotros estábamos muy solos en la defensa de los intereses de la AUF porque obviamente todo el periodismo que trabaja con Casal no tocaba el tema. Bauzá, que ha hecho una gestión muy buena en la defensa de los intereses del fútbol uruguayo, sabía que la AUF no podía negociar esto porque en su seno la mayor parte de la gente responde a Casal, y por eso contrató a una empresa que hizo un trabajo magistral que permitió que lo que ingresa a la AUF pasara de 1.700.000 dólares a 10 millones más la sponsorización, con lo que llegó a 12 millones. Eso fue un capo laboro. Y Bauzá lo bancó tremendamente en medio de presiones de todo tipo. Y en aquel momento Bauzá, que había venido de Sudáfrica con el cuarto puesto, le había pedido cuatro entrevistas al presidente de la República y no tuvo ni respuesta. Eso a mí me parecía totalmente improcedente, y todavía me molestó más que en ese mismo tiempo se hace una reunión en una parrillada del Parque Rodó en la cual estuvieron el presidente, un asesor de su confianza, el señor Torena (NR: el "Pato Celeste"), el ministro Bonomi, Gutiérrez, Pedro Abuchalja hijo y los presidnetes de los grandes. Y Mujica le dijo ahí a los presidentes: "¿Van a firmar? ¿Cuánto les dan? ¿200.000? ¡Tienen que firmar!" Lo primero que yo vi mal fue que el presidente de la República participara en una negociación privada. Y lo segundo era que no le diera una audiencia a Bauzá y se reuniera con la gente de Tenfield y los presidentes de los grandes. Y eso lo dije, con todo respeto.

22) ¿Bauzá no tuvo ningún respaldo del gobierno?
El fútbol le debe la posibilidad de haber podido negociar sin apremios económicos al vicepresidente de la República, el contador Astori, al ministro de Economía, al ministro de Turismo y Deporte y al presidente del Banco República, que fueron las personas que le dijeron a la Asociación que iba a contar con los recursos necesarios para hacer frente a sus compromisos sin necesidad de que terminara pidiéndole plata a Casal, como pasaba siempre.

23) Decís que no trasladás tus problemas personales a lo profesional, pero como escucha de tus comentarios, debo decir que creo que cuando tenés un enfrentamiento con alguien, sobre todo con algún futbolista, a la hora de criticarlo eso se nota. Hay una dureza mayor.
No hay duda. Yo digo que los problemas no los traslado en el sentido de que si tengo que elogiar a una persona con la cual tengo problemas, lo hago sin dudar. Cuando tengo que criticar soy un poco más duro, porque es la manera también de hacerle sentir al tipo que ha tenido conmigo una actitud que yo creo que no cabe, que yo también respondo. Asumo lo que me decís, pero te digo: mis opiniones me han costado amistades, y son riesgos asumidos, producto de mi forma de entender la profesión. De la misma manera que he tenido que elogiar a gente a la que desprecio desde el punto de vista personal. Hay un jugador de fútbol del cual tengo el peor de los conceptos, y que en el año 2004 jugó bárbaro y yo dije siempre que había sido el mejor de su equipo. Lo que nunca hago es decir que juega mal un tipo que juega bien, por el hecho de que tengo un problema con él. Eso sí, a ese tipo, cuando tengo que criticarlo, lo hago más fuerte que a otros. Si un tipo del cual tengo un buen concepto juega mal yo digo: "Fulano tuvo una mala tarde". En cambio si es mal tipo, mal profesional, digo: "Fulano jugó muy mal". Utilizo la variedad que me permite el riquísimo idioma español para manejar términos que me permiten hacer esa distinción.

24) ¿Cuál es tu relación hoy con Tabárez?
No existe. Me cruzo con él y es como ver ese florero. Mi relación con Tabárez fue más que buena, excelente. Yo era llamado por él y su gente cercana para cambiar ideas sobre decisiones importantes en la vida de Tabárez. Lo hice con muchísimo gusto.

25) Hablás de hace muchos años, antes del 90.
Claro. Es más, a mí me llamaron para preguntarme qué opinaba de Tabárez como técnico de la selección, cuando fue nominado la primera vez (en 1988). Y un buen día, a raíz de un episodio que se dio en el mundial (de Italia 90) yo consideré que había sido traicionado.

