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Navegaciones: Esteban Valenti

El discurso que yo haría sobre y para el campo

El que atente contra el diálogo desde el gobierno o desde los productores movilizados, lo estará haciendo en contra del país. Por Esteban Valenti.

22.01.2018 17:33

Lectura: 7'

2018-01-22T17:33:00-03:00
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No tengo nada que ver con funciones ejecutivas, legislativas o de asesoramiento en el gobierno nacional o a cualquier otro nivel. No soy un experto en temas agropecuarios, soy simplemente un "opinador" y un militante de izquierda desde hace 56 años. Mi dios, cuantos...Por eso voy a atreverme.

Voy a tratar de partir de la realidad, siempre es bueno tratar de reflejar la realidad económica, social, política y cultural que siempre se mezcla. Inexorablemente se mezcla. Para abordar el tema de la protesta de amplios sectores del campo reclamando cambios, hay que tratar de abordarla desde esa mezcla de enfoques. Si solo se hace desde la economía, nos equivocamos, si solo se hace desde la política, también nos equivocamos.

Queridos productores rurales de todo el país.

Sigo con mucha atención y preocupación las diversas manifestaciones de protesta que se realizan en varios, muchos departamentos. No soy ciego ni sordo y veo que han crecido de manera muy importante y, sé perfectamente que ese crecimiento no se debe a ninguna manipulación o maniobra, responde a una realidad complicada que requiere de toda nuestra atención y de medidas concretas.

No voy a ser tan ingenuo - como ustedes no lo son seguramente - de pensar que todos tienen los mismos problemas, los mismos intereses y las mismas prioridades en esta movilización social. No lo creo porque no es cierto, no tiene nada que ver con la realidad.

Es obvio que la gran mayoría de productores, que son pequeños o medianos tienen desde siempre y en particular en situaciones complejas, una situación diferente a los grandes y muy grandes productores y empresas.

Ni se me ocurre hacer referencia a las 4x4 que hoy en día son un instrumento de trabajo, ni a las grandes máquinas agrícolas: ojalá las tuvieran todos y tuviéramos más, son inversiones que ustedes han hecho para mejorar la producción.

No creo que la tarea principal del gobierno sea concursar sobre cual es la gravedad de la crisis o compararla con crisis anteriores. Hay una percepción en amplios sectores del campo de que afrontan una crisis de rentabilidad y de competitividad y hay que incorporar específicamente ese tema a las prioridades nacionales. Hay que hacerlo con buena información y sin ningún balde en la cabeza.

Debemos hacerlo con urgencia y también con una visión de futuro, de hacia donde queremos ir. Con medidas a corto, medio y largo plazo, que no sean contradictorias entre ellas.

Voy a reafirmar algo que hemos demostrado en todos estos años, en el Uruguay productivo el aporte agro industrial ha sido y seguirá siendo clave. Y hacia allí deben apuntar nuestras políticas.

No voy a dedicarme a explicarles -porque ustedes lo saben mejor que yo - que el país, su economía y su sociedad son un delicado equilibrio y que cuando ese equilibrio se rompe la mayoría de los uruguayos salimos perjudicados. Gravemente perjudicados, esas circunstancias graves son pagadas por los más débiles. Que el país llegara a tener un millón de pobres creo que es la síntesis más clara de esa dura experiencia. Sucedió hace poco más de una década.

De esa gravísima situación salimos adelante todos juntos, con un gran aporte del campo.

Ahora podemos seguir avanzando y para ello será fundamental el aporte de la producción agropecuaria y forestal, como de los principales sectores productivos y sociales del país.

¿Por qué es importante el diálogo?

Sería muy negativo que alguien intentara imponer por la fuerza una salida económica y más grave, una salida política. Hoy sería por parte de un sector pero, abriría la puerta a que otros sectores se sintieran tentados de utilizar el mismo camino. Sería el desbarranque del país. Creo que hay que dialogar en serio, sabiendo que habrá que negociar, buscando caminos intermedios. Es fundamental.

Por el diálogo y la negociación podemos alcanzar importantes y valiosos acuerdos. Ahora les voy a decir algo en criollo antiguo, de pesados nada, ni la hora. Por ese camino se sabe cómo comienza y nunca cómo termina. O mejor dicho, termina mal.

Esto se lo digo a todos, a las agremiaciones, a los autoconvocados, a las asociaciones patronales, a los sindicatos, al PIT CNT, e incluso a algunas empresas que financian la protesta social. Debe ser una nueva forma de marketing, veremos cómo lo registran en sus balances y en su liquidación de impuestos.

Nosotros hemos demostrado - podría hacer una larga lista de medidas económicas y políticas - sensibilidad sobre los temas productivos y en apoyo a la actividad agropecuaria y forestal.

Como estas cosas nunca deben ser un cruce de argumentos y acusaciones que no llevan a nada, creo firmemente que hay que sentarse en una y en varias mesas a dialogar.

El que atente contra el diálogo desde el gobierno o desde los productores movilizados, desde los partidos políticos o las instituciones gremiales o los medios de prensa, lo estará haciendo en contra del país.

Para dialogar debemos asumir que no todos los sectores del campo tienen los mismos problemas y urgencias. No se trata solo de los diversos sectores productivos, sino del tamaño de los involucrados.

Asumo que con la cantidad y calidad de la información disponible en el Uruguay sobre el campo, se pueden aplicar medidas diferenciadas para los diversos sectores productivos tratando de actuar donde es más necesario y más justo.

Medidas en el costo de la energía eléctrica, del gas oil, ante la situación financiera y de endeudamiento e incluso la realidad impositiva.

Asumo que estas soluciones costarán dinero al estado uruguayo, tanto a nivel nacional como departamental. Será necesario trabajar para encontrar esos recursos sin que se produzca un profundo desbalance en la economía nacional y departamental.

Hay algo que debemos compartir, hay un límite que no está impuesto por las voluntades, lo que no se puede hacer es volver a la "tablita" y a devaluaciones que impacten en una explosión de la inflación. Supongo que eso lo tienen claro, lo pagaríamos todos.

Se que hay diversas sensibilidades y que para dialogar hay que respetarlas y no demonizarlas, pero me permito recordarles que el Uruguay tienen diversas herramientas para seguir luchando contra graves situaciones sociales.

No los voy a aburrir con cifras y cifras. De esta como de otras situaciones no se sale imponiendo argumentos sino construyéndolos juntos.

Hay que asumir que deberíamos haber reaccionado antes, discutido y dialogado antes y esa no es responsabilidad vuestra. Por eso ya el país pagó un alto precio, perdimos un excelente ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca. Ya sentimos su falta.

No saldremos adelante con un concurso de aciertos y errores; lo que cada uno debe asumir es su responsabilidad ante el país.

El Uruguay seguirá cultivando y fortaleciendo su democracia, no solo en su formalidad, sino en su ejercicio permanente, donde las diversas instituciones, los partidos y las figuras políticas y sociales, incluso los medios debemos rendir cuentas todos los días de nuestra sensibilidad, de nuestras convicciones y de nuestra responsabilidad.

En las circunstancias difíciles, cuando nos han puesto a dura prueba, los uruguayos supimos reaccionar. No hay vacunas para la democracia, solo el suero vital de respetarla y construirla entre todos.

Trabajemos en concreto, con lealtad y seriedad para encontrar los caminos adecuados, para el país y para el campo.

Por Esteban Valenti