Los vieron gigantes

“Brasil presionó y se encontró con una gran actuación del arquero rival: 3-0 para la celeste”, comienza la crónica de Globo Esporte, que lamenta la ausencia de Adryan, el número 10 de la verdeamarela, quien “marcó tres goles en el torneo y estaba en duda”.

“La selección hizo un buen partido y creó muchas opciones de gol, pero Uruguay contó con un día inspirado del arquero Cubero, responsable de parar el ataque brasileño”, agrega el artículo que reconoce que el arquero Charles “pudo haber sido expulsado” en la incidencia en que le cometió penal a Rodrigo Aguirre.

“La presión brasileña no intimidó a Uruguay, que amplió a los 28’”, añade, y reconoce que “Uruguay se cerró bien cuando la garotada brasileña tenía que marcar dos goles”.

En la crónica del diario Lance, recuerda que “la selección brasileña sub 17 no pudo repetir lo que 41 años atrás hizo la mayor”, en referencia al 3-1 verdeamarelo también en Guadalajara, en las semifinales del Mundial de 1970 que finalmente ganaron Pelé y los suyos.

“Al igual que en aquel 3-1, Brasil mostró un fútbol más técnico. Con la ausencia de Adryan, Leo, Lucas Piazón y Ademilson se entendían muy bien y envolvían a la defensa uruguaya”, sostiene, pero aclara que “esta vez la técnica no sirvió para superar la garra de los mininos de Uruguay. Jugando con mucha aplicación, la celeste fue ganando terreno con una marca fuerte”.

“Las situaciones uruguayas no fueron muchas, pero en la primera llegó el gol”, dice, olvidando que al minuto y medio se lo perdió de cara al arquero el zurdo Maximiliano Moreira.

Al igual que Globo, Lance sostiene que “Cubero fue la gran figura del partido”, y asegura que en el segundo tiempo “el partido se tornó de pierna fuerte”, criticando la actuación del árbitro ruso Alexey Nokolaev por dejar pegar.

Para Folha de Sao Paulo, “con fallas de la defensa, la sub 17 cayó en la semi del Mundial”, y atribuye el primer error defensivo al arquero Charles, quien “luego de dar rebote en un tiro desde afuera del área, cometió penal a Aguirre”.

“El otro error fue de los defensas, que dejaron a Méndez invadir en el área. En la secuencia, éste tocó para San Martín, quien amplió la ventaja”, asegura, y el otro error estuvo “en el último minuto”, cuando la celeste marcó el tercero.

Más allá del análisis facilista, reconoce algunos méritos al equipo de Fabián Coito, que fue “más fuerte en sus ataques” que la selección brasileña, que “tuvo más situaciones”.

Para el diario argentino Olé, la celeste “apeló a la garra y al orden que destacó históricamente al juego charrúa”, y concuerda con el análisis brasileño y el nuestro: “el arquero uruguayo se transformó de a poco en figura”.

Para Central Deportiva de México, la noticia pasa por la clasificación de su selección a la final del Mundial, donde enfrentará a un conjunto celeste que se valió de “su garra charrúa, que apareció y por momentos hasta excedida con la finalidad de frenar la creatividad de los brasileños que se vieron disminuidos, sin espacios ni tiempo para tocar el balón”.

La Afición, también de México, destaca que “no hubo samba, no hubo alegría brasileña. Uruguay demostró que para ganar los partidos importantes se requiere algo más que cinco estrellas en la camisa y le dio una lección a Brasil que, salvo un par de pinceladas individuales, nunca se encontró en la cancha”.

“Los charrúas están a un partido de la gloria. Por garra y entrega, nadie les podrá ganar el domingo” y “para el complemento los uruguayos se dedicaron a hacer tiempo de manera deliberada y Brasil no podía perforar la muralla celeste”, fueron algunos de los conceptos de la crónica azteca.