26) ¿Qué fue lo que pasó?
Un día me llaman Gregorio Pérez y el profesor Gesto para decirme que se iban a establecer horarios para ordenar la cosa con el periodismo. Le dije que me parecía perfecto y que los amigos éramos los primeros que teníamos que cumplir eso. Y cuando termina el primer partido de Uruguay en el mundial, en Udine contra España, me entero que colegas de los otros canales privados -yo había ido por Canal 4- estaban haciendo notas con los jugadores en las afueras del estadio. Cuando me entero me voy a la concentración de Uruguay en Veronello a expresar mi sorpresa porque se había dado una conversación no prevista de los jugadores con la prensa, y que yo había quedado al margen y que por lo menos quería una palabra con el técnico de la selección. Y Tabárez me mandó decir por un funcionario que la conferenza stampa era dos días después, a las once de la mañana. A raíz de eso, cuando lo vi le dije: "Entre nosotros no hay más nada que hablar. Yo fui el primero en respetar sus disposiciones, y usted me dejó mal. Si yo era otro, me podía haber costado el trabajo". Y a partir de ahí hubo un largo período de 16 años sin relacionamiento.

27) Vos te opusiste, desde tu lugar, a su nominación como entrenador de la selección la última vez.
Y, di mi opinión. Dije que recordaba lo que había pasado en el 90: Casal dentro de la concentración, mandando, dirigentes que eran privados de ingresar a la concentración, jugadores que se ponían camisetas de otros clubes en los que iban a jugar cuando estaban representando a Uruguay, Casal en el banco de suplentes... una cantidad de cosas que no podían ser. Y además una actuación que no había sido buena desde el punto de vista futbolístico. Yo di mi opinión y me parecía que no cabía.

28) Después, al principio de este proceso, volviste a tener trato con él.
Un día, en un partido en Estados Unidos, estaba colaborando con la trasmisión Robert Sierra, un querido amigo que trabaja en ESPN, y él no conocía el problema mío con Tabárez y la chica que estaba en la producción tampoco. Robert le dice "tengo a Tabárez" y la chica le dice "dale, ponémelo". Y me dice: "Está el técnico Tabárez". Por una cuestión elemental de respeto a los oyentes hice la nota, y de ahí en adelante la relación fue correcta. No había la amistad de otros tiempos, pero una relación civilizada. Hasta que se da un episodio en la Copa América que yo no genero, en el que se revelan una cantidad de cosas que algunos jugadores decían del cuerpo técnico y como consecuencia de eso Tabárez adopta una serie de disposiciones muy rígidas.

29) Después se da aquel enfrentamiento en el programa de Canal 10.
Sí, en el que él dice que le dijeron que yo había dicho que lo iba a matar. Le dije que me trajera a la persona que había dicho eso, no hay mejor manera de saber la verdad que careando. Él dijo que no.

30) Aclaremos que hablaba de matar en sentido figurado.
Supongo yo. Pero yo no lo maté ni en sentido literal ni en sentido figurado. El dijo que yo lideraba una campaña contra él y le respondí que si yo lideraba una campaña, él debía aportar por lo menos tres hechos en los que yo revelara animosidad contra él. No me pudo decir una sola cosa que revelara esa animosidad. El único argumento que utilizó fue que yo había dicho, según él, en Mérida, donde supuestamente lo escuchó alguien cercano a su círculo, que yo lo iba a matar. Después de eso sí, yo le dije: "Mire, ésta la seguimos cuando usted quiera, en el terreno profesional, personal". Después hubo otro problema en la Copa América.

31) Te referís a esta última, en Argentina.
Sí. Había ido al hotel de Uruguay Karim Gorayeb, hijo de Alex Gorayeb, que fue un gran amigo mío, presidente del Deportivo Cali. Cuando Tabárez fue a dirigir al Deportivo Cali (en 1988) yo le mandé una carta a través de él mismo a mi amigo para que lo ayudara. Y según el propio Tabárez, Gorayeb lo trató de maravilla. Y cuando Karim fue a la concentración de Uruguay me dijo que le gustaría saludar a Tabárez. Le dije a Celso Otero (ayudante de Tabárez) quién era y qué quería el señor, y Otero le dice: "Pero el doctor Da Silveira tiene un problema personal con Tabárez"... "¿Y? -le dije yo- ¿Usted cree que yo quiero lucrar con la relación de Gorayeb con Tabárez?" Y ahí se dio un episodio feo con Otero que luego dio lugar a una charla muy profunda en la que yo le dije: "Mire, para que se quede tranquilo y no haya ninguna duda, quiero que sepa que nunca más quiero ni saludar a Tabárez, ni tener el menor contacto con él, ni mucho menos hacerle una entrevista".

