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DE CRÓNICAS ECONÓMICAS

Larrañaga aumenta su ventaja

El senador Larrañaga acrecentó la ventaja a siete puntos porcentuales, a lo cual se suman otros indicios que lo señalan como el favorito para el mes de junio.

Una mayoría de blancos cree que Larrañaga derrotará a Lacalle en la interna partidaria. Asimismo, una simulación de competencia entre los dos principales contendientes muestra que Larrañaga triunfaría holgadamente en junio, pues logra conseguir el apoyo de aproximadamente el 70% de los votantes de Abreu y Gallinal.

La encuesta de Grupo Radar del mes de marzo indagó sobre las preferencias de los votantes nacionalistas en materia de precandidaturas presidenciales. A partir de la presentación de una lista cerrada de candidatos, la encuesta confirmó la tendencia detectada en el pasado mes de noviembre: Larrañaga sigue creciendo y su candidatura se transforma en la favorita para alzarse con el triunfo en las primarias de junio. Mientras en el periodo noviembre de 2003 - febrero de 2004, la diferencia entre Larrañaga y Lacalle osciló en el entorno del 4%, en el mes de marzo la misma se extiende a 7%. Asimismo, la encuesta detectó un deterioro importante de la candidatura del senador Gallinal, el cual coincide con la declinación de su aspiración a ser el candidato presidencial del PN. Sergio Abreu, por su parte, consiguió aumentar en un punto porcentual su caudal electoral, respecto a idéntica medición del mes de febrero. El ex Ministro de Industria se consolida en el tercer lugar y parece a estar llamado a cumplir un rol primordial en la dilucidación de la contienda (Ver gráfico). Pero este dato no es el único indicio favorable a la candidatura del senador Larrañaga. La encuesta de Grupo Radar indagó sobre la creencia del electorado nacionalista respecto a quién puede ser el ganador de la interna partidaria. En tal sentido, se formuló la siguiente pregunta: ¿Quién cree Ud. que va a ganar la interna del PN? Las respuestas muestran que el 42% de los consultados cree que ganará Larrañaga, el 32% que será Lacalle el triunfador, en tanto un 25% manifestó no saber cuál será el resultado final. A nuestro juicio este elemento es realmente importante pues marca un cambio sustantivo respecto a la forma en que la contienda será resuelta. A la novedad de que Larrañaga supera a Lacalle y se despega se suma la idea creciente de que el ex presidente puede efectivamente perder la interna en junio y que Larrañaga puede ser quien finalmente lo derrote. Una última línea de investigación formulada por Grupo Radar refiere a la simulación de competencia entre únicamente dos candidatos, Lacalle y Larrañaga. Dada las características de la competencia interna alta polarización entre los dos principales candidatos- es plausible esperar que los candidatos menores abdiquen de sus candidaturas, tal como ya lo hicieron Gallinal y Long. Si esto acontece y la oferta electoral del partido se disminuye rápidamente, un grupo importante de votantes deberá reorientar su voto hacia alguno de los dos principales candidatos. Para saber hacia quién lo harán Grupo Radar preguntó a todos los votantes nacionalistas cuál sería su elección si Lacalle y Larrañaga fueran los únicos candidatos del partido. Las respuestas muestran que en esta disputa Larrañaga alcanza el 56% de las adhesiones, en tanto Lacalle consigue sólo un 42%. La diferencia entre uno y otro se extiende entonces a catorce puntos porcentuales. El sorprendente crecimiento de Larrañaga en la simulación obedece al hecho de que logra captar bajo esas condiciones al 70% del electorado de Abreu y de Gallinal. Por tanto, parece razonable asignarle a Larrañaga el carácter de favorito. La evidencia empírica relevada por la encuesta de Grupo Radar señala en una única dirección: Larrañaga cuenta con una chance inmejorable para batir a Lacalle y quedarse con la candidatura presidencial del PN.

