Luis Diego López cerró su carrera como futbolista en 2010, a punto de cumplir 36 años. Integró el plantel uruguayo en la Copa América de 1995, en el que fue su único título como futbolista, y se quedó con las ganas de jugar por el club del que siempre se dijo hincha; Peñarol.

Ya como entrenador comenzó en 2013 dirigiendo al Cagliari, mismo club en el que cerró su carrera de 12 temporadas como jugador, y tampoco pudo dar una vuelta olímpica. Luego pasó por Bologna y Palermo para retornar al Cagliari, con suerte dispar.

A mediados de 2018 recaló en Peñarol y, según él mismo contó en su presentación, se sacó las ganas de llegar al club al que siempre quiso defender como futbolista. Fue dirigiendo a los aurinegros que conquistó el primer título de su carrera a nivel de clubes, y por tal motivo lo inmortalizó en su piel.

Siete meses después de aquel agónico 1-0 ante Progreso con gol de Maximiliano Rodríguez en el Campeón del Siglo, el Memo se tatuó una estrella con la fecha de aquella victoria; 27 de octubre de 2018.

El tatuaje estuvo a cargo del artista Ignacio Debia, quien hace casi seis años tatuó a José María Giménez la fecha de su debut en la selección mayor. Además, un tatuaje suyo se viralizó en julio de 2018, cuando un fanático de la Celeste le pidió que le hiciera la cara de Óscar Washington Tabárez.