"Maradona siempre me trató extraordinariamente bien. Si yo hablo mal de él, soy mala persona"


32) Wikipedia dice del doctor Jorge Da Silveira: "Tiene gran amistad con grandes personalidades relacionadas al fútbol mundial, como Carlos Salvador Bilardo, Zico, Pelé, Maradona, Florentino Pérez, Josep Guardiola, Mourinho, Cruyff, Platini y Beckembauer". ¿Esto es así?

Bueno mirá. Soy muy amigo de Bilardo. Si te dicen que soy amigo de Menotti, también, aunque en este caso la relación se enfrió cuando estuvo acá (en Peñarol, en 1990-91), porque él decía que los periodistas uruguayos no sabíamos nada y lo criticábamos sin tener la menor idea. Y yo le dije algunas cosas sobre su sistema de juego que después se confirmaron plenamente, y se tuvo que ir por la puerta de atrás. Él durante muchos años, cuando venía al Uruguay llamaba a mi casa y desde que llegaba hasta que se iba estaba conmigo y con mi familia. Siempre hubo una relación excepcional, y cuando vino a Peñarol, apenas llegó me dijo "tenemos que salir a morfar", y no salimos nunca. Todo eso generó un distanciamiento de muchos años hasta el 2002, cuando estaba en el mundial de Corea y nos volvimos a encontrar. Después, de esa lista... ¿quién más estaba?

33) Zico, Pelé...
Zico no. Con Pelé tengo una cordial relación, pero de ahí a ser amigo no. Con Maradona tengo una muy buena relación. Es más, siempre me trató extraordinariamente bien, todas las veces que quise entrevistarlo Maradona me dio la entrevista, jamás me pidió nada. Un día en Maldonado él estaba jugando un picado en una chacra y fui a verlo y cuando me vio paró el picado y salió a saludarme. Ahí le propongo hacer una entrevista para un programa y la hacemos ahí mismo. Cóppola lo quería cortar y él le hacía señas de que lo dejara, y terminé haciendo el programa entero con él. O sea, si yo hablo mal de Maradona, soy mala persona. A Florentino Pérez no lo conozco, con Beckembauer nos hemos saludado dos veces pero decir que soy amigo de él es un atrevimiento. De Cruyff soy admirador, para mí uno de los jugadores más extraordinarios que vi y el iniciador de este Barcelona fantástico. Es decir, amigos: Bilardo, Menotti, el Coco Basile, Roberto Perfumo, tengo muy buena relación con Carlos Bianchi... Tengo la suerte de que mucha gente importante de América me ha dado pelota. El mejor técnico que conocí en mi vida fue Osvaldo Zubeldía, del que más aprendí, al que más le robé. Yo me considero un gran ladrón de conocimientos, he robado todo lo que he podido.

34) Zubeldía era el técnico de aquel Estudiantes de la Plata tricampeón de América, famoso por sus mañas.
Sí, pero ¿todas las cosas futbolísticas que hizo aquel Estudiantes? Fue precursor de todo, del líbero y el stopper y de muchas otras cosas. Minimizar a Zubeldía por las mañas de aquel equipo... por supuesto, no dejaba nada librado al azar. Cuando jugaron acá la final de la Libertadores con Palmeiras, Bilardo me pide que lo lleve a hablar con los chicos alcanza pelotas, y yo lo llevo al estadio en mi auto. Lo que quería era que los chicos devolvieran la pelota rápido o lento según como fuera el resultado. Ahí le dijeron a Bilardo que tenía que hablar con Paquito... y Paquito era Casal, que era alcanza pelotas. Y como garantía de que los jugadores iban a cumplir lo pactado, o sea pagarles a los chicos, Casal se quedó con las pelotas de Estudiantes. Como garantía prendaria digamos (se ríe). Y cobraron, por supuesto.