Los blancos continúan creciendo, los colorados se recuperan y el FA mantiene su chance de triunfar

Por tercera vez consecutiva noviembre, febrero y marzo- la medición del Grupo Radar muestra al EP-FA por encima de la barrera constitucional del 50% de los votos, lo cual podría ser entendido como una tendencia consolidada. En las próximas semanas los partidos tradicionales tendrán prácticamente en orden su oferta electoral para el mes de junio, por lo cual deberá observarse si esa tendencia permanece imperturbable o si sufre algún tipo de erosión por parte natural juego político de la campaña electoral. No obstante, la novedad de esta encuesta la constituye, sin dudas, el aumento en la intención de voto de ambos partidos tradicionales. El PN continúa creciendo y pasa del 19% a 21,1%. Este hecho es relevante pues a siete meses de las elecciones de octubre el PN iguala el nivel de adhesión que lograra en la elección de octubre de 1999 cuando alcanzara el 22,3% de los votos. El PC, por su parte, también logra un aumento de su caudal electoral, en lo que podría ser interpretado como una pequeña recuperación. Respecto a febrero, los colorados aumentan casi tres puntos porcentuales, al pasar del 8% al 10,8% del electorado. En este sentido, vale la pena señalar que el trabajo de campo de la encuesta coincidió en parte con la definición de la candidatura de Stirling a la presidencia, por lo cual este hecho puede haber influido decisivamente en la mejoría registrada. De todas formas, en el último semestre, el PC mantiene una tendencia electoral que oscila entre el 8% y el 11% del electorado, guarismo extremadamente bajo, si se considera el resultado que los colorados obtuvieron en octubre de 1999 cuando alcanzaron el 32,8% de los votos.

COLUMNA
Aún reinan, pero ya no gobiernan

Por Adolfo Garcé y Daniel Chasquetti (*)
De golpe, la interna del Partido Colorado entró en ebullición. Por un lado, luego de un proceso demasiado opaco, el Foro y la 15 acordaron impulsar la candidatura de Stirling. Por el otro, Ricardo Lombardo, Ope Pasquet, Manuel Flores Silva y Alberto Iglesias pugnan por abrirse camino y desafiar a la fórmula oficialista .

