Contenido creado por Martín Otheguy
Internacionales

La megafinal de los papelones

Boca River fue la final del mundo, pero no por los motivos que creía Fox Sports

En un mar de malas decisiones, papelones y presiones, algunas voces del fútbol piden que la final no se juegue y se descalifique a River Plate.

26.11.2018 09:52

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2018-11-26T09:52:00-03:00
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La premonición de Fox Sports finalmente se cumplió. Durante dos semanas insistió en que la final clásica de la Copa Libertadores, entre Boca y River, era un evento mundial, que concitaba el interés del planeta en vez de ser meeramente un asunto deportivo regional (por más morbo que suscitara).

Los responsables de la cadena jugaron con esta idea y, a pesar de -o más probablemente a causa de- lo irritante que podía resultar para el resto del continente, se regodearon en las hipérboles y definieron el evento como "la megafinal del universo". Incluso luego de los incidentes, continuaron con la marquesina "La final del mundo" en la pantalla, hasta que Marcelo Gallardo les enmendó la plana.

Y al final, el desastre en el que derivó la organización del partido hizo que realmente fuera un evento de interés mundial, aunque el mérito no estuviera en el fútbol. El ataque al ómnibus de Boca (a la vez insólito y previsible, teniendo en cuenta lo sucedido en el último cruce de estos equipos por la Libertadores), los papelones de la Conmebol, Fox y la directiva de los clubes, los anuncios y contramarchas, los incidentes en las calles y los horrores en materia de seguridad, eclipsaron incluso a la cumbre del G20 a desarrollarse en Buenos Aires. O la hicieron parecer un oasis de tranquilidad, pese a ser el evento más importante a nivel mundial en estas semanas.

River y (especialmente) la Conmebol quieren que este partido se juegue sin importar las condiciones generadas. Estaban dispuestos a hacerlo el mismo día, pese a las palabras de mesura que pronunciaron después, cuando se anunció la suspensión. No es raro. Es el mismo organismo que en 2010, cuando al arquero defensorista Martín Silva le abrieron la cabeza en pleno partido ante Independiente por un cruce de la Libertadores, permitió que el encuentro continuara; para peor, con la victoria del club agresor.

Pese a lo polarizado que está el clima en Argentina con este tema, algunas voces públicas se han animado a pedir que el partido no se juegue y se sancione al club agresor, ateniéndose al reglamento. Un caso es el del analista deportivo Juan Pablo Varsky, que escribe para La Nación.

Tras detallar las fallas graves del operativo policial y la hipótesis de un ajuste de cuentas de la barra por el secuestro de 300 entradas para la final y de los millones de pesos en los allanamientos a dos domicilios durante el viernes pasado, explica que "eximir a cualquier club de su carga institucional con relación a las barras y a sus recursos es acto de fe y camiseta".

"La institución sudamericana presionó de manera alevosa para que el partido se jugara como fuera. Los tres bocados diferentes del sábado fueron la poco sutil manera de ejercer esa presión", advierte el periodista.

El presidente de la FIFA Gianni Infantino también quería que se jugara, aunque "se fue insultado y escupido al lado del presidente de la AFA Claudio Tapia".

"Si esto hubiera ocurrido en otro país (...) habrían desafiliado a los clubes de las Copas por dos años, como mínimo. La buena relación de Tapia con Domínguez e Infantino también influyó en que los gargajos quedaran como una anécdota del bochorno", sigue Varsky.

Las sanciones

"Las Asociaciones Miembro y clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido del cual sean anfitriones u organizadores. Esta responsabilidad se extiende a todos los incidentes que de cualquier naturaleza pudieran suceder, encontrándose por ello expuestos a la imposición de las sanciones disciplinarias y cumplimiento de las órdenes e instrucciones que pudieran adoptarse por los órganos judiciales", indica la reglamentación de la Conmebol.

Cuando sucedió el episodio del gas pimienta en la cancha de Boca, en el cruce de 2015, la Conmebol entendió que, "ante un episodio ocurrido dentro del estadio, durante el juego, con un dron y un hincha que conocía las instalaciones, era muy marcada la responsabilidad/negligencia de Boca y le aplicó la máxima sanción de las que establece el artículo 18", aunque tras descalificarlo de la copa luego le dio permiso para presentarse al año siguiente.

"¿Qué decidirá el Tribunal de Disciplina? Seguramente pesará mucho más el beneficio a Boca como consecuencia del castigo a River. Al ser una final, la descalificación activaría inmediatamente la consagración. ¿La instancia y el contexto influirían más que el hecho en sí?", se pregunta el analista. Cita una frase del presidente de la Corte Suprema argentina Carlos Rosenkrantz: "Cuando uno decide un caso difícil, lo tiene que hacer mirando solo los hechos del caso y las normas aplicables".

La falsa virilidad de que "los partidos se ganan y se pierden en la cancha" se termina cuando no están dadas las condiciones para competir, agrega.

"Esencialmente, ha sido una agresión de hinchas locales a futbolistas visitantes que no pudieron jugar como consecuencia de esas lesiones. Se admiten los matices del lugar y el momento de la agresión", dice Varsky.

Critica luego la frase "La sociedad es responsable. Perdemos todos". "Mentiras. Frases autocomplacientes con lágrimas de cocodrilo que decimos para quedar bien. Cada episodio de violencia tiene sus responsables, por acción u omisión", apunta.

"El callejón sin salida del futbol es que todos consideramos a la Justicia como el ámbito que me tiene que favorecer. Si no, no se acepta como justicia", dice, y recuerda luego lo que dijo tras los incidentes en el 2015, cuando criticó a los que "aceptan la responsabilidad pero se hacen trampa al solitario con el recurso de que por diez inadaptados no se puede perjudicar al club". "Esa frase le ha hecho tanto daño al futbol argentino como las balas, los cuchillos y las bengalas. ¿Qué dirían estos mismos hinchas si la situación fuera a la inversa? Más allá del fallo de Conmebol, esto es peor que irse a la B", dijo entonces. "Tres años y medio después, han cambiado nombres y colores. Yo pienso exactamente lo mismo", culmina.