Meirelles organizó una fiesta por su 50 cumpleaños en la ciudad de Salvador, la capital del estado de Bahía (nordeste), y posó sentada junto a mujeres negras vestidas con los tradicionales trajes blancos que la escoltaban, una instantánea que generó un aluvión de críticas en las redes sociales.
Muchos internautas consideraron que la fotografía evoca la esclavitud, característica del periodo colonial, al aparecer una mujer blanca y rica rodeada de criadas negras.
La directora de Vogue rebatió las críticas, señaló que las imágenes fueron malinterpretadas e intentó calmar los ánimos con la organización de un fórum por parte de la revista contra la desigualdad.
Su actitud no fue suficiente para sofocar la controversia y Meirelles se vio obligada a presentar su renuncia esta semana.
La revista confirmó en un comunicado que "respeta la decisión de" la directora y precisó que su cargo "será eliminado".
"Respetamos su edición y estaremos eternamente gratos por todo el cariño y el talento que dedicó a la página que editó", agregó.
Vogue Brasil también informó este viernes que el tradicional Baile de Gala de Vogue será pospuesto para el próximo 23 de marzo con el objetivo de convertirlo en una "plataforma de inclusión en el universo de la moda".
"Con el objetivo de transformar el Baile de Gala de Vogue en una plataforma de inclusión en el universo de la moda, Vogue entiende que necesita tiempo hábil para implementar acciones importantes y garantizar que el baile sea efectivamente un marco de este nuevo momento", recalcó.
La fiesta de Meirelles generó un gran malestar entre algunas celebridades, entre ellas la cantante brasileña Elza Soares, de 81 años, quien subrayó que el "día a día de la esclavitud fue duro y violento".
"¿Qué hace a una persona vestirse de sinhá (patrona), y ponerse a recibir a los invitados a lado de dos mucamas? Eso se llama racismo estructural", señaló Elza Soares, nieta de esclavos.
Donata Meirelles se disculpó y señaló que los vestidos que las mujeres empleaban en su fiesta no hacían referencia a las esclavas, sino a los trajes de fiesta empleada por las mujeres de Bahía, mientras que la silla no era la usada por los señores ricos de la época colonial, sino que hacía alusión a la religión afrobrasileña del candomblé.
Con información de EFE
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