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Política

Si digo no es no

Con la Articulación “No a la reforma”: argumentos, posiciones y planteos sobre convivencia

Dialogamos con Daniela Buquet, vocera de la articulación, sobre el plebiscito del próximo 27: “Esto no es una medida nueva que vaya a generar un paradigma distinto”.

18.10.2019 09:10

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2019-10-18T09:10:00-03:00
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Por Agustín Zabala

Por Agustín Zabala / @aguzabala

En mayo del año pasado, el senador del Partido Nacional Jorge Larrañaga anunciaba que iba a comenzar con la recolección de firmas en busca de impulsar una reforma constitucional. A esa iniciativa la llamó "Vivir sin miedo", y un año después en un acto daba cuenta de que se habían duplicado las firmas necesarias: se habían superado las 400mil rubricas y se confirmaba que en octubre la ciudadanía debería votar por apoyar o no este planteo.

Paralelamente a esa conformación, diferentes organizaciones vinculadas a la sociedad y el movimiento de trabajadores comenzaron a formar la Articulación nacional No a la reforma. Desde entonces, más de 80 organizaciones se propusieron dar la "otra mirada" de esta reforma.

Para Daniela Buquet, vocera de la articulación, no fue una "sorpresa" que la iniciativa haya alcanzado las firmas y las haya duplicado. Es más, señala reiteradamente que la seguridad es un problema "real y complejo" en Uruguay, y que nadie puede negarse a vivir sin miedo; por eso también considera que la propuesta, con ese nombre, fue algo "engañosa".

De hecho, apunta que cuando iniciaron la recorrida por los barrios, las personas "no sabían mucho del plebiscito". Eso les generó un problema, porque primero tuvieron que informar de qué iba la propuesta de "Vivir sin miedo" para "recién después dar los argumentos contrarios".

La articulación entiende que esta reforma será "peligrosa y violenta", y enumera algunos argumentos; pero hay uno que es central: esta iniciativa es "más de lo mismo". Las políticas punitivas, por lo menos desde el regreso de la democracia hasta estos días, no han tenido muchas variantes y siempre han ido en una dirección: el aumento de delitos y de penas, asegura Buquet.

Este 27 se vota por esta propuesta, y no por otra. Eso es lo que dice la articulación, y trata de dejar en claro, cuando se le consulta qué es lo que propone. De todos modos, la visión que tiene sobre la seguridad y la convivencia expone también "otra mirada".

Por ejemplo, le señalan al plebiscito que "ataca cuando la persona ya está en conflicto con la ley". Todo lo que pasa antes, y lo que pasa después, no es tocado, "y eso podría ser bien interesante", señala la representante.

"Todas las medidas preventivas, todas las políticas públicas que pudieran existir para prevenir el delito, también sería una pata interesante. Todo lo que tiene que ver con políticas de egreso también", ejemplifica.

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¿Qué es la articulación?

La articulación se formó cuando empezó y sabíamos que iba a surgir el plebiscito, y empezamos a buscar, organizarnos y ver cómo podíamos dar nuestra mirada, y decir que este plebiscito no solo no va a mejorar la seguridad, sino que inclusive puede empeorar la situación actual. Es una articulación, justamente, en esta idea de articular los diferentes movimientos y distintas voces que hay en contra de este plebiscito, tanto desde el movimiento social o sindical, o las organizaciones territoriales. Hicimos una actividad en el Paraninfo de la Universidad, donde llegamos a tener a 80 organizaciones sociales. Dialogamos con todos los partidos políticos, y todos los candidatos se postularon en contra. Ahí las juventudes son las que más se han acercado.

¿Les sorprendió que se hayan alcanzado las firmas y se hayan casi que duplicado?

En realidad, no. Es un problema real la seguridad en nuestro país. Es un problema complejo y los delitos están subiendo. Son datos que todos podemos observar. Y la sensación, ese miedo del que se habla, es algo que también compartimos. Ahí entra entonces un poco lo que es la propuesta. El nombre de "Vivir sin miedo" es una propuesta a la que nadie le puede decir que no. Todos y todas queremos vivir sin miedo. También ahí hay un poco de cuál fue la información que se dio en el plebiscito. No es sorpresa que se llegue porque es un tema que está, de hecho, es algo que en la campaña electoral es uno de los temas principales a debatir. Pero habilita a generar este debate, y entender que la seguridad se puede trabajar de diferentes lugares. Nosotros planteamos que es necesario en el Uruguay cambiar un poco la perspectiva con la que se en tiende la convivencia en nuestro país.