35) Así que Zubeldía también entra en la lista de amigos.
Yo iba a City Bell y hablaba seis o siete horas con Zubeldía. Venía acá y yo me pasaba todo el tiempo libre que él tenía hablando y aprendiendo. Un motivador extraordinario, un tipo fuera de serie. El tipo gana la Copa Libertadores esa noche y la gente de Estudiantes tiene la deferencia de invitar a dos periodistas a cenar: Osvaldo Ardizzone, un gran periodista argentino, y un servidor. Instados por Zubeldía, los jugadores asumen el compromiso de tener un festejo íntimo y no salir esa noche, cuando las mujeres más divinas que yo he visto los esperaban afuera. Esa noche nos quedamos en la pieza del técnico, en el Ermitage, como hasta las cuatro de la mañana: Zubeldía, Bilardo, Pachamé, Madero, Malbernat y yo. Había un jugador que quería salir esa noche y yo escuché como Osvaldo le decía: "Mire, si quiere salga, pero si lo hace, usted es un pobre mozo". Y el tipo no salió.

36) Hace 25 años de aquel accidente al que casi no sobrevivís. ¿En qué te cambio la vida?
En todo. A partir de ese momento me di cuenta que yo era un irresponsable, en el sentido de que mi desprejuicio por todo lo material era total. Siempre fui un lírico terrible y me olvidé que tenía una familia atrás a la que tenía que responderle económicamente. Haber estado al borde de la muerte y volver a mi casa y ver a mi hijo Jorge en un corral, con diez meses me hizo decirme: "Qué horror. ¿Qué hubiera sido de este botija y de mis hijas si yo me hubiera muerto?" Y ahí cambié mucho. Entré a hacerme respetar un poco más en mi trabajo y a pensar un poco más en la parte económica. Me empezó a representar mi gran amigo Germán Paz y ahí me hice valer un poco más. Igualmente perdí mucho dinero por mantener mis principios. Cuando los canales hicieron el acuerdo con Casal y me negué a plegarme estuve dos años proscripto en los canales privados. Dos años en que mi imagen no apareció jamás en televisión.

37) ¿El accidente te cambió la percepción de la muerte?
Y... me permitió estar con la parca susurrándome al oído y no temerle. Me permitió saber que tengo mucha mayor capacidad de resistencia al dolor físico de la que creía tener.

"El accidente de 1987 me permitió estar con la parca susurrándome al oído y no temerle"

38) ¿Crees en Dios?
He tenido muchos vaivenes con eso. A los trece años vi a mi madre enfermarse de cáncer y sufrir mucho. Eso me obligó a madurar, cuando ella murió yo tenía quince pero la cabeza de un tipo de veintipico. Y ahí no quise saber más nada con la religión, porque mi madre era una santa y sufrir como yo la vi sufrir, me parecía que era algo que ella no merecía. Y durante años no creí más en nada y nunca más pisé una iglesia más que para un casamiento. Pero con el accidente me pasan cosas muy especiales.

39) ¿A qué te referís?
En primer lugar, me pregunto quién me mandó un domingo de noche al kilómetro 57 de la Ruta 5 a un médico neurólogo, futbolero, que me conocía, gran tipo, que hace todo para salvarme. Después, una amiga de mi hermana Inés fue al santuario de la Virgen de Schoenstatt en Nueva Helvecia a pedir por mí. Y después me enteré de una cantidad de cosas increíbles: que el padre Kentenich, que fue el fundador del primer santuario original que está en Alemania, había llegado al Uruguay el año en que yo nací, 1943. Que las monjitas que vinieron al país a hacerse cargo del santuario llegaron acá el día que yo nací, el 30 de agosto de ese año. Que el día que yo tuve el accidente profanaron el santuario. Y si algo faltaba, en un programa que hizo María Inés Obaldía en Canal 10, al que me invitaron y hablaban de la Virgen de Schoenstatt, me entero que el padre Kentenich había estado tres años internado en un campo de concentración que fue el único que yo visité, en 1977, con un interés periodístico. Me pasé un día ahí adentro, viendo y averiguando todo, en Dachau, muy cerca de Munich.

40) Cuando habías estado en 1977 no sabías nada del padre Kentenich.
Ignoraba por completo todo. Y cuando me enteré que Kentenich se había escapado del campo de concentración y había venido huyendo al Uruguay, terminé de cerrar el círculo. En definitiva: hoy no practico la religión católica pero creo que hay un ser superior al que debo, entre otras cosas, la vida.

Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López