Haití a dos años del terremoto
El corazón de las tinieblas
Las unidades potabilizadoras de agua que Uruguay envió a Haití no funcionan, tras haber sido saboteadas en medio de un manejo oscuro de la distribución del agua. El periodista Luis Curbelo, que viajó a Haití en una misión de International Media Support, contó a Montevideo Portal la situación incambiada a dos años del terremoto.
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El periodista Luis Curbelo (de Informativo Sarandí y conductor en el 2011 del programa "Punto de vista" en TV Ciudad) estuvo una semana en Haití formando parte de una misión de International Media Support, una organización que se dedica a brindar apoyo a medios y periodistas en zonas conflictivas del mundo.
La organización trabaja activamente en Haití desde el terremoto del 2010. La misión de la que participó Curbelo, a dos años del terremoto, tuvo como objetivo ver cómo manejó la organización los recursos destinados a esa zona y qué se necesita de aquí en más.
Para el periodista, "la situación está planteada igual que hace dos años, cuando ocurrió el terremoto". "El país está devastado, no tiene prácticamente luz eléctrica ni alumbrado público o agua potable en cañerías, el agua se vende a través de camiones". "La población subsiste con un salario promedio inferior a 150 dólares por mes, y se acentúan los problemas de enfermedades por la escasez de servicios", explicó Curbelo, agregando que en el caso del cólera esto se verá agravado con la inminente temporada de lluvias.
"En pleno centro en Puerto Príncipe se pueden ver las aguas servidas en las calles, que en su mayoría están destruidas, hay muy pocas bituminizadas. En cuanto al terremoto lo que se hizo fue sacar los escombros de las calles para poder pasar. Hay muy poca recuperación, y de hecho el Palacio Presidencial está exactamente igual que el día del terremoto, a tal punto a que Michel Martelly (presidente) le hicieron una oficina en el terreno del palacio para que pueda cumplir funciones", contó el periodista de Sarandí.
Curbelo también destacó que a la crisis estructural y económica se suma la política. "Martelly es un tipo sin respaldo popular, que fue votado por menos del 10 % de la gente. Los observadores europeos ya comentan que está tomando una serie de medidas que van camino a convertirlo en dictador, como el cuestionamiento de medios de comunicación, la elaboración de listas negras de periodistas y medios, la omisión en la comunicación sobre lo que están haciendo, y qué hacen con la plata", señaló.
El presidente "observa pasivamente cómo los ex integrantes del ejército, que fue desmantelado, se están acuartelando, armando y reclamando su reintegración".
La mafia del agua
En el 2010, luego del devastador terremoto que sufrió la nación, Uruguay envió a Haití a modo de colaboración dos unidades potabilizadoras de agua (UPA), que son de importancia vital en un país que no cuenta actualmente con agua por cañerías. Sin embargo, ninguna de las dos se encuentra funcionando tras haber sido saboteadas.
Lo que se comenta en Haití es que el hermano del presidente Martelly es quien maneja el negocio del agua, al que sin dudas no convienen estas unidades potabilizadoras de agua. "Destruyeron las dos UPAS que donó OSE porque afectaban el negocio, daban agua gratis cuando estos tipos venden a 60 dólares el camión de agua potable", remarcó Curbelo.
"Técnicos de OSE corroboraron esta situación y se hizo un informe al ente, que a su vez se comunicó con la Cancillería para solucionar este tema. Lo que sucede es que no se puede hacer nada porque eso fue un regalo a Haití y ellos son quienes lo manejan. Haití pidió ahora una nueva UPA en la ultima arremetida del cólera, pero Uruguay se negó en el marco de esta situación, solicitando que las maneje algún organismo internacional o la Minustah"
"Ambas unidades fueron desmanteladas, se les quitó el mecanismo de funcionamiento ex profeso", contó Curbelo.
La imagen uruguaya en Haití
A un año del escándalo mediático originado por el presunto abuso sexual de soldados uruguayos a un joven haitiano, Curbelo asegura que el tema no tuvo tanta repercusión en Haití como pareció en Uruguay. "La misión uruguaya sigue teniendo la mejor imagen dentro de la población de Haití, porque contrasta su actitud con la de los brasileños, por ejemplo, que prepotean a los habitantes y también suelen golpearlos. En comparación, el contingente tiene una buena evaluación para la población", comentó el periodista, que señaló que el dinero fue la motivación detrás de las denuncias a los uruguayos.
"No ha habido grandes repercusiones ni clima hostil a los uruguayos. Los batallones uruguayos siguen funcionando y dan un gran servicio a la población, escuelas, hospitales y orfanatos, sobre todo a través de las UPA, porque brindan agua potable", señaló.
No future
A dos años del terremoto, la sensación que queda es la de un país que no tiene futuro, explicó Curbelo. "No va a cambiar. Lo que se ve es que en dos años no hicieron absolutamente nada, y tampoco se ve que pueda modificarse o que ingrese dinero", comentó.
Las ayudas humanitarias tampoco se hacen sentir. "Las organizaciones y gobiernos están yendo a comprobar si la plata llegó a quienes estaba destinada o dónde quedó. Hay una etapa de evaluación de la ayuda porque a partir de estas señales de corrupción hay dudas sobre lo que ha pasado con la plata y lo que sucederá de aquí en más. Hay programas que terminan ahora y hay gente que evalúa si los renueva o no, lo que puede complicar la situación a mucha gente que subsiste con esas ayudas", concluyó.