Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Chinito sabe

Nuevo estudio confirma bondades del tai chi para prevenir caídas en adultos mayores

Esta milenaria disciplina china podría ser más adecuado al respecto que los entrenamientos aeróbicos al uso actualmente.

12.09.2018 07:05

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2018-09-12T07:05:00-03:00
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Montevideo Portal

La antigua práctica del tai chi podría superar al entrenamiento en fuerza y a los aeróbicos para prevenir las caídas en las personas mayores, muestra un ensayo reciente.

Un programa de tai chi modificado, centrado en las personas mayores, redujo las caídas casi un tercio más en una comparación directa con un régimen de ejercicio que combinaba aeróbicos, entrenamiento en fuerza y sesiones de equilibrio, reportaron los investigadores.

"Este programa de tai chi abordó mejor los déficits que contribuían al riesgo de caídas", dijo la investigadora sénior, Kerri Winters-Stone, profesora en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón.

El tai chi es una tradición china con siglos de antigüedad que implica una elegante serie de movimientos. Las personas realizan un flujo de tai chi entre distintas posturas de una forma lenta y concentrada, manteniendo su cuerpo en movimiento constante, y cambiando su equilibrio con frecuencia.

Hace mucho que los investigadores sospechan que el tai chi puede ayudar a reducir el riesgo de caídas, señaló el coinvestigador Peter Harmer, profesor de ciencias del ejercicio y de la salud en la Universidad de Willamette en Salem, Oregón.

Cada año, aproximadamente un 28 por ciento de los adultos mayores de EE. UU. reportan caídas, y 2 de cada 5 caídas resultan en lesiones que conducen a una sala de emergencias, a la hospitalización o a la muerte, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.

"Las caídas en los adultos de a partir de 65 años se asocian de forma significativa con una pérdida de la independencia, con la mortalidad prematura y con unos altos costos en atención de la salud", apuntó Harmer, según recoge un artículo del periodista especializado Dennis Thompson, publicado por HealtDay.

Los movimientos del tai chi requieren que las personas se muevan en todas las direcciones, mientras que los programas de ejercicio tradicionales se enfocan más en un movimiento hacia delante y hacia detrás, dijeron Winters-Stone y Harmer.

"La realidad de la forma en que las caídas ocurren tiende a ser bastante variable y un poco impredecible. En el tai chi, los movimientos son en esos planos múltiples", dijo Winters-Stone. "Uno mueve el cuerpo fuera del centro de gravedad y luego lo regresa al mismo. Son muchas respuestas posturales".

"Si comienza a caerse por accidente, y ha sido entrenado en tai chi, es probable que sea mejor al contrarrestar ese movimiento y recuperar el equilibrio", siguió Winters-Stone.

Pero el tai chi clásico puede implicar más de 100 movimientos distintos, que pueden ser difíciles de aprender para las personas mayores, dijo Harmer.

Entonces, para este ensayo clínico, el equipo de investigación desarrolló una forma resumida de tai chi que se enfoca en los ocho movimientos fundamentales más relacionados con la prevención de las caídas, apuntó Harmer. El programa con marca registrada se llama Tai Ji Quan: Moving for Better Balance (algo así como Tai Ji Quan: Movimientos para un mejor equilibrio).

Para ver qué tan bien funciona el programa, los investigadores lo evaluaron en comparación con un programa de ejercicio tradicional y con un grupo de control que solo realizó ejercicios de estiramiento.

Los investigadores reclutaron a 670 residentes de Oregón, con una edad promedio de casi 78 años, y los asignaron a uno de los tres programas. "Era un grupo que tenía un riesgo más alto que con los que hemos trabajado antes", basándose tanto en su edad como en una evaluación del riesgo de caídas, indicó Harmer.

Tras seis meses, el grupo de tai chi tenía un 58 por ciento menos probabilidades de sufrir una caída que el grupo de estiramientos, y el grupo de ejercicio tradicional tenía un 40 por ciento menos probabilidades de caerse que las personas que solo se estiraron.

Al compararse entre sí, el programa de tai chi superó al de ejercicio tradicional. Las personas que tomaron tai chi sufrieron un 31 por ciento menos caídas que las que participaron en los cursos de entrenamiento en fuerza y aeróbicos.

"Evitar las caídas es una conducta fisiológica bastante compleja", comentó Harmer, y anotó que se combina la fuerza muscular con retroalimentación de los músculos y las articulaciones, la vista e incluso el oído para recuperar el equilibrio. "El tai chi reta directamente a la integración de todas esas cosas".

Aunque el tai chi funcionó mejor, las personas que siguen un programa tradicional de ejercicio de cualquier forma obtienen un beneficio, anotó Nathan LeBrasseur, investigador en medicina física y rehabilitación en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.

"No desanimaría a las personas que estén participando activamente en un programa de ejercicio de fuerza y aeróbico, de forma que se den por vencido pensando que ahora tienen que hacer tai chi", dijo LeBrasseur, que no participó en el estudio. "El desafío real es lograr que la gente adopte y cumpla un programa de ejercicio".

Harmer subrayó que el tai chi no solo mejora el equilibrio, sino que también mejora la confianza.

"Encontramos que un factor de riesgo importante de las caídas en las personas es el miedo a caerse", dijo Harmer. "Quizá hayan sufrido una caída. Tienen miedo de caerse de nuevo, y comienzan a hacer menos cosas físicas para no caerse. Se convierte en una especie de profecía autocumplida".

El programa de tai chi modificado requiere que las personas salgan de su zona de confort, y que rompan el ciclo de negatividad, planteó Harmer.

LeBrasseur concurrió en que cualquiera que sea el ejercicio, se debe pedir a las personas mayores que se esfuercen más si quieren proteger su salud.

"Creo que nos inhibimos en muchas intervenciones de ejercicio, en términos de realmente desafiar y presionar a los adultos mayores, con la idea de que conducirá a daños y lesiones, cuando de hecho es probable que provoque unas adaptaciones beneficiosas", añadió LeBrasseur.

El nuevo estudio aparece en la edición del 10 de septiembre de la revista JAMA Internal Medicine, y ratifica los hallazgos de un trabajo publicado el año pasado en el en el Journal of the American Geriatrics Society, donde se revisaban varios estudios al respecto.

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