¿Creen que estuvo toda la información arriba de la mesa?

Creemos un poco que la juntada de firmas a veces son un poco engañosas por lo rápido que surgen y por lo que se precisa: que la gente firme. Creemos que ahora sí es necesario que todo el mundo sepa lo que se está votando, pero sí notamos que en la conformación de este plebiscito faltaron algunas voces que pudieron haber sido interesantes. Por un lado, consultar al movimiento o social para saber qué pensaba, las practicas que ha llevado adelante con respecto a los temas de seguridad; llamar a los actores que van a llevar adelante esto: los militares y los policiales, quienes, si se los consulta hay una mayoría que está planteando que está en contra. Y eso nos llamó la a tención, porque la conformación de esto y en el análisis que sugiere la medida es un poco extraño. También lo que tiene que ver con qué es específicamente lo que se propone, por qué se habla de 2.000 efectivos militares, por ejemplo. esa cantidad, ¿cuál es el análisis que lo hace llegar a ese número concreto? También hay una falta de profundidad en la propia propuesta, tanto en la formación de los militares, no se sabe muy bien cuánto va a durar, ni quién la va a llevar adelante, los paradigmas que se van a plantear. También se va a armar un comité de decisión en torno a lo de las penas, que también es algo a definirse. Tampoco se sabe concretamente cuál es el sentido de rehabilitado que van a utilizar. Ahí hay un montón de cosas que creemos que hubiera estado bueno conversarlo con bastante tiempo.

En líneas generales, ¿por qué se posicionan en contra de esta reforma?

Lo que primero planteamos es que es más de lo mismo. Conseguir que se mejore la seguridad de nuestro país a través de la represión y el aumento punitivo, es algo que en nuestro país es moneda corriente. Es algo que inclusive todo el sistema de partidos lo apoya y lo ha llevado adelante en los distintos gobiernos desde hace más de 30 años. Esto no es una medida nueva que va a generar paradigma distinto. Por otro lado, porque es peligroso, porque el aumento de la violencia por parte de del Estado va a generar que, del otro lado, donde está la persona que comete el delito, no tiene un parate ni nada. Si esto es una medida contra el narcotráfico, el narco del otro lado se va a armar muchísimo más. la violencia se va a aumentar mucho más, porque del otro lado no hay moral que pare. Eso es bien importante. Después, lo que tiene que ver con que es una reforma constitucional, y lo importante que es entender nuestra Carta Magna para ver cómo nos regimos. La razón por la que estos es una reforma constitucional es por los allanamientos nocturnos, es lo único que necesita de una reforma constitucional. Lo otro se podría generar por leyes. Eso también es importante saberlo, por qué es que es una reforma constitucional y no otro mecanismo de generar transformaciones; pero se vota todo junto, son medidas muy diferentes entre sí que se votan en bloque, y por eso es necesario entender la cabalidad de la transformación. Cuando se transforma la Constitución es algo que se debe pensar a largo plazo; ir para tras en reformas constitucionales es muy complicado. Entonces esta cuestión de aprobar para ver si funciona, y después ir para atrás es casi imposible.

Decías que es peligroso, ¿por qué? ¿Todos los puntos son peligrosos?

