" /> Derby Motoreta's Burrito Cachimba - La gaita eléctrica / Columnistas - Montevideo Portal
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Joaquín DHoldan: Escritor y Dramaturgo de la Villa del Cerro radicado en Sevilla.

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Derby Motoreta's Burrito Cachimba

10.Dic.2018

DMBC es una gran banda sevillana que sigue la estela de los grandes grupos andaluces ("Pata negra", "Triana"). Inventando un nuevo género la "kinkidelia", rock, calle y psicodelia. Verlos tocar es una fiesta, un grupo lleno de barrio y verdad.

Se conoce popularmente en España como cine "kinki" al género cinematográfico que narra las vivencias y aventuras de conocidos delincuentes (casi siempre jóvenes o muy jóvenes) que han alcanzado la fama gracias a sus delitos cometidos. Este género se hizo muy popular a finales de los años 70 y a principios de los 80, en donde alcanzó su máximo esplendor debido a la gran inseguridad ciudadana que vivía el país. "El Lute", "El pico" o "Deprisa, deprisa" son ejemplos que se vieron en Uruguay poco después, con la llegada de la democracia.
Los kinkis (o "quinquis"), jóvenes, delincuentes, en general de etnia gitana, todos muertos por drogodependencia. Los que no llegaban a ese extremo eran pibes de barrio que la falta de recursos los convertían en busca vidas, amantes clandestinos de gente de dinero, vendedores de droga. Si no eran delincuentes, la gente veía en sus actos una sombra de oscuridad. Como si un destino inevitable los siguiera. Es muy difícil esquivar los estigmas. Cuando estudiaba en la Facultad nos pedían tener un instrumento que costaba una fortuna. Para mí ya era un logro pagar el boleto, comer allí y tener tiempo para estudiar. Por suerte una compañera que ya casi habían terminado la carrera, me ofreció el dichoso aparato, indispensable para hacer los cursos. Cada dos días iba a su casa de tarde temprano, lo llevaba a la clase y luego iba a devolvérselo, esa misma noche.
Una noche, uno del barrio me ofreció un bolso con "cosas de facultad" por 50 pesos. Adentro estaba el dichoso aparato. Terminé mi carrera con ese instrumento robado. Pero lo realmente oscuro es que años después supe que todo el mundo, incluso el marido, creía que yo era el amante de aquella compañera que hizo posible que estudiara en aquellos meses.
Para ellos era más fácil pesar eso que manejar la opción de que uno de facultad no pudiera acceder a comprar lo básico para estudiar, y peor aún, que una compañera le hiciera un favor a otro, a cambio de nada.
Al principio pensé que si hubiera podido comprarme ese (y todos los materiales que pedían), nuevos y al contado, no hubiera estado metido en esa y otras historias similares. Interminables esperas en paradas de colectivos. Caminatas hasta terminales lejanas. Persecuciones varias. Días de lluvia. Pero no lo recuerdo como un problema. Es curioso porque lo que más tengo presente de aquellos años es escuchar música en mi pequeño y usado "walkman". Miraba pasar Montevideo mientras sonaban las canciones. Llevaba un casete grabado con paciencia de alguna FM, con la voz un locutor inoportuno anunciando algún producto que tampoco podría comprar.



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