El miércoles, una enfermera que se desempeña en la Unidad 24 del INR (Mercedes) fue trasladada a un hospital debido a una herida de arma blanca. Según informa el medio local Agesor, la mujer tenía clavada en el abdomen la punta de una tijera, detallando que se trataba de una tijera de tipo romo. Tras recibir asistencia, la víctima fue dada de alta unas horas después.
El caso fue noticiado a Fiscalía, donde se investigan las circunstancias y pormenores de un caso que se presenta más complejo de lo que aparenta en su descripción preliminar.
De acuerdo con el citado reporte, los hechos comienzan a desarrollarse cuando una reclusa es traslada a la enfermería -bajo la custodia de una funcionaria- para la aplicación de un inyectable. Esta maniobra no insumió más de tres minutos. Posteriormente, la presidiaria se retiró del lugar junto con su acompañante. Luego, 80 minutos más tarde, se toma conocimiento de la agresión sufrida por la enfermera. Así las cosas, la trabajadora de la salud "debería haber estado durante todo ese tiempo con la tijera clavada en la zona abdominal", considera la crónica.
Otro detalle a tener en cuenta es que en la enfermería siempre hubo una tercera persona, ya que la vigilante que conducía a la reclusa sólo salió de la enfermería en el momento en que entró un médico. Por ello, la enfermera y la interna jamás habrían estado a solas.
Tras el incidente, las autoridades llevaron a cabo una requisa en el penal, en la que se hallaron celulares, algunos cortes carcelarios -menos que en otras ocasiones- y marihuana, informándose todo ello a la Fiscalía.
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