Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Trampas por doquier

YouTube: 1 de cada 4 videos sobre COVID-19 le miente al espectador

“Mostrarse escéptico, usar el sentido común y consultar fuentes reputadas” es la mejor vacuna contra las falsedades.

18.05.2020 15:52

Lectura: 5'

2020-05-18T15:52:00-03:00
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Más de una cuarta parte de unos populares videos de información sobre la COVID-19 en inglés publicados en YouTube son engañosos, advierten investigadores.

Por ejemplo, hay publicaciones que afirman falsamente que las compañías farmacéuticas ya tienen una cura para la COVID-19, pero que no la venden, y que distintos países tienen unas cepas más potentes del coronavirus, encuentra un estudio reciente.

Los usuarios de YouTube "deben mostrarse escépticos, hacer uso del sentido común y consultar a fuentes reputadas (como las agencias de salud pública o los médicos) para verificar la información", aconsejó la autora principal del estudio, Heidi Oi-Yee Li, estudiante de medicina de la Universidad de Ottawa, en Canadá.

Con miles de millones de usuarios, YouTube tienen un enorme potencial para ayudar o impedir los esfuerzos de salud pública, apuntaron Li y sus colaboradores en las notas de respaldo. Pero lo que detectaron en su investigación reciente sobre YouTube es "alarmante", afirmó Li.

"En un mundo ideal, las plataformas de medios sociales se responsabilizarían más por el contenido que se sube", dijo. Pero "se trata de una expectativa poco realista, dado los miles de millones de usuarios que suben información cada segundo en todo el mundo".

El equipo realizó una sencilla búsqueda con palabras claves como "coronavirus" y "COVID-19" el 21 de marzo de 2020.

Tras reunir los 75 principales videos de cada palabra de búsqueda, el equipo excluyó todos los videos que no eran en inglés, los que superaban una hora de duración, los duplicados y todo lo que en realidad no se tratara de la COVID-19.

Los 69 videos restantes ya habían sido vistos 258 millones de veces, apuntaron. Poco menos de un tercio (un 29 por ciento) eran videoclips de noticias de cadenas de televisión. Las publicaciones generadas por los consumidores, igual que las noticias de entretenimiento, conformaron alrededor de uno de cada cinco videoclips.

Las noticias de internet conformaron un 12 por ciento, mientras que los consejos "profesionales" y la información proveniente de periódicos conformaron menos de un 10 por ciento.

Apenas un 2 por ciento de los videoclips fueron publicados por agencias gubernamentales, como los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Los videoclips de las instituciones educativas también conformaron apenas un 2 por ciento del total.

Se evaluó la precisión de todos respecto a la información de cómo se propaga la COVID-19, los síntomas típicos, la prevención, los tratamientos y los patrones de infección (epidemiología).

Si bien casi tres cuartas partes de los videos se consideraron precisos, casi un 28 por ciento (que acumularon 62 millones de visitas) no lo eran.

La información engañosa incluía comentarios racistas, recomendaciones inadecuadas o teorías de la conspiración.

Un tercio de los videos engaños eran de noticias de entretenimiento, una cuarta parte provenía de las noticias de las cadenas de televisión, y otra cuarta parte fueron publicaciones de noticias de internet. El contenido generado por los consumidores conformó un 13 por ciento, encontraron los investigadores.

La buena noticia es que ninguna de las publicaciones generadas por el gobierno contenía información errónea.

La mala noticia es que las publicaciones generadas por el gobierno conformaban una fracción de los videos más populares sobre la COVID-19.

Y ese es el problema, apuntó Li. "¿De verdad debemos recibir la información sobre la atención de la salud de un youtuber aleatorio que probablemente sepa lo mismo que nosotros? Creo que no".

Si las fuentes fiables de información desean llegar a las personas en los lugares donde están, añadió, deben mejorar respecto a su producción de videos.

"Las agencias de salud pública deben garantizar que sus mensajes lleguen al público al producir videos que sean más divertidos, porque es lo que la gente ve", explicó en declaraciones citadas por el reportero especializado Alan Mozes, en un artículo publicado en HealthDay News.

Según Li, el video más visto en YouTube en el estudio (con más de 20 millones de visitas) fue producido por un popular personaje famoso de YouTube y de la televisión. Por otra parte, el video más popular del gobierno apenas llegó a 4 millones de visitas.

Pero no es tan sencillo como producir un contenido de video más digerible, señaló Matt Motta, profesor asistente de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Oklahoma.

"Sabemos por investigaciones anteriores que YouTube es un lugar donde las personas que desean exponerse a contenido conspirativo acuden a consumir información", observó.

Simplemente "presentar los hechos a las personas no garantiza que vayan a cambiar de opinión" aunque la presentación sea entretenida, añadió Motta. Esto se debe a que "cuando las 'correcciones fácticas' cuestionan a las creencias políticas o cosmovisión social profundas de las personas, a veces las personas se empecinan más en esas opiniones".

Pero también sugirió que "eliminar de las plataformas a la mala información de sitios como YouTube podría tener el potencial de reducir la disponibilidad de la información errónea".

El interés público en consejos fiables de salud es más alto que nunca, y "aumentar el suministro de información precisa, al mismo tiempo que se reduce la disponibilidad de información falsa, podría reducir el número de personas que tienen creencias mal informadas por error", concluyó Motta.

Los hallazgos aparecen en una edición reciente en línea de la revista BMJ Global Health.