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GUSTAVO ESCANLAR DESPUÉS DEL GOLPE

¿Levantándose?

Gustavo Escanlar habló sobre los detalles del mentado caso de plagio, su relación con Ignacio Álvarez y reconoció estar más caliente consigo mismo que con la persona que lo denunció.

Pocas veces el despido de un profesional por parte de una o más empresas tuvo la repercusión mediática que logró Gustavo Escanlar luego del episodio "Búsqueda". Ejemplos de plagios abundan en la historia, ya sea en el área del periodismo, la música, la literatura o los trabajos académicos. Algunos pasan desapercibidos, otros comprometen la carrera de quienes los perpetran y muchos son olvidados con el tiempo.

El caso de Escanlar tuvo un efecto boomerang de ampliación de su propia figura, controvertida, amada, odiada pero que también supo beneficiarse de la exposición mediática.

En una entrevista concedida a la revista Freeway, realizada por el periodista Gabriel Peveroni, Gustavo Escanlar explica cómo se produjo la desvinculación de los medios en los que trabajaba, el dolor que le causó, la difusa línea del plagio y su forma de comenzar nuevamente.

Escanlar se reconoce culpable, pero explica que leyó el libro en cuestión y no realizó el plagio de forma consciente, dejándose llevar por "boludez, falta de tiempo, no saber decir que no". Caliente consigo mismo y no con Búsqueda, el periodista aclaró que los casos de plagio siempre son difusos y subjetivos, y que en su caso se trató de dos o tres párrafos que no eran exactamente iguales al original. "Si lo hace un enemigo o un competidor, es plagio", aclaró, reconociendo de todos modos que lo suyo fue una falta grave.

Sus compañeros de Zona Urbana se enteraron por el mail que circulaba con información al respecto y por él mismo. Descartó de plano cualquier participación de Leonardo Haberkorn o Lincoln Maiztegui en el caso, de acuerdo a los rumores de otro mail en cadena, una práctica internauta que el ex conductor califica de cobarde.

El pedido de renuncia en Zona Urbana fue el segundo golpe que recibió Escanlar, sintiendo un "vacío en el estómago". Concuerda con la decisión de sus ex compañeros, radicada en la imposibilidad de mantener un discurso ético con un plagio en el historial periodístico de un integrante del staff.

Sobre su relación con Nacho Álvarez, otro de los comentarios que corrían de boca a oreja, admite el desgaste en una relación que sin embargo mantenía química, como Santiago Segura y el gran Wyoming en "Muertos de risa", la película de Álex de la Iglesia. Como los personajes del film, Escanlar aclara que si seguían juntos podían terminar matándose.

El escritor no desconoce que había mucha gente interesada en su caída, pero lo que sorprende es su convicción sobre la cercanía de la persona que inició todo. Cree que la denuncia por mail la realizó alguien muy cercano a él y que los ataques pueden venir de cualquier lado, sin saber quién está de su lado y quién no.

En su peor momento profesional, el periodista se afirma en su vida íntima, su reciente casamiento y espera, mientras tanto, poder comenzar de nuevo.