Contenido creado por Cecilia Franco
Andrés Lima

Escribe Andrés Lima

Opinión | TLC con China: Una ventana de oportunidades para el Uruguay

La posibilidad de un TLC no puede librarse al azar, ni pretender que sea el libre mercado el que asigne a ganadores y perdedores. Es un instrumento que, si nos agarra preparados, puede potenciarnos, y si nos agarra desprevenidos, hasta perjudicarnos

21.09.2021 09:46

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2021-09-21T09:46:00-03:00
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La alternativa de un Tratado de Libre Comercio con China puede constituirse en una gran oportunidad para nuestro país, pero como toda política pública o decisión colectiva, no basta con solo tomarla o abrazar un enfoque, sino que es necesario prepararse para ello. Como en todo plano de la vida las oportunidades pueden llegar, pero si no trabajaste para estar listo, no podrás sacar redito de las mismas.

El TLC podría traer aparejada una serie de grandes oportunidades para nuestro país, al tiempo que recoge grandes desafíos. Por ello como tal, la posibilidad de un TLC no puede librarse al azar, ni pretender que sea el libre mercado el que asigne a ganadores y perdedores. El TLC puede ser un instrumento que, si nos agarra preparados, puede potenciarnos, y si nos agarra desprevenidos, incluso hasta perjudicarnos.

Para analizar su eventual impacto es necesario ser pragmáticos y, al ir más allá de los discursos ideológicos, poder descubrir los desafíos y oportunidades que surgen para cada sector de la economía. Por ende, esta discusión que se coloca en la agenda pública nos hace visualizar que el instrumento no es bueno o malo per se, sino que requiere que desde los distintos sectores sociales, económicos y políticos nos preparamos para ello.

Lo primero es celebrar el esquema de gobernanza y diálogo político que ha manifestado el Presidente Lacalle Pou al convocar a todos los partidos con representación parlamentaria para participar de la discusión y ser enterados de primera mano. Estas actitudes, como la que tuvo en su momento Tabaré Vázquez a la llegada de la inversión más grande de la historia del Uruguay como lo fue UPM, dan cuenta que estamos ante una visión de Estado, que requiere de la participación de todos.

En segundo lugar, es importante reconocer que esta oportunidad llega gracias a una política de diversificación comercial que permitió que nuestro país no dependa exclusivamente de Argentina y de Brasil para la colocación de sus productos, y ni que hablar, respecto al ingreso (y egreso) de divisas. Bien recordado es el dicho que cuando Argentina se resfriaba, Uruguay se engripaba. Hoy esa situación ha quedado atrás.

Según datos de Uruguay XXI, entre los destinos de las exportaciones durante 2020, China sigue liderando la lista con 27% del total (2.149 millones de dólares), Brasil se ubicó en el segundo lugar con 14%, seguido por la Unión Europea con 14%, Estados Unidos con 7%, Argentina con 5% y México con 3%. Esto significa que hemos logrado generar acceso a un nuevo mercado y por ende incrementar la colocación de nuestros productos. Es de gran relevancia que hayamos podido lograr esa inserción comercial, y por ello, la baja de barreras arancelarias y para-arancelarias significaría una gran oportunidad para incrementar aún más la colocación de nuestros productos.

En tercer lugar, se hace necesario poder retomar los estudios previos que ya había avanzado la Cancillería Uruguaya durante el gobierno de Tabaré, para que podamos identificar los sectores que se verían potencialmente amenazados por la entrada de productos chinos. He ahí la gran tarea de prepararnos como país, trabajar con dichos sectores, comenzar a buscar nuevos destinos comerciales que nos permitan diversificar aún más la colocación de esos productos y potenciar las áreas de complementación, como lo es, por ejemplo, el sector lácteo, el citrícola, entre otros.

En cuarto lugar, tenemos que imaginar este TLC como una ventana de oportunidades para explorar nuevas áreas de producción, innovación e inversión. Si hay algo que nos tiene que caracterizar, tanto en el sector productivo, como por parte de quienes elaboramos políticas públicas desde lo nacional y lo local, es que hay que salir al encuentro de las oportunidades. Necesitamos que la Agencia Nacional de Innovación, junto a Uruguay XXI, el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional y la Agencia Nacional de Desarrollo, estén trabajando de manera coordinada y siendo los brazos del Estado para preparar a todos los sectores que se vean involucrados, ya sea porque pueden multiplicar su producción a ese mercado o porque puedan verse amenazados por la entrada de productos chinos. Aquí no se trata de ver solo el vaso medio vacío o el medio lleno, se trata de diseñar una política pragmática que integre a todos los sectores involucrados: estimular una real competitividad.

Y no es necesario ir tan lejos para pensar en la innovación. En el caso de la agro-industria, como podría ser la producción citrícola que ha elaborado naranjas con características requeridas en el exterior, es un excelente ejemplo de cómo innovar en los esquemas de producción, no solo para alcanzar productos que se ajusten a las demandas de estos mercados, sino también para sofisticar el mismo y subir el valor agregado gracias al uso de tecnología.

Uruguay está abierto para convertirse en una puerta de entrada del gigante asiático al Conosur, con un acceso potencial y logístico a nuevos mercados. La penetración de la tecnología, así como de todos los productos de consumo masivo cuya producción China viene liderando a nivel mundial, requerirá del uso de una cadena de servicios logísticos, informáticos, financieros de soporte en la región que perfectamente puede ubicarse en nuestro país. ¿Por qué no es entonces Uruguay esa puerta de entrada del gigante asiático para el conosur? Es necesario ampliar la mirada respecto al TLC y ver el conjunto de oportunidades que el mismo podría representar para nuestro país.

En definitiva, bien sabemos que esta discusión no se trata solo del TLC, sino de cómo aprovechamos las oportunidades de abrirnos al mundo para potenciar, de manera inteligente, lo mejor de nosotros mismos en la agro-industria, en la ganadería, en los servicios, en la informática y en el turismo.