Los cuatro puntos son peligrosos. Los allanamientos nocturnos tienen que ver con un poco el peligro que se genera en las noches, algo que cabalmente no va a terminar con el narcotráfico en nuestro país. Exponer a los policías, que es el argumento de los sindicatos policiales, a esa situación en la nocturnidad, más los vecinos y las personas del hogar que es allanado es complejo. Generar espacios para los militares que actúen en la seguridad publica significa que nosotros estamos delimitando zonas de guerra, porque es la zona en la que ellos trabajan. Con una institución que para lo que está formada es para salvaguardar la soberanía nacional y atacar en guerra. Eso también es bien complejo. Mirar a nuestro país en un estado de guerra interna es bastante complicado, es exponernos a nivel de violencia muy alto. Y después lo que tiene que ver con entender para qué nosotros tenemos las cárceles; si nuestro objetivo de las cárceles, que es lo que plantea el artículo 26 de la Constitución, es la rehabilitación es muy complejo que lo que nosotros estemos planteando hacer es encerrar para siempre en un lugar. Con lo que genera las propias cárceles, con la violencia interna que genera en los propios centros penitenciarios. Las personas que salen de las cárceles no salen con la posibilidad de reinsertarse ni con una enseñanza real que permita entender que hay que convivir de otra manera, sino todo lo contario. Se habla también que son escuelas del delito y el crimen. Cualquiera de las cuatro medidas genera violencia, y eso es importante decirlo claro.

Cuando se les dice que esta es una articulación pro Frente Amplio, ¿qué piensan?

Es un argumento electoral bastante obvio. Nosotros no nos cansamos de decir que no somos el Frente Amplio, pero parece que se lo decimos a oídos sordos. Inclusive en los propios debates se nota, cuando ellos están convocando al Frente Amplio a debatir y no a nosotros, cuando en realidad es el movimiento el que está conjugando el "No". Es un argumento electoralista contra el oficialismo.

De hecho, me imagino, por lo que decías recién que las políticas punitivas se habían mantenido en la misma línea por lo menos desde la dictadura hasta acá, y el Frente Amplio ha sido parte de ese proceso.

Sin duda. Las políticas que tienen que ver con el Ministerio del Interior muchas fueron muy punitivas. No salió el No a la baja, pero salieron varias leyes que tienen que ver con el aumento punitivo para los menores. Es una línea que este gobierno ha manejado. Hay otras cosas que también se han hecho, para mejorar la Policía, y un montón de cosas que tienen que ver con un paradigma distinto, pero en líneas generales es lo mismo: creer que es reprimiendo que vamos a lograr parar a los delincuentes.

Es un paradigma añejo y acabado, ¿qué proponen ustedes?

Para nosotros es completamente añejo, es algo que está comprobado que no funciona, tanto en nuestro país como a nivel mundial. Si nosotros pensamos que tenemos casi 12 mil personas privadas de libertad, y esa cantidad no nos genera una mayor seguridad. De hecho, año a año aumentan las personas privadas de libertad, pero también aumenta la sensación de inseguridad. Y también aumentan los delitos, entonces ahí hay una correlación de algo que no está funcionando.

Entonces, es importante cambiar la mirada. Nosotros hablamos de que otro camino es posible. Esta cuestión de entender que hay que cambiar el paradigma de cómo pensamos la convivencia, una de las cosas que planteamos es que este plebiscito ataca cuando la persona ya está en conflicto con la ley. Todo lo que pasa antes, y lo que pasa después, no lo toca, y podría ser bien interesante. Todas las medidas preventivas, políticas públicas que pudieran existir para prevenir el delito, también sería una pata interesante. Todo lo que tiene que ver con políticas de egreso también. Tenemos, en nuestro país, casi el 70% de reincidencia. Estamos hablando que la mayoría de las personas que son privadas de libertad, salen y vuelven a delinquir. Hay algo en el afuera que no estamos logrando hacer como sociedad para que esa persona diga que ese no es el camino.

Esas podrían ser como distintas medidas, pero entender que lo que es adentro la cárcel no está funcionando. Recortar entonces los institutos liberatorios, que es una de las medidas que incentivan al trabajo y al estudio, es bien complicado, porque entonces qué va a ser lo que nosotros le ofrecemos a ellos para que dejen de delinquir. Hay que empezar a entender que con la violencia, restringiendo libertades y derechos no hay sentido pensar que la gente va a decir 'bueno, sí, voy a conseguir un trabajo formal, que gano mucho menos y no voy a llevar esta vida'. Es necesario ofrecerles, y que el Estado se haga cargo de lo que está pasando.

¿Cómo evaluás la reacción del sistema político ante la reforma?

