Complejo donde se arrojó el cordero denunció el hecho ante Fiscalía, Dinacia y Policía

La novela del cordero de José Ignacio se convirtió en una de las noticias de la temporada, tanto para los medios de noticias como los programas de espectáculos que se alimentan del verano esteño.

Lo que fue una broma entre amigos (los empresarios Federico Álvarez Castillo y Eduardo "Pacha" Cantón) derivó en una investigación de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica.

Las dos faltas que se analizan son arrojar un objeto desde el aire y realizar vuelos en zonas pobladas a baja altura. El Código Aeronáutico maneja como sanciones multas de dinero, también retención de licencias de pilotaje y hasta podría pedir inhabilitación del vuelo de la aeronave por un tiempo.

Quienes viajaban en el helicóptero son Pacha Cantón y el piloto Carlos Cano, quien ya tuviera repercusión mediática por un incidente anterior: el accidente en el que falleció Daniel Ferrere en 2013, tras caer al mar el helicóptero en el que viajaban ambos.

Los hechos ocurrieron en la casa que Álvarez Castillo alquiló en el complejo Pinar del Faro. El gerente del complejo, Javier Volonté, dijo a Montevideo Portal que si bien presentaron una denuncia por este hecho, no la hicieron por alarma pública ni contra el empresario. "Se presentó una denuncia ante la Jefatura, Dinacia y la Fiscalía para que hagan la investigación que les compete a ellos", comentó.

"Nosotros hicimos solamente eso y después cada uno de los órganos dictaminará según su leal saber y entender". Prefirió no hacer juicios de valor sobre lo ocurrido, porque se trata de un tema "particular".

"Nos preocupa (lo ocurrido), pero es un hecho que nos escapa. Lo que teníamos que hacer ya lo hicimos", dijo. Comentó que el hecho no produjo ningún daño a la vivienda y que Álvarez Castillo ya no se encuentra en el lugar (alquiló hasta el 15 de enero).

Por ahora, la Fiscalía no encontró méritos para tipificar un delito, pero es probable que se produzcan las sanciones ya mencionadas por parte de la Dinacia. Cantón pidió perdón por el hecho y dijo que intentó hacer una broma que "salió mal".