Contenido creado por Gerardo Carrasco
Policiales

Terrible

Colombia: roció con thinner a su novia y la incendió. Quedó libre porque luego la apagó

El caso generó una corriente de indignación “¿Por qué está en la casa? Yo no lo quiero ver, tampoco tengo a dónde irme, dijo la víctima.

14.10.2021 11:58

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2021-10-14T11:58:00-03:00
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“A mí hija se le acabó la vida y el juez le cree al agresorpor decir que luego de quemarla le salvó la vida. Eso es indignante”, dice Héctor Rincón, el padre de Laura Vanesa Rincón Álvarez, de solo 21 años, quien tendrá que ser sometida a múltiples cirugías luego de ser violentamente quemada por su pareja, Andrés Giovanny Rivera Triana, la madrugada del sábado 9 de octubre en el barrio Santa Catalina en Bogotá, Colombia.

Según informa el periódico local El Tiempo, Giovanny Rivera Triana, de 36 años, al roció con thinner y luego la prendió fuego causándole graves quemaduras. El móvil de la salvaje agresión habría sido la negativa de la joven a lavar la vajilla.

“Él es conductor de buses intermunicipales y ella trabaja en una fábrica de comida para gatos. Están viviendo hace poco, un año creo yo, pero la niña nos ocultaba esa información por pena de que él era mucho mayor” cuenta el padre al citado medio.

En principio, el apartamento era compartido por Andrés, Laura Vanessa y un amiga de esta, que se había marchado debido a las constantes groserías del hombre. La relación sentimental entre victima y victimario comenzó después de eso, cuando quedaron solos en el apartamento.


Héctor cuenta que el sábado el sujeto llegó a casa borracho y con unos amigos.  “La obligó a que les hiciera comida y luego dijo que se iba a acompañar a su compinche a su casa”. Sobre las 03.30 , Andrés regresó y la increpó por no haber lavado la vajilla. “Ella le dijo que era muy tarde y que en la madrugada tenía que irse a trabajar. Luego se fue a acostar
en la cama y él le dijo: quítese de ahí”. Según cuenta Héctor, ella tomó una manta y se acostó en el piso, pero eso no hizo más enfurecer al sujeto. Primero intentó arrojar por el balcón al perrito de Laura Vanessa, y como la joven logró impedirlo, descargó sobre ella toda su rabia.

En ese momento, el hombre tomó una botella de thinner, roció a la joven y luego la prendió fuego. En ese proceso  -por “error de cálculo” asegura el padre la joven-  el agresor también sufrió quemaduras.

Posteriormente, Andrés metió a chic debajo de la ducha para apagarla, pero el daño ya estaba hecho. Al padre la joven le causa sorpresa a e indignación que el juez de la causa haya considerado este último acto de la tragedia como un atenuante que justificara su liberación.

“El juez del caso usó ese argumento para darle casa por cárcel. No puedo creer que en realidad piense que el tipo que la quemó le salvó la vida. Es ilógico”, protesta.

Después del ataque Laura fue trasladada al hospital Simón Bolívar, el mismo lugar a donde fue tendido también su verdugo. Ella tiene quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. “La niña tiene su autoestima en el piso. Le duele demasiado su vientre y los médicos están por determinar si tiene daños en sus órganos internos”, contó su familia.

Luego de que el caso cobrara notoriedad, numerosas voces se alzaron al respecto. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, lamentó esta decisión. “¿Cómo es posible que un caso de feminicidio, con plena evidencia de un hombre que quema a su pareja y la tiene entre la vida y la muerte, y el juez le da prisión domiciliaría al victimario? La impunidad incita más violencia y a la inseguridad. ¿Qué espera? Que la reciba en la casa si se salva”, se preguntó.

La Secretaría de la Mujer también se pronunció. “Le prendió fuego a su pareja en un acto de violencia machista y feminicida. La víctima recibe atención especializada. Su estado de salud es crítico, al tener quemaduras de segundo grado que comprometen más del 40 % de
su cuerpo”, manifestaron desde la entidad.

Desde el hospital, y con las dificultades del caso, la víctima hizo declaraciones a la periodista local Diana Giraldo. Durante el reportaje, manifestó su sorpresa por el hecho de que el agresor esté de regreso en la casa que compartían.

“¿Por qué está en la casa? Yo no lo quiero ver, tampoco tengo a dónde irme. Él no merece estar en la casa, que nadie esté cerca de él, es muy peligroso”, dijo.



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