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Si bien el dinero siempre será factor fundamental de cualquier campaña, otros elementos pasaron a ser aún más relevantes que aquel.
Elecciones presidenciales
Brasil, año 2017. Un país que se sentía saqueado por el sistema político encontró un candidato que, con un bajo presupuesto de campaña, logró pasar un mensaje claro de "mano dura a la corrupción" y lo llevó a coronarse en el máximo escalafón público del vecino país.
El enfoque adecuado
Pero no se trata de inventar un mensaje al azar, pues el mismo debe ser consistente, adaptado a las habilidades del candidato y a las necesidades fijadas en el subconsciente colectivo. En ese sentido, el mismo mensaje de Bolsonaro, replicado por Novick en Uruguay, llevó a este último a perder casi todo el caudal electoral que había logrado reunir en los últimos años, ya que el tenor de aquel mensaje no se ajustaba al perfil del candidato oriental.
La táctica de la victoria
Donald Trump lo tenía claro, una campaña de impacto debe replicar fuertes emociones. Desde Facebook sus spots publicitarios fueron específicamente dirigidos a aquellos usuarios con mayor tendencia al reposteo.
Inteligencia emocional para candidaturas consistentes
Existen variadas técnicas para lograr empatía con el electorado. Dentro de las que se encuentran más en boga está el eneagrama de la personalidad. El mismo trata de un sistema que data de hace más de 2500 años, y describe que solo existen nueve "modelos de mentes" en el mundo. En este sentido, entender el modelo neurocientífico de la mente de tu elector podrá ser la diferencia entre ganar o perder la próxima elección presidencial.
La tipología de los presidenciables
Pero no solo resulta imprescindible conocer a los posibles votantes, sino que el eneagrama se muestra como una eficaz herramienta para debates de ideas. Entender que Bolsonaro es un "Tipo 1", Lacalle Pou un "Tipo 2" o Juan Sartori un "Tipo 7", no es un detalle menor, y posibilitará al contendiente contar con la información necesaria para vencer un debate, sea este televisivo o radial.
TIPO 1: EL PERFECCIONISTA
"Se esfuerza por sentirse perfecto"
Los políticos con este rasgo de personalidad buscan el reconocimiento a través de la perfección y hacer lo correcto. Para ellos las normas y el orden son muy importantes. Consideran que el mundo es un lugar imperfecto que hay que reformar. Esta postura los lleva a ser extremadamente rígidos y exigentes. Muy responsables en el trabajo, siempre anteponen las obligaciones a la diversión. Jair Bolsonaro es un claro ejemplo de este perfil de políticos.
TIPO 2: EL PRESTATIVO
"Se esfuerzan por conectar"
Los políticos que se incluyen en este perfil buscan el reconocimiento a través de la generosidad. Necesitan sentirse apreciados y unidos a las personas que consideran importantes. Intuyen lo que necesitan los otros. En su lucha por conectarse a los demás ofrecen su ayuda olvidándose, en ocasiones, de sus propias necesidades. Saben relacionarse fácilmente, son muy buenos haciendo amigos y generando relaciones. En el Río de la Plata Eva Perón fue uno de los personajes más destacados de este tipo.
TIPO 3: EL BIEN SUCEDIDO
"Se esfuerza por destacar y tener éxito"
Los políticos "Tipo 3" buscan el reconocimiento a través del prestigio y la admiración generada con los logros obtenidos. Saben cómo proyectar la imagen más apropiada para cada ocasión. Son muy trabajadores, incluso en exceso. El término "workaholic" les sienta bien. Se mueven con cierta maestría en el terreno de las ventas y relaciones públicas. Tienden a ser prácticos y resolutivos. A nivel nacional, el presidente Tabaré Vázquez es uno de los exponentes más notorios de este perfil de personalidad.
TIPO 4: EL ROMÁNTICO
"Se esfuerza por ser único"
Buscan el reconocimiento a través de su originalidad, piensan que si son como los demás perderían su autenticidad. Tienen gran capacidad para encontrar un significado que los guíe en la vida y en lo que hacen, además de establecer una profunda conexión emocional con las personas de su entorno. Son muy creativos. Saben encontrar la belleza de las cosas. Son únicos en lo que hacen. Uruguay tuvo un presidente tipo 4, al cual su singularidad le dio trascendencia mundial. Este personaje fue José Mujica.
