Contenido creado por Maximiliano Latorre
Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Opinión | En cuatro meses nos jugamos los próximos cinco años del país

Terminó la primera parte de esta campaña electoral y, ahora sí, comienza el gran debate para la elección del 27 de octubre.

01.07.2019 13:17

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2019-07-01T13:17:00-03:00
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Terminó la primera parte de esta campaña electoral y, ahora sí, comienza el gran debate para la elección del 27 de octubre, en la que se define el destino de nuestro país por los próximos cinco años.

Ahora comienza el tiempo del debate de ideas y propuestas. Vamos a reclamar con fuerza a nuestros adversarios que se lleve adelante una campaña limpia, por lo alto y respetuosa de las reglas de juego. Una campaña que haga honor a nuestras mejores tradiciones republicanas y democráticas.

Estamos planteando a los candidatos de los demás partidos que se respete la veda publicitaria y que estemos dispuestos a debatir entre nosotros, para ofrecerle a los ciudadanos la mayor oportunidad de conocer nuestras ideas, nuestras similitudes y nuestras diferencias.

Nuestro país está en una situación difícil. Este gobierno dejará una herencia pesada que habrá que afrontar en el marco de un gobierno que deberá construirse en función de los resultados de las elecciones de parlamentarias del próximo 27 de octubre. El que gane la Presidencia deberá acordar con otros partidos para tener respaldo mayoritario y poder gobernar.

Hemos presentado un programa de gobierno detallado, serio, profundo y viable. Queremos debatir con nuestros adversarios sobre ideas, propuestas e iniciativas.

Uruguay debe recuperar su crecimiento económico y ello implica una fuerte apuesta a la reconstrucción de la competitividad. El empleo es un tema principal y para ello es imprescindible que los empleadores tienen que tener margen para crecer y contratar más empleados. Las fuentes de trabajo no surgen mágicamente por la simple expresión de deseo, dependen de generar las condiciones de crecimiento y productividad. Para que esto ocurra, es necesario reducir el déficit fiscal y modificar la calidad del gasto público. Es también imprescindible abatir tarifas e impuestos y para ello se debe redimensionar el equilibrio económico.

Uruguay debe transformar profundamente su sistema educativo y, para ello resulta fundamental un cambio institucional, de contenidos educativos, de formas de aprendizaje, de comunidades educativas. Hay que ofrecer a nuestros niños, adolescentes y jóvenes un sistema educativo propio del siglo XXI, para que tengan la formación adecuada para insertarse en el sistema laboral de los próximos tiempos.

Uruguay debe recuperar la seguridad y para ello es imprescindible que las comisarías barriales vuelvan a ser el centro del accionar policial, con presencia fuerte y permanente en los barrios. Pero, además, debe haber una profunda reforma penitenciaria que permita reducir radicalmente los niveles de reincidencia delictiva y una oportunidad seria de rehabilitación de las personas privadas de libertad.

Uruguay debe recrear el tejido social para ser una sociedad integrada. La integración social se reconstruye con un profundo cambio de las políticas sociales; orientadas en un sentido promocional superando la exasperante y fracasada propuesta asistencialista, dependiente y clientelística.

Uruguay debe desarrollar una política proactiva, intensa y firme de apertura al mundo. Somos un país exportador y nuestro futuro y crecimiento dependen del acceso a los mercados en las mejores condiciones posibles.

En definitiva, tenemos enormes desafíos fruto de un período de gobierno que termina sin haber resuelto ninguno de los problemas pendientes.

Estamos convencidos de que tenemos las mejores respuestas y vamos a recorrer todo el país explicando y buscando convencer a todos los uruguayos que el Partido Independiente es la mejor opción de cambio.

Se puede cambiar este país, se puede construir un país diferente, con solidaridad, prosperidad, transparencia y democracia fuerte.

Vamos a reclamar a nuestros adversarios los espacios para debatir, para contraponer los proyectos y para que la campaña sea centrada en los contenidos del futuro del país.

Dejemos atrás las malas prácticas, las jugadas sucias, las mentiras y los agravios.

Vivamos una campaña electoral limpia y abierta.

Cambiar se puede y lo vamos a demostrar en los hechos.