Nos parece bien interesante que los candidatos a la Presidencia ninguno lleve esta propuesta: porque el próximo gobierno, sea el que sea, y la conformación parlamentaria que haya no va a tener un acuerdo con esta propuesta; y eso no es cualquier cosa, porque van a ser lo que la tengan que llevar adelante. Es una propuesta que tiene la pregunta de cómo se va a ejecutar, y hay muchas dudas. Porque además la mayoría de ellas necesitan de leyes que genere ese Parlamento para poder delimitarlas. También vemos que hay una buena receptividad a plantear el "No", hemos hablado con la mayoría de los partidos. El partido más nuevo, Cabildo Abierto, también se ha declarado en contra, y eso es algo a lo que se le debe plantear atención. Y sí nos llama la atención lo sola que quedó la propuesta. En esta cuestión de cómo es que surge, que tiene un tinte electoral en la interna y que después no funciona y que nadie más se hace cargo de la propuesta. Es llamativo tener una propuesta que queda tan sola en un sistema tan partidista, como es el de nuestro país.

¿Crees que la iniciativa fue una cuestión meramente electoral?

Creo que hay dos cosas. Creo que sin duda es una propuesta que está pensando, planificada y que tiene que ver con la línea que maneja el propio senador (Jorge Larrañaga): no es la primera propuesta que ha hecho en esta línea. No tiene que ver con que el trabajo es puramente electoral, pero sí en el momento que surge tiene que ver con eso. Y por el otro lado, lo que tiene que ver con su propia lista con esta propuesta. El relanzamiento de su lista para ahora las elecciones de octubre tiene un relanzamiento con la papeleta del "Sí" y eso no dice poca cosa. Acá hay una unión. Y lo otro que comentaba: ellos quieren debatir con el Frente Amplio, incluso cuando logramos hablar con ellos todo el tiempo lo que nos achacan son cosas que tienen que ver con el Frente Amplio. Hay una cuestión electoral, sin duda.

¿Cuál es el papel que está teniendo la juventud? No hablo de las juventudes partidarias, sino de las juventudes como generación 

Creo que es bien importante. En nuestro país, el movimiento social tiene esa característica de que la juventud se mueve bastante, y a veces se dice un poco que están alejadas de los partidos, pero este año logró también convocar por otro lado, con salir a dar la voz en la democracia. Nosotros en la mayoría somos jóvenes, creo que eso es un debilitamiento a la hora de poder llegar y empatizar con el resto del público en el Uruguay, porque terminamos siendo de un mundillo universitario de clase media. Pero tiene que ver con un poco con que estamos cansados de tener que decirle que "no" a algunas propuestas que vienen a reprimir. Por las edades que tenemos, conocemos también de un país en donde la represión no es la moneda corriente, entonces estas cosas nos atacan directamente.

¿Cómo ha sido la conversación con la gente? Imagino que cuando salen a la calle, siendo 400 mil firmas, alguno que haya firmado se encontrado...

Nos hemos encontrado con buena receptividad, y eso nos llamó la atención, pensamos que iba a ser más complicado. Y lo principal que nos hemos encontrado, por lo menos hace un par de semanas, es que la gente no sabía mucho del plebiscito. Esa era la principal llegada: 'No sé de lo que me estás hablando'. Entonces, nos costó, porque tuvimos que en la primera mitad del año salir a informar qué era la reforma, para después llegar a dar los argumentos contrarios. Pero nos encontramos con un poco de todo. Está el público que está decidió a votar, que es el público definido y no hay discusiones para dar, está el público que no sabe, que nos dice 'bueno, qué proponen ustedes'. Y eso es un poco la urgencia que hay en estos temas, que son más a largo plazo; cuesta y la paciencia se agota también.

Es complejo el mecanismo porque el 27 de octubre votamos por esta propuesta o no la votamos. No es que votamos por esta o por otra. Entonces, como movimiento tomamos la decisión de dejar en claro que acá hay que decir que no, y eso nos come la capacidad de pienso y otras posibilidades. Estuvimos formándonos en eso, hablamos con trabajadores sociales, abogados, con un montón de gente más experta para conocer lo que pasa en el resto del mundo, que podrían llegar a ser una posibilidad de cambio.

Por Agustín Zabala