Motín a bordo
Hace una semana parecía que finalmente, Sanguinetti sería el candidato del Foro y que competiría con un representante de la 15. Desde que, a fines de enero, se conoció que Atchugarry no sería candidato, el Foro se había negado sistemáticamente a apoyar la posibilidad de un acuerdo con la lista 15. Luego de la primera reunión entre Batlle y Sanguinetti, hace casi dos semanas, la negativa del Foro a la fórmula de consenso se mantuvo. Políticos y analistas coincidían en que el ex presidente terminaría asumiendo la candidatura. De pronto todo cambió. El Foro, como por arte de magia, decidió que la idea de la candidatura de consenso, en realidad, no era tan mala. Y Sanguinetti, de improviso, ante el asombro de propios y extraños, dio el paso al costado. ¿Se bajó o lo bajaron? Él dijo que no se bajó porque nunca se había subido . Es cierto. Pero falta un detalle. Guillermo Stirling (¿quién lo hubiera dicho?) pateó el tablero. Lo hizo con la sobriedad característica de la escuela colorada. No avisó, no hizo alarde, no levantó la voz, no festejó el gol. A Sanguinetti, víctima (¿quién lo iba a decir?) del motín a bordo, no se le escapó ni un quejido. No derramó una lágrima, no se quejó de brazos arrancados, no se empecinó en nadar contra la corriente. Respiró hondo, tragó saliva, y con absoluto realismo volvió a calcular posibilidades, ecuaciones, costos y beneficios. Debe haber demorado un segundo en comprender que la opción más razonable era capitular frente a la conjura. ¿Qué otra posibilidad tenía? ¿Ir a una interna contra una lista 15 encabezada por el hombre más popular del propio Foro para, en el mejor de los casos y con viento a favor, ganar la primaria y entrar tercero en octubre? Contestando el desafío hubiera sometido a su fracción a una poderosa fuerza centrífuga de consecuencias imprevisibles. ¿Qué harían los dirigentes foristas de todo el país? ¿Se mantendrían fieles al líder histórico en franca decadencia ante la opinión pública o correrían a ponerse al abrigo de la reluciente candidatura de Stirling, el ministro más popular del gobierno? No es difícil imaginar la respuesta. Sanguinetti, por lo tanto, no hizo lo que quiso. Hizo lo que pudo. Apenas atinó a maniobrar en el estrechísmo margen que le quedaba. Stirling amagó que se iba y Sanguinetti debió dar marcha atrás para evitar el desparramo ¡Y hay quienes dicen que el liderazgo no está en disputa! También se dice que, en realidad, Stirling habría sido inducido a ser candidato por Batlle. Según esta interpretación, Batlle manipuló a Stirling buscando resolver el dilema de cómo salvar a la 15. Vuelve del polvoriento cajón en el que, merecidamente, parecía enterrada para siempre, la leyenda del zorro que se las sabe todas . Francamente, cuesta ver el lado genial de la movida. Como el vice surgirá de la correlación de fuerzas entre la 15 y el Foro en junio, lo más probable es que los dirigentes de la lista 15 terminen trabajando por una fórmula presidencial integrada por... ¡¡¡dos hombres oriundos del Foro!!! Es cierto. Batlle logró disminuir la pérdida porque, al no competir Atchugarry, el precandidato a la presidencia de la 15 hubiera obtenido una votación paupérrima. Pero tampoco obtuvo lo que él quería. Buscó la alianza con el Foro obligado por las circunstancias. Atchugarry, el candidato natural de la 15, se mantuvo inconmovible en su negativa a postularse para las primarias. Con Atchugarry al frente, la lista 15 hubiera podido competir y eventualmente vencer al Foro, pese al enorme desgaste que ha sufrido durante estos años de gobierno. El ex ministro se negó a competir y Batlle tuvo que retroceder hasta terminar en la calle Zorrilla de San Martín pergeñando una solución que, de hecho, implica que muy difícilmente algún dirigente de la 15 termine integrando la fórmula del partido. Batlle, igual que Sanguinetti, se quedó prácticamente sin espacio de maniobra. Apenas, a último momento, atinó a evitar una catástrofe peor. Batlle, como Sanguinetti, obró por reacción. La movida de Atchugarry lo dejó sin espacio. La conclusión es obvia. Batlle y Sanguinetti siguen reinando. La solución de la fórmula única encabezada por Stirling minimiza el riesgo de colapso inmediato y posterga el derrumbe de lealtades que empiezan a parecerse un castillo de naipes. Los viejos líderes siguen reinando, pero ya no gobiernan. Y no lo hacen por una razón muy sencilla: en política mandan los que tienen votos. Ellos ya no los tienen. El capital político se desplazó a las manos de sus lugartenientes, Stirling y Atchugarry. Es cierto que tanto Sanguinetti como Batlle serán candidatos a senadores. Seguramente, además, encabecen ambas listas. Sin embargo, el liderazgo de ambos pende de un hilo cada vez más delgado. Atchugarry no quiso cortarlo. Stirling amagó. En algún momento alguien va a llegar hasta el final.

