Pablo Peirano fue cesado como entrenador de Nacional el 27 de octubre, un día después del 0-0 contra Wanderers. Hoy, un mes y medio después, habló por primera vez tras la salida del equipo tricolor, una noticia que, según dijo al programa La mañana del fútbol de El Espectador, “no la esperaba”.
“Me fui del Viera pensando que seguía en el cargo, convencido de lo que venía. Si te echan porque sos un desastre y los resultados son un desastre, te puede gustar más o menos. Pero yo en cancha tenía asegurada la final. Hice todo, todo, pero hubo una quita de puntos y me quitaron lo que me gané en cancha. Tenía los argumentos para estar en la final”, agregó.
“A veces jugábamos bien y a veces jugábamos mal, pero hicimos muchos goles y recibimos pocos, con un equipo equilibrado”, recordó, y ponderó varias veces que tenía “un excelente relacionamiento con el plantel”. “Tenía un día a día increíble”, indicó, y cuando le preguntaron si cree que podía ser campeón uruguayo en finales ante Peñarol, fue claro: “Sí, estoy convencido”.
El quiebre del clásico del Clausura
Reconoció que la derrota clásica por 3-0 en el Campeón del Siglo “fue un quiebre”. “Fueron 30 minutos parejos, jugando un poco más, pero recibimos los goles y no pudimos recomponernos. En el segundo tiempo intentamos ponernos en partido desde el juego y lo que imaginé no sucedió; pasó todo lo contrario”, lamentó.
“Ese clásico nos fue acompañando. En la interna hablamos de que eso nos iba a acompañar, pero, otra vez, volvimos a ganar y a meternos en la pelea. El hincha quería pasar satisfacciones distintas a las que venían sucediendo y desahogarse de otra manera, no solo por nosotros, sino por lo del año pasado. A mí no me iba a ser esquivo, pero convivía con eso y estábamos bien con el equipo. Estaba convencido”, reiteró.
De cara a las finales, ya estaba pensando en “combatir el partido desde la marca en el mediocampo” tras la mala experiencia del último duelo ante los carboneros. “Lo hicimos contra Boston River y Liverpool cuando pusimos a Lucas Rodríguez”, recordó Peirano, quien no vio las finales frente a Peñarol porque estaba en viaje.
Las finales y un gesto del Diente
Sobre las decisiones de Jadson Viera frente a Peñarol, dijo que “imaginaba lo de Gonzalo Carneiro” como titular en la ida. “Nosotros también lo estábamos preparando para la instancia final. Lo del medio para combatir era algo que sí. Nicolás [López] no sabía cómo estaba, pero sabía que venía mejor, y Maxi [Gómez] estaba engripado”, comentó.
Lo que sí lo sorprendió fue la titularidad de Christian Ebere, a quien elogió pese a lo poco que lo utilizó. “Lo ponés y se los come a todos; no mira nada. Es un crack. En actitud y todo es un fuera de serie. Después vi el resumen del partido y la presión sobre los dos centrales fue espectacular”, indicó
Dijo que en su currículum no pondrá que es campeón uruguayo con Nacional “por no haber estado en la final”, pero sí se sintió parte. “Casi todos los jugadores me llamaron. La gente me paraba en la calle y me decía ‘gracias, Pablo, por los puntos que nos diste’”, contó Peirano, quien sí tuvo la oportunidad de sacarse una foto con la copa gracias a un gesto de Nicolás López tras el asado con el que el plantel albo despidió el año.
“Después del asado se llevó la copa y fue para mi casa. Es un montón”, reconoció cuando le preguntaron si el hecho fue cierto. El Diente entró a su casa y su hijo se sacó las ganas de tener una foto con el trofeo, algo que deseaba como hincha. “Cuando la vio mi hijo, me mató, porque quería sacarse la foto… yo dudé: ¿la agarro o no la agarro? Agarré la copa, de verdad. Dije: ‘Bien, ¡vamos!”, reconoció Peirano, quien no cree que vuelva a Nacional en un futuro.
Por último, cuando le preguntaron por una frase de Flavio Perchman, quien tras el 1-1 con Defensor Sporting para ganar la Tabla Anual valoró que Jadson Viera “sacó del CTI” al equipo, fue claro: “Si le llama CTI a eso, entonces cuando lo recibimos nosotros ¿dónde estaba? ¿En la morgue?”. “El objetivo de ganar la Anual estaba muy cercano”, reflexionó.