Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Basta de pretextos

¿No hacés ejercicio porque te falta tiempo? Tomá nota de estas sugerencias

Un poco de buena voluntad y organización pueden dar por tierra con todas las excusas.

07.02.2020 10:38

Lectura: 5'

2020-02-07T10:38:00-03:00
Compartir en

Los expertos en salud coinciden en que es necesario hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio moderado a diario. Si estás muy ocupado, media hora purde parecer mucho. Pero hay diversas maneras de añadir ejercicio incluso a la agenda más apretada.

Lo primero es motivarse, y para eso conviene hacer un repaso a algunos de los numerosos beneficios que el ejercicio físico aporta a la salud:

Fortalece el corazón y los pulmones
Disminuye el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular
Fortalece y tonifica los músculos
Disminuye la presión arterial y los niveles de colesterol
Ayuda a bajar libras (kilos)
Mejora el sueño
Alivia el estrés
Mejora el equilibrio
Puede ayudar a prevenir ciertos cánceres
Puede ayudar a retardar la pérdida ósea

Sabido esto, conviene tener en cuenta la siguiente batería de consejos elaborada por la Biblioteca Nacional de Salud de EEUU, destinada a que hasta la más ocupada de las personas encuentre tiempo para moverse.

Fracciona el ejercicio. No necesitas hacer todos los 30 minutos de ejercicio de una sola vez. Puedes obtener los mismos beneficios para la salud haciendo tres sesiones de 10 minutos, o dos entrenamientos de 15 minutos. Por ejemplo, puedes hacer 10 minutos de sentadillas y flexiones de pecho en la mañana, una caminata de 10 minutos después del almuerzo y luego "pelotear" un rato al fútbol o al básquetbol con los niños después de la cena.

Encuentra algo que disfrutes. NO luches haciendo un ejercicio que no te guste. Hay innumerables maneras de moverse. Sigue intentándolo hasta que encuentres diferentes actividades que te gusten. Luego ve mezclándolas.

Aprovecha la ida y vuelta al trabajo. Si es posible, monta en bicicleta, camina o trota hasta y desde el trabajo. Puedes descubrir que te sientes menos estresado y tienes más energía al llegar. Además, ahorrarás dinero al no tener que pagar por estacionamiento, gasolina o boleto.

Levántate más temprano. Un entrenamiento por la mañana puede aumentar tu energía para el resto del día. Así que pon el despertador en la mañana 30 minutos antes. Camina o trota por el barrio o usa una bicicleta estática o un caminador en espacios interiores.

Elige el momento adecuado para ti. Aunque el ejercicio de la mañana puede ser una grandiosa manera de comenzar el día, si no eres una persona madrugadora puedes sentirlo como una penosa obligación. En vez de esto, trata de hacer ejercicio a la hora del almuerzo o después del trabajo.

Programa tu ejercicio. Convierte el hecho de hacer ejercicio en algo tan importante como las otras cosas que componen tu agenda de tareas. Hazle un espacio en tu rutina diaria. Nadie tiene por qué saber lo que estás haciendo. Los demás sólo necesitan saber no estás disponible durante ese tiempo. Además, sin importar qué tipo de ejercicio realices, trata de hacerlo a la misma hora todos los días. Esto contribuye a que sea parte de tu rutina. Por ejemplo, puedes nadar después del trabajo todos los lunes, miércoles y viernes o podrías dar un paseo después de cenar todas las noches de la semana.

Únete a un equipo. El fútbol, el básquetbol, y otros tantos deportes, no son privativos de ninguna edad en particular. Busca equipos recreativos en tu comunidad. La mayoría de los clubes y ligas tiene opciones para todos los niveles de destreza. Entonces, no te preocupes si nunca antes practicaste ese deporte o jugaste ese juego. Unirte a un equipo puede hacer que el ejercicio sea más divertido y te ayudará a mantenerte motivado.

Sintonízate mientras hace ejercicio. Usa el tiempo de televisión para hacer ejercicio. Puedes hacer estiramientos, trotar en el mismo sitio, saltar la cuerda, usar bandas de resistencia o utilizar un entrenador para bicicleta mientras ves tus programas de televisión favoritos.

Únete o inaugura un grupo de acondicionamiento físico en el trabajo. Tus compañeros de trabajo probablemente enfrentan las mismas luchas que tú frente al ejercicio. Júntate con personas afines en el trabajo para caminar a la hora del almuerzo o después del trabajo.

Transforma en actividad el "café con los muchachos". Si regularmente te encuentras con un amigo para tomar café o almorzar, piensa más bien en convertir ese momento en una cita para hacer ejercicio. Den un paseo o una caminata, vayan a jugar al pádel o prueben una nueva clase de ejercicios juntos. Muchas personas descubren que hacer ejercicio con un amigo es más divertido.

Consigue un entrenador. Trabajar con un entrenador puede ayudarte a aprender nuevas maneras de hacer ejercicio y a mantenerte motivado. Sólo asegúrate de preguntar acerca de la cualificación del entrenador. Esta persona debe tener una certificación en la práctica de ejercicios emitida por un organismo válido. Muchos gimnasios ofrecen entrenamiento de grupo, algo que puede ayudar a reducir el costo.

Ponte en forma con tu familia. Planea salidas semanales con tus hijos que incluyan ejercicios. Anda en bicicleta, da un paseo por la naturaleza, ve a nadar o inscríbete en actividades recreativas y deportivas en una clase para padres e hijos.