TIPO 5: EL OBSERVADOR
"Se esfuerza por tomar distancia"
Los políticos de este tipo de personalidad buscan el reconocimiento a través del conocimiento y la sabiduría. Son inteligentes y curiosos. Tienen notable capacidad para analizar la vida de manera objetiva. Toman distancia para observar con objetividad el origen y las consecuencias de las situaciones. Les cuesta expresar sus emociones, lo que les permite mantener la calma durante momentos de crisis y no involucrarse emocionalmente.
Michael Temer se destaca como un ejemplo de este perfil de personalidad, habiendo llegado al poder por su capacidad de planificación, antes que por su empatía electoral.
TIPO 6: EL CUESTIONADOR
"Se esfuerza por sentirse seguro"
Buscan el reconocimiento siendo leales y cumplidores. Desean formar parte de un grupo, de algo más grande que ellos mismos. Son hombres de palabra. Tienen gran capacidad de análisis y en su cabeza siempre hay millones de opciones que les evitan ser tomados por sorpresa. Los políticos "Tipo 6" son grandes líderes ante las dificultades.
Cuando hay que tomar decisiones urgentes, se lanzan a la acción. Si las personas jurídicas tuvieran un tipo, se podría decir que el Ministerio de Economía uruguayo sería un gran "6". Esto se debe a la impronta personal cautelosa que Danilo Astori le ha puesto desde que el Frente Amplio asumió el gobierno.
TIPO 7: EL SOÑADOR
"Se esfuerza por sentirse estimulado"
Aspiran convertir al mundo en un lugar mejor. Son personas que buscan múltiples opciones y un futuro positivo, en el cual no existen problemas sin solución. Hábiles oradores, encantan con sus discursos. Se proponen el reconocimiento a través del disfrute y de hacer disfrutar a otros.
Los salteños tuvieron un intendente con este perfil, quien creó decenas de piscinas olímpicas en su gobierno, pero por desconocer esta herramienta descuidó prever el dinero para el pago de sueldos municipales antes de las elecciones. Uno de los mayores exponentes de los "carismáticos 7" fue John F. Kennedy.
TIPO 8: EL CONFRONTADOR
"Se esfuerza por sentirse poderoso"
Buscan su nicho de poder. Rechazan la debilidad. Son muy independientes y les gusta estar al mando porque confían en sus capacidades de liderazgo. Tienen mucha presencia y seguridad en sí mismos. Son directos y agresivos: "lo que ves es lo que hay". La seguridad que tienen en sí mismos, y la necesidad de control, hace que les resulte difícil delegar.
Un claro ejemplo de esto sucedió recientemente en el Partido de la Gente, donde Edgardo Novick y el ex Fiscal Zubia, "Tipo 8", tuvieron un enfrentamiento por el poder partidario, cuyo desenlace podría haber sido previsible a la luz del Eneagrama.
TIPO 9: EL CONSERVACIONISTA
"Se esfuerza por sentirse en paz"
Buscan la aprobación tratando de mantener un ambiente tranquilo. Son muy receptivos al ambiente y, si este es incómodo para ellos, saben cómo minimizar su presencia. Hábiles negociadores, comprenden todos los puntos de vista y saben cómo llegar a un punto común donde todos ganen.
Son personas serenas que se centran en mantener su armonía. Eso mismo es lo que, en ocasiones, puede llevarlos a olvidarse de sus propias necesidades, centrándose en las de los demás con el objetivo de estar en paz. En Uruguay encontramos este perfil de personalidad en el precandidato José Amorín Batlle.
Campañas pulidas
En los Estados Unidos, especialistas en marketing político aconsejan a sus candidatos y a la cúpula partidaria asistir a programas intensivos de eneagrama, como forma de ampliar su visión del mundo y salir victoriosos en el ruedo electoral.
El eneagrama en estas latitudes
En Sudamérica existen importantes franquicias que actualmente preparan a gerentes de multinacionales y políticos de todas las tallas con gran solvencia. Enfoque Eneagrama, empresa de origen rioplatense, en su web ofrece programas de formación gerencial dirigidos al público gubernamental y corporativo.
Campañas políticas profesionales
Los tiempos de las campañas electorales "caseras" ya se han acabado; hacer un círculo en torno al número 15, como le funcionó a Jorge Batlle, ya no es la opción más recomendable en los tiempos que corren. Las campañas digitales requieren conocimientos de marketing y de gestión emocional aplicada para lograr resultados efectivos.
Sin inteligencia emocional, todo lo demás no pasará de un simple juego a la ruleta rusa, sujeto a la espera de saber en cuál elección recibiremos nuestro golpe de gracia.