Los otros desafiantes
Durante estos días han incrementado su movilización y su presencia en los medios los otros precandidatos del PC. Tres de ellos son escindidos del viejo Batllismo Unido (Flores Silva, Pasquet y Lombardo). El cuarto precandidato encarna explícitamente la tradición pachequista. Empiezan la competencia muy tarde y en enorme desigualdad de condiciones respecto al candidato oficialista . La postergación de la candidatura del Foro los ha dejado con muy poco tiempo para posicionarse política y electoralmente. Para colmo de males, al no comparecer Sanguinetti, se ven privados de su blanco predilecto. Parece claro que les resultará más difícil atacar a Stirling que al ex presidente. De todos modos, está claro que la competencia entre el grupo de precandidatos no oficialistas y Stirling será mucho más punzante que la que se verifica entre Larrañaga y Lacalle en el PN. Como en el caso de los candidatos del ala renovadora del Partido Nacional, los colorados no oficialistas están llamados a converger si quieren construir una alternativa política con alguna significación electoral. Es más fácil, al menos en principio, que coordinen sus esfuerzos los ex batllistas entre sí. Será un poco más complicado, suponemos, el acercamiento entre éstos e Iglesias. Como en el Partido Nacional, la coordinación requiere que primero se diriman los respectivos apoyos electorales. Nadie negocia sin primero tener bien claro hasta dónde puede llegar en la opinión pública. Los blancos dedicaron todo el 2003 a testear sus candidatos. Si Larrañaga, Abreu y Gallinal están pudiendo entenderse y negociar acuerdos políticos es porque todos saben cómo los ha ordenado la opinión pública después de verlos actuar en distintos ámbitos (primero Larrañaga, segundo Abreu, tercero Gallinal). Los renovadores del PC tienen menos tiempo para hacer este ejercicio. No es fácil anticipar cuál de ellos puede tener más éxito en el emprendimiento. En nuestra encuesta de abril intentaremos profundizar en el estudio del potencial electoral de cada uno de estos precandidatos. De todos modos, y más allá del éxito que alcancen en esta elección, el objetivo político que los no oficialistas se han trazado se muestra cada vez más factible políticamente. Sanguinetti y Batlle van abandonando trincheras. La retirada, todavía, es ordenada. Pero, ciertamente, los viejos liderazgos se tambalean.

FICHA TECNICA

La información que presentamos en esta nota surge de una encuesta realizada entre el 1 y el 8 de marzo de 2004 entre 1005 ciudadanos. Los mismos constituyen una muestra representativa de la población de 18 y más años de edad residente en hogares particulares de localidades de todo el país con 2000 y más habitantes. Esta encuesta de opinión pública se realizará en forma periódica y tiene la particularidad de realizarse en un "panel" semi-permanente de ciudadanos, lo que permite asegurar que las variaciones observadas entre una medición y otra se deben a cambios de opinión reales y no al cambio de muestra. Esta muestra es de carácter aleatorio probabilístico y su margen de error, para un nivel de confianza de 95%, no supera el ±2.4% cuando se analizan resultados sobre el total de la población. Este margen de error aumenta cuando se trabaja sobre segmentos más pequeños. Todas las encuestas fueron realizadas en forma telefónica en los hogares de los entrevistados. Montevideo fue dividida en 25 zonas geográficas, coincidiendo con las divisiones de ANTEL. Superponiendo los datos del Censo de Población con la zonificación de ANTEL, manteniendo fijas las características de cada zona y sorteando las demás cifras al azar, es posible diseñar una muestra probabilística de números de teléfono que respete la estructura de la población por barrio. En el Interior se realizaron encuestas en 50 localidades, utilizando una metodología similar de sorteo. La realización de las entrevistas fue tarea exclusiva del equipo de encuestadores que integra Grupo RADAR en forma permanente. El diseño de la muestra, la formulación de las preguntas y el análisis de la información estuvieron a cargo del equipo conformado por Alain Mizrahi, Director de Grupo RADAR, y los Politólogos Daniel Chasquetti y Adolfo Garcé. Grupo RADAR y sus profesionales asociados adhieren al Código de Etica Internacional para la Práctica de la Investigación Social y de Mercado de ESOMAR (The World Association of Research Professionals) y en particular a su Guide to Opinion Polls.

(De Crónicas Económicas, Derechos Reservados)