Argentina: tuvo a su mujer encerrada 22 años para que no lo dejara

Un hombre de 57 años fue detenido en la ciudad argentina de Rosario por mantener a su pareja en estado de aislamiento durante un período que podría llegar a los 22 años. En una primera fase de su escalada de maltrato hostigaba y golpeaba. Gradualmente la alejó de su familia y utilizó distintos métodos para mantenerla en cautiverio. Sólo le permitía salir a la calle acompañada por él, u siempre bajo amenaza.

El hombre, Oscar R., compareció el viernes ante la Justicia en la mencionada localidad, donde se dispuso su prisión preventiva por 30 días, imputándosele un delito de privación ilegítima de la libertad agravada, según informara el periódico porteño Clarín.
La acusación presentada por la fiscal Luciana Vallarella detalla que la víctima, de 43 años, sufrió violencia de género desde el comienzo de la relación. Su pareja la golpeaba y la hostigaba.

Cuando la familia de la mujer buscó intervenir, él la llevó violentamente a su casa y comenzó el aislamiento. El hombre la amenazaba y le advertía que podría lastimar a su hijo o a miembros de su entorno. Cuando esto ya no fue suficiente para evitar que ella quisiera marcharse, comenzó a encadenarla en la cama o la encerraba dentro de la casa con candados.

Si permitía que saliera a la calle lo hacía sólo cuando él podía acompañarla. Hasta le modificaba la apariencia y la llamaba con otro nombre. En la audiencia la fiscal narró como ejemplo una modalidad curiosa: muchas veces cuando la llevaba para hacer compras a la verdulería o al supermercado le cortaba el pelo y la obligaba a vestirse con ropa de hombre. Así buscaba evitar que la reconocieran.

La mujer estaba recluida en una casa en el populoso barrio Cura de Rosario. Los vecinos se mostraban sorprendidos con la historia, y muchos decían no tener referencias sobre lo que sucedía en esa vivienda.

Un hecho fortuito permitió a la mujer el ansiado escape. El 8 de mayo aprovechó un descuido del hombre, quien sufrió un malestar y se encerró en el baño, olvidando trancar la puerta de calle. La prisionera salió a la calle y tomó un taxi, en el que procuró alejarse. Bajó en una estación de servicio, a unos 2,5 kilómetros de su casa, donde contó su calvario. Así empezó una pesquisa en cuyo marco se produjo el pasado miércoles 29 de mayo la detención del maltratador.

En la citada audiencia, el hombre fue acusado formalmente y no quiso declarar. Para su abogado defensor la historia no tiene por el momento elementos suficientes para sostener la figura del delito propuesta por la fiscalía y aceptada por el juez Héctor Núñez Cartelle. Los investigadores explicaron que los testimonios serán clave para establecer el tiempo exacto durante el que se prolongaron la retención